¿Existe un lugar en El Salvador donde se puede vivir seguro, en paz y sin Policía Nacional Civil (PNC), la institución obligada a darle seguridad a los ciudadanos? Sí, existe y se llama Ojos de Agua, un municipio situado al norte de Chalatenango.

Son casi 4 mil habitantes los que habitan esa porción de tierra salvadoreña que dicen vivir seguros y que no necesitan un puesto de la Policía para combatir cualquier tentáculo del hampa que quiera robarles la tranquilidad.

Hace 25 años, desde que se fundó la PNC como parte de los acuerdos de paz en 1992, esta comunidad prescindió de un puesto policial. ¿La razón? Sus pobladores no lo ven como necesario porque siempre se han organizado para autocuidarse.

De hecho es la Asociación de Desarrollo Comunitario (ADESCO) la encargada de los temas de seguridad y de la prevención de la violencia en el municipio.

Es más, cuando ha habido intentos de establecer un puesto policial, se han opuesto a ello. Algunos de sus habitantes recuerdan de aquel intento en 2007, pero que en toda la población rechazó el proyecto, pues consideraban que esa iniciativa no abonaría en nada a la situación de no violencia que se venía viviendo desde hace varios años.

Según recuerdan, además del rechazo hubo una molestia generalizada y que hasta el párroco los apoyó.

El relato lo confirma el mismo alcalde de Ojos de Agua, Franklin Antonio Márquez, pero da otra razón: “Hace 10 años querían poner un puesto de Policía, pero la gente comenzó a quejarse de que los policías a veces eran agresivos y con su presencia podían salir jóvenes embarazadas”.

Prescindir de un puesto policial les ha resultado. La comunidad está organizada de tal forma que allí no hay pandillas y no las dejan entrar. Pero tampoco hay homicidios desde 2016, mientras que en todo 2015 solo se registró uno.

Este municipio cerró el 2016 con cero homicidios y hasta agosto de 2017 se mantenía con bandera blanca, es decir sin ninguna muerte violenta, de acuerdo con los datos del Instituto de Medicina Legal (IML) que han contabilizado hasta agosto.

Las autoridades municipales, al igual que algunos jóvenes y adultos dan fe que hasta este mes no se han registrado muertes violentas.

Melvin Martínez, un joven estudiante, se muestra optimista porque esta racha positiva continúa, y eso, dice, lo constata a diario. Él actualmente estudia su primer año de bachillerato y para llegar a su centro educativo debe caminar unos 15 minutos en compañía de algunos de sus amigos.

“Me siento orgulloso de vivir en el pueblo, en mi municipio no se tiene peligro por solo el hecho de ser joven”, agrega, una queja que lamentablemente sí viven miles de jóvenes en todo el país, donde son acechados principalmente por pandillas.

Ojos de agua es un pueblo que se resiste a la epidemia de violencia que se vive en la mayoría de ciudades del país, violencia que según datos de la Policía ha matado a más de 430 personas en octubre.

Las autoridades de Seguridad siguen atribuyendo la escalada de homicidios a problemas internos entre pandillas, pero los mismos registros de homicidios que publica la Policía dan cuenta de que son personas ajenas a las maras las que más mueren a diario.

En Ojos de Agua tienen la visión de que el municipio es de y para sus habitantes, por esta razón es que ellos se aseguran esa paz en la que han vivido por muchos años.

María Alberto, profesora del Centro Escolar Ojos de Agua, expresa que en sus ocho años de labor en esa institución nunca ha sufrido algún incidente de violencia, tanto en su trabajo como en las calles del municipio.

“La verdad me siento orgullosa porque somos un lugar que nos destacamos por la tranquilidad”, afirma orgullosa la profesora.

A ese orgullo se une Karla Monterrosa, una adolescente que estudia en las mañanas y en la tarde ayuda a sus padres a vender en un pequeño negocio en el centro de la localidad.

“Uno sale a la calle y anda tranquilo, no siente aquel miedo que le va a pasar algo”, comenta la joven.

¿Cómo le hacen para vivir seguros?

DEPORTE Y ARTE. En Ojos de Agua las autoridades también han encontrado en los proyectos deportivos y artísticos una válvula de escape para que niños y adolescentes se mantengan alejados de la violencia.



Mauricio Cáceres

DEPORTE Y ARTE. En Ojos de Agua las autoridades también han encontrado en los proyectos deportivos y artísticos una válvula de escape para que niños y adolescentes se mantengan alejados de la violencia.

La profesora Alberto considera que la razón principal de la paz que se vive en el municipio radica en que los padres de familia han sabido enseñar valores a sus hijos.

Pero también dice que la escuela es aprovechada para orar con los alumnos, para reforzar esos valores y para darles charlas sobre temas como la violencia y las leyes.

Pero hay otro dato clave que resumen algunos habitantes: “Aquí todos nos conocemos desde la entrada del pueblo hasta la misma casa, de nombres, apellidos y apodos”.

La ventaja es que en Ojos de Agua las comunidades son pequeñas, por lo que, según el presidente de la ADESCO, Oscar Trujillo se hace fácil identificar los problemas, algún incidente o cuándo una persona extraña llega al lugar.

Trujillo dice que para alcanzar este grado de organización para procurarse, por ejemplo, la seguridad, han tratado la manera de orientar a las familias a que puedan identificar bien a los extraños, a comunicarse con ellos a fin de indagar de dónde vienen, quiénes son, qué andan haciendo o qué andan buscando.

Así, al detectar a estas personas dan parte a las autoridades locales, a las directivas y por ultimo a la Policía.

“Se investiga si llevan buena vida o si son personas que solo quieren venir a afectar al municipio con diferentes problemas sociales, ya sea delincuencia o pandillas”, dice el presidente de la ADESCO.

En los últimos años, han detectado casos de jóvenes “visitantes” que llegan para intentar organizar jóvenes. Todo el municipio, con las distintas directivas advierten sobre la necesidad de prevenir antes de que sea tarde. “Si aquí dejamos que siembren la semilla, después de aquí ya no los sacamos”, afirma Trujillo.

“Nuestro municipio está libre de violencia, pandillas, delincuencia. Por lo mismo que nosotros nos cuidamos”, agrega el dirigente comunal.

Las intenciones de jóvenes desconocidos son una preocupación constante, pero cada municipio tiene su forma de afrontarlo. “Si alguien llega con tatuajes y no lo conocemos se da parte a las autoridades”, informó Trujillo.

“Cuando vamos a otros municipios nos damos cuenta de la situación que se vive en el país, que es diferente a la tranquilidad con la que nos desarrollamos aquí”, sostiene por su lado la profesora Alberto.

Aunque el gobierno no lo destaca como un sitio libre de violencia, a los pobladores no les gusta que se les considere así o como el mejor lugar, pues no quieren dar la impresión de ser inmunes o perfectos.

Los jóvenes se ocupan en deporte, arte y agricultura

SIN VIOLENCIA. Ojos de agua es un pueblo que se resiste a la epidemia de violencia que se vive en la mayoría de ciudades del país.



Mauricio Cáceres

SIN VIOLENCIA. Ojos de agua es un pueblo que se resiste a la epidemia de violencia que se vive en la mayoría de ciudades del país.

Por la fertilidad de sus terrenos, los cultivos de granos básicos como el maíz, frijol, maicillo, arroz y hortalizas, Ojos de Agua es una fuente de ingresos para los pobladores.

Desde el Concejo Municipal se ha lanzado un proyecto de entrega de semilla mejorada e insumos para el cultivo que, según el alcaide Franklin Antonio Márquez, ha dado buenos resultados para que los jóvenes se involucren en la producción e inviertan su tiempo libre y se alejen de la violencia.

“Tenemos un proyecto de darle paquetes agrícolas y se ha visto que los jóvenes que antes no querían trabajar, eso los ha incentivado, porque les apoyamos con abono, semillas, venenos y se ha visto que la producción ha subido”, comenta el jefe edilicio.

Se acerca la temporada de vacaciones y las autoridades quieren mantener ocupados a sus jóvenes. Según el alcalde, contratarán a jóvenes para la recolección de granos básicos.

En Ojos de Agua las autoridades también han encontrado en los proyectos deportivos y artísticos una válvula de escape para que niños y adolescentes se mantengan alejados de la violencia. Por ejemplo, en una de las casas del municipio un grupo de jóvenes recibe clases de música y danza folclórica y unos 60 jóvenes iniciarán talleres de mecánica y electricidad.

Y hay otro detalle que no escapa a los dirigentes locales: los cortes de cabello y vestimentas similares a los que usan pandilleros no se permiten. Dicen que es para que los jóvenes no se confundan y se metan en problemas.

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