Es la estampa del encaje social de una minoría de más de 50 millones de hispanos que representan más del 16% de la población del país.
“Para Acción de Gracias cocino gallinas al horno, no pavo. Eso sí, las complemento con productos típicamente estadounidenses para ese día, como puré de papas, salsa de arándanos y maíz dulce”, explicó Evelyn Solís, una hondureña acompañada por su hija de cuatro años y quien lleva “toda una vida” en Estados Unidos.
“Desde que llegué hace tres años, siempre celebro Acción de Gracias. Me reúno con la familia y amigos y cocinamos un pollo guisado con papas, arroz y ensalada”, indicó Ana Yolanda Bonilla, nacida en El Salvador y residente en Washington, DC.
¿La receta? Típicamente salvadoreña: “Lavamos el pollo con limón y luego le añadimos tomate y cebolla. También le echamos consomé para que quede más sabroso”, detalló.
“¡Claro que celebro Acción de Gracias!. Aunque soy mexicana, la respeto”, reivindicó María Asunción Reyes, que lleva 20 años viviendo en este país.
“Es una fecha para reunirse con la familia, con la que cocino comida típicamente mexicana como pollo relleno de carne de res al horno y chiles”, aseguró Reyes.
Rudys Wilbersort Tomasano lleva décadas en Estados Unidos, pero por Acción de Gracias, regresa a su tierra natal.
“Celebro Acción de Gracias, pero lo hago con la familia en El Salvador. Allá comemos pollo, no pavo, lo acompañamos con arroz y ensalada rusa y tomamos champán”, explicó.
Por su parte la mexicana Ángela Rosas, que lleva casi cincuenta años residiendo en EE.UU., lo tiene claro: “Celebro Acción de Gracias con aprecio y respeto hacia los Estados Unidos. Me reúno con mi hijo y comemos pavo con todos sus condimentos, que es lo que he aprendido acá”, explicó.
El pavo sigue siendo el rey
Aunque el pollo gana fuerza gracias a la creciente comunidad hispana, el pavo relleno al horno sigue siendo sinónimo de Acción de Gracias, y las granjas donde se crían estas aves venden alrededor del 90% de los animales los días antes del cuarto jueves de noviembre.
En la granja familiar Maple Lawn, ubicada en Fulton (Maryland) llevan cuatro generaciones criando pavos, uno de los cuales, en la década de 1960, terminó en la Casa Blanca como cena de Acción de Gracias del presidente John F. Kennedy y su familia.
El manager de la granja, Chris Bohrer, explicó que tienen 20.000 pavos y que los que no se vendan por estas fechas (menos de un 10%), se venderán por Navidad o congelados más tarde.
Una libra de pavo de la granja Maple Lawn cuesta $2,25, por lo que un pavo de 15 libras del que podrían comer unas 10 personas, se vende por $33,75.
“Tenemos clientes latinos, aunque éstos no nos piden un gran pavo, como hacen los estadounidenses, sino que nos piden uno pequeño, porque así respetan la tradición, y luego lo complementan con pollo, cordero, o lo que marque su cocina tradicional”, destacó Bohrer.
Fiesta de los valores humanos
Despojada de toda connotación religiosa, Acción de Gracias se ha convertido en una fiesta totalmente secular y que ensalza valores universales como la amistad y la familia, lo que permite que nativos y recién llegados, cristianos y no cristianos, la celebren por igual.
Es el caso de Nathaniel Feingold, un joven consultor judío de 25 años que trabaja en la capital y que, al llegar estas fechas, regresa cada año a su casa de Worcester, Massachusetts, donde se reúne con sus padres y hermanos.
“Nosotros no celebramos la Navidad, por lo que Acción de Gracias es el momento de reunirme con la familia”, explicó Feingold y no dudó en asegurar que se trata de una tradición “con más fuerza” en EE.UU. que la Navidad.
María Gómez es la directora del Mary’s Center, un centro de atención social y de salud para la población de bajos recursos económicos en el área metropolitana.
“Un 80% de estas familias son hispanas, y les damos pavo, tortitas, verduras, arroz, papas… todo para que se lo cocinen en sus propias casas”, aseguró Gómez.
Mary’s Center se fundó hace 25 años en la calle Ontario de DC. Hoy cuenta con cuatro locales en los que se proporcionan servicios a unas 24.000 personas anualmente. “Nuestro éxito se debe a la estrategia de conectar servicios de salud con servicios basados en la comunidad”, dijo Gómez al tiempo que explicó que este año prevén repartir hasta 300 pavos provenientes de donaciones altruistas tanto de asociaciones como de particulares.
“Los latinos celebran Acción de Gracias como una tradición propia: entienden que es un día para dar las gracias a Estados Unidos, para estar agradecidos por las oportunidades que este país les ha brindado”, concluyó Gómez.