Eliseo Medina había dicho que ayunaría por la reforma migratoria “hasta que el cuerpo aguante”. Y así lo hizo. Junto a otros dos activistas más jóvenes, el sindicalista de 67 años, se abstuvo de comer por 22 días manteniéndose sólo con agua.

El 3 de diciembre, con un cuerpo bastante adelgazado que evidenciaba la pérdida de 26 libras —de 184 a 158—Medina pasó la posta por un día al congresista demócrata Joseph Kennedy, y éste a otros activistas que continúan con el ayuno en la carpa instalada en el Mall de Washington.

Medina rompió así su propio récord. “Antes había durado 13 días sin comer”, dijo el activista que en enero cumplirá 68 años y que el 12 de noviembre se unió a otros cuatro para realizar el ayuno “para sensibilizar” a los congresistas y motivarlos a aprobar una reforma migratoria.

Este hombre de tez morena, jovial y hablar pausado dijo haber vivido durante esos 22 días “la experiencia más inspiracional y emotiva” en mucho tiempo.

“Empezamos el ayuno como una forma de llamar la atención a la crisis moral por la situación de los indocumentados”, señaló el sindicalista el viernes 6 durante la primera entrevista teléfonica que dio después de haber estado hospitalizado por un día.

Acostumbrado desde joven a la lucha por la justicia, a sentar precedentes e impulsar nuevos movimientos, Medina es un símbolo de una nueva forma para reclamar por leyes que permitan legalizar a 11,7 millones de indocumentados: “ayuno y oración”, expresó.

Pero ¿quién es Eliseo Medina y de dónde viene su ‘hambre de justicia’?

Medina —descrito por Los Angeles Times como “uno de los más exitosos organizadores sindicales del país” e incluido en la lista de “Los 50 latinos más poderosos del país” de la Poder Magazine, emigró a los 10 años desde México.

Llegó con su madre y hermanos a Delano, California para reunirse con su padre, quien era bracero.

Desde niño comenzó a trabajar en el campo, pero su madre siempre quiso que estudiara y no abandonara la escuela.

Cuando era adolescente conoció la trayectoria del líder civil César Chávez, y quedó tan impresionado que se afilió al gremio de trabajadores del campo que él dirigía, el United Farm Workers.

A los 19 años participó en lo que es la histórica huelga del campo de uvas en Delano y trabajó con Chávez por más de una década.

Su trayectoria incluye momentos trascendentales en el campo sindical, como en 1996 cuando fue nombrado vicepresidente del Sindicato Internacional de Trabajadores de Servicios (SEIU), del cual se jubiló en octubre.Desde allí impulsó la lucha en defensa de los inmigrantes.

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