El proceso para la obtención de un seguro médico que ordena la nueva ley de salud conocida como Obamacare es un camino cuesta arriba para los trabajadores que ganan apenas unos centavos más del salario mínimo, que tienen que recurrir a clínicas comunitarias o centros de emergencia si tienen enfermedades graves.
“Está bien que se haya aprobado la ley, pero el negocio está muy bajo”, dijo a El Tiempo Latino el martes 7 la salvadoreña Gloria Villatoro, madre del dueño del restaurante Mogotillo en el barrio hispano de Langley Park, en Maryland, quien trabaja como cocinera y gana $8 por hora.
La opinión de Villatoro, que tiene cuatro hijos y 6 nietos, es un reflejo de los obstáculos que enfrentan muchas empresas que están obligadas a proporcionar cobertura médica a sus empleados en una economía en recuperación que acaba de salir de la recesión.
El salario mínimo en Maryland y Virginia es de $7,25 por hora, el mismo que el establecido por el gobierno federal, en tanto que en el Distrito de Columbia es de $8,25 por hora.
Sin embargo existen esfuerzos en toda la región para un aumento gradual de varios dólares en un plazo de tres a cuatro años.
La nieta de Villatoro, Gloria Raquel Reyes, que también gana $8 por hora como administradora del restaurante, puntualizó por su parte que no tiene seguro médico.
“El Obamacare es un proyecto bueno pero a la vez pienso que el gobierno debe tomar en cuenta a las personas que no tienen papeles”, sostuvo Reyes, que tiene dos hijos que reciben cobertura bajo el programa federal del Medicaid para familias de bajos recursos. Enfermarse es carísimo aquí y en cualquier lugar”, puntualizó Reyes.
Un punto de vista similar tiene Margarita Funes, quien es camarera, y tiene un niño con beneficio del Medicaid. “La nueva ley de salud tiene sus beneficios y desventajas”, subrayó Funes, que gana $7,50 por hora.
“Está bien que el seguro sea para todos, pero a veces los gobiernos benefician más a las personas que tienen papeles”, manifestó la camarera salvadoreña.