El embajador de El Salvador en Washington, Rubén Zamora, concedió una entrevista a El Tiempo Latino, el martes 25: el mismo día que el Tribunal Supremo Electoral salvadoreño validaba el escrutinio final y entregaba las credenciales de presidente electo a Salvador Sánchez Cerén y al vicepresidente electo, Óscar Ortiz. Y la misma mañana que el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, felicitaba al nuevo mandatario.
Embajador de El Salvador en Washington, Rubén Zamora

Para el embajador Zamora, estas elecciones fueron muy importantes porque “por primera vez en la historia del país, el voto en el exterior se empezó a implementar”, aunque “en etapa de proyecto piloto”.
Además, dijo Zamora, fue una elección con un creciente número de votantes en la segunda, en contraste con las tendencias habituales. “El partido (FMLN) que había ganado la primera vuelta, aumentó cerca de 200.000 votos y el partdo que había quedado perdedor (ARENA) aumentó cerca de 400.000 votos en la segunda vuelta”, explicó y añadió que ambos partidos “se acercaron mucho a lo que buscaban, pero no lograron lo que querían”. En el caso del FMLN, se frustró su victoria en la primera vuelta por tan solo 25.000 votos sobre más de 3 millones. Y en la segunda vuelta, ARENA quedó muy cerca, a unos 6.500 votos de diferencia que lo apartaron de la victoria.
Para el embajador Zamora, lo que ocurrió indica que “el sistema está funcionando cada vez más eficientemente e institucionalizado”, con un electorado que evoluciona. Y ante un margen de victoria —y de derrota— tan estrecho, el diplomático aceptó que el partido perdedor cuestione los resultados “es de esperarse y es un recurso que las leyes permiten y es obligación y signo de madurez política, y de respeto a la constitrucionalidad, que el Tribunal atienda ese recurso, lo procese y resuelva”. Pero sobre las acusaciones de fraude vertidas desde El Salvador y sectores de la diáspora salvadoreña en el área de Washington, Zamora dijo que era “absurdo” comentar sobre “la teoría de que 50.000 presos salieron de las cárceles y fueron a votar”.
“Lo que ARENA pidió en concreto es que se abrieran seis urnas en las que sospechaban errores o fraude, eso se les dio porque la ley asi lo requiere, se puede hacer, pero pedir la nulidad de las elecciones va contra la ley”, dijo.
La ley dice que sólo se podrá pedir nulidad por fraude cuando el número de votos fraudulentos que se comprueben sea mayor que la diferencia entre el ganador y el perdedor. Pero seis urnas no son ni siquiera 3.000 votos —si todos votan— y la diferencia final fue de 6.500, por tanto no alcanza y, según Zamora, se aplica la ley al nombrar a Sánchez Cerén, presidente electo.
Para el diplomático, la felicitación enviada por Kerry ratifica las buenas relaciones bilaterales y el reconocimiento del gran activo salvadoreño en Estados Unidos: “dos millones de personas que mandan remesas, que constituyen un 18% de nuestro Producto Interno Bruto”, dijo.
“Creo que hay que felicitar doblemente al Gobierno de EEUU: primero esperó, respetando la autoridad local y, segundo, dijo que iba a continuar con la política de colaboración”, indicó el embajador Zamora.