La joven activista Janelle Treibitz se disfrazó el sábado 5 de abril de mariposa, con unas alas en las que se leía: “Ni una más”, que es el título de las protestas en varias ciudades de Estados Unidos contra las deportaciones bajo el gobierno del presidente Barack Obama.

“Las mariposas se están convirtiendo en uno de los símbolos de la lucha por la inmigración porque las mariposas no tienen fronteras”, dijo Treibitz a El Tiempo Latino en el parque Lafayette, frente a la Casa Blanca, donde manifestantes se congregaron luego de un recorrido de varias millas desde el barrio hispano de Mount Pleasant, en DC.

La diseñadora salvadoreña Frida Larios llevó por su parte la imagen en cartón de un hombre encadenado que “representa a un padre de familia, que se encuentra en un centro de detención, separado de sus hijos y de su esposa”, puntualizó.

Otros letreros incluían la imagen en negativo del presidente Obama, a quienes los activistas lo califican como “Jefe de las deportaciones” o en inglés “Deporter in Chief”.

Protestas similares se replicaron en varias ciudades del país. En la manifestación en DC, impulsada por la Coalición de Organizaciones Latinas de Virginia (VACOLAO) y CASA de Maryland, entre otros grupos, varios de los activistas se animaron a bailar al son de un grupo musical que intercalaba consignas entre sus melodías.

En ese día soleado y fresco, los manifestantes se mezclaban entre los turistas que transitaban por la zona para ver el tradicional florecimiento de los cerezos en los parques cercanos del Monumento a Washington.

Padres de familia en peligro de deportación acudieron a la manifestación acompañados de sus hijos. La hondureña Karen Fiallo, quien es madre soltera, fue a la protesta con su hija Katherine, de 11 años, nacida en Estados Unidos.

“La niña está triste porque el próximo mes tengo una cita de inmigración y el tiempo de permanecer en el país ya terminó. Probablemente me digan que tengo que salir del país y eso la tiene muy triste, no sabemos qué va a pasar”, dijo Fiallo, quien vive en Baltimore, Maryland.

Algunos participantes expresaron su desazón por la escasa asistencia a la marcha. “Queríamos más gente, es necesario acercarse más a la gente y hacer un llamado a que participen. No hay un cansancio (en el movimiento pro-inmigrante), creo que hay que organizarse mejor”, anotó el activista Marcial Cándido.

William Joachin, trabajador de la Clínica del Pueblo y miembro de la Red Nacional de Salvadoreños en el Exterior (RENACE), enfatizó por su parte que “el Presidente tiene el poder de parar las deportaciones”.

“Las organizaciones tienen ponerse de acuerdo para enfocarse en lograr que terminen las deportaciones y que haya una amnistía para todos”, recalcó.

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