El Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados (LIRS, en sus siglas en inglés) presentó, el martes 27, una campaña para mejorar la atención a los niños que llegan solos a las fronteras, sobre todo procedentes de Centroamérica.
En el Club Nacional de Prensa de Washington, los responsables de este grupo proinmigración dieron a conocer esta iniciativa que pretende poner el foco de atención sobre una situación que consideran una “emergencia” y urgir a la Casa Blanca y el Congreso a que la atienda.
Según los datos de LIRS, el flujo de niños sin acompañamiento de familiares procedentes de Guatemala, Honduras y El Salvador se ha disparado en los últimos tres años y se espera que este año ascienda a 60.000, la mayoría de ellos adolescentes, pero también algunos menores de diez años, y que se doble en 2015.
La campaña, denominada “#ActofLove” (“Acto de Amor”) y liderada por jóvenes, aspira a que el Gobierno colabore con los países de origen y con organizaciones no gubernamentales y destine una partida de fondos para mejorar la protección de niños que llegan solos.
Estas peticiones se recogen en una carta dirigida al presidente , Barack Obama, al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, y al líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid.
“Necesitamos cambiar la manera en que estamos pensando en esta crisis. Esto no es simplemente algo más de lo que ya está pasando en inmigración, sino que es una crisis particular que requiere que la atendamos”, explicó a Efe el reverendo David Vásquez, pastor en el Lutheran College (Iowa) y uno de los participantes en la campaña. Vásquez detalló que la iniciativa de LIRS trata de “llamar la atención sobre esta crisis, que es nacional, reconocer las particularidades de los niños, buscar los recursos y que trabajar juntos para ofrecer una solución a este problema”.
El pastor señaló que los niños, al huir de la pobreza y la violencia por el narcotráfico de sus países, se encuentran “en medio de un conflicto internacional” del que acaban siendo “víctimas”.
Al llegar a Estados Unidos, los menores acaban “en lugares prácticamente de detención sin tener los servicios necesarios”, apuntó el pastor, que recordó que en un mes de 2014 fueron arrestados en la frontera más niños que en todo 2011.