La policía peruana arrestó en la localidad de La Molina, en Lima, a Rosita Vílchez, quien era buscada por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y se encontraba prófuga.
Vílchez, quien podría ser extraditada a Virginia, enfrenta acusaciones de fraude bancario de $7 millones por medio de la firma Rosa Vílchez y Asociados que dirigió entre 2002 y 2007.
En enero de este año, la justicia peruana autorizó la extradición de Armando Pino Ponce, hermano de Vílchez, quien también está involucrado en delitos de fraude. La prensa peruana reportó que Vílchez, de 40 años de edad, intentó impedir el paso de la policía peruana a su domicilio al momento de ser arrestada el martes 23 de septiembre y trató de hacer una llamada, pero uno de los agentes le indicó que no podía hacerlo.
“Que me presenten una prueba en mi contra, no un testimonio, eso no sirve. Que me digan a quién estafé y cómo. ¿Dónde está mi firma y letra?”, dijo Vílchez, según declaraciones recogidas desde la clandestinidad por el diario peruano La República.
El FBI anunció una recompensa de hasta $6.000 por Vílchez, quien en su época como empresaria exitosa residía en Manassas, Virginia.
Vílchez y sus cómplices supuestamente enviaron información fraudulenta a instituciones financieras para respaldar solicitudes para hipotecas de casas y lograr que los prestatarios tuvieran derecho a obtener préstamos que no podrían pagar, según el FBI.