Trabajadores de la firma Tito Contractors, con oficinas en DC, celebraron una reciente decisión de una entidad federal que reconoció sus reclamos laborales. La acción de los trabajadores sienta un precedente de unidad para evitar abusos similares en otras empresas, al margen del estatus migratorio de las personas.
La Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB, por sus siglas en inglés), entidad perteneciente al Departamento de Trabajo, dictaminó a principios de noviembre que en un plazo de dos semanas se vuelva a contratar a ocho trabajadores que fueron despedidos de manera arbitraria y se les compense por pérdida de ganancias durante el tiempo que estuvieron sin trabajo, incluyendo intereses. Cinco trabajaban en el área de reciclaje y tres en la construcción y pintura.
Las denuncias incluyeron abusos por parte del empleador tales como represalias por intento de organizarse en un sindicato, despidos injustos y falta de pago por horas extras.
Las quejas fueron presentadas en audiencias cerradas al público que tuvieron ante la NLRB entre agosto y septiembre de este año.
Un documento de la NLRB emitido el 4 de noviembre pasado, al que tuvo acceso El Tiempo Latino, hace una síntesis de esas alegaciones.
Una pluralidad de los trabajadores, en un margen de 28 a favor y 13 en contra, también votaron para unirse al Sindicato Internacional de Pintores e Industrias Afiliadas, perteneciente a la central sindical AFL-CIO.
Los empleados de Tito Contractors intentaron formar un sindicato el año pasado, pero fueron amenazados no solo por despido sino que en algunos casos los supervisores amenazaron con llamar al Servicio de Inmigración, según las denuncias.
“Tuvimos una gran victoria. Sabíamos que iban a haber problemas. Pese a cuestiones de ciudadanía, los trabajadores merecen los mismos derechos que cualquier otro empleado”, dijo James Coats, del sindicato. “Vamos a tener un contrato bajo un sindicato. Muchos de los trabajadores han laborado por más de 15 años, son productivos, son buenas personas, no se involucran en problemas y están enviando a sus hijos a la escuela”, recalcó. “Las personas despedidas van a regresar y deben pagarles todo el tiempo perdido con intereses”, indicó por su parte el organizador sindical Sandro Solís,
Reyna Isabel Sorto García, trabajadora en obras de reciclaje de Tito Contractors en el condado de Montgomery, es una de las empleadas que debe volver a su centro laboral. “Me siento feliz porque estamos viendo que estábamos luchando por algo que era justo”, manifestó. “Se nos hizo justicia”, dijo su compañera de trabajo, María Elena Chávez. “No tenemos temor de volver porque no hicimos nada malo, solo defendimos nuestros derechos”, recalcó.
Tito Contractors tiene importantes proyectos en el Distrito de Columbia y Maryland. Los trabajadores indicaron que su objetivo es que se valore su trabajo que ha permitido la expansión de la empresa y que se respeten sus derechos laborales.
Algunos trabajadores indicaron que por años laboraron prácticamente gratis para el dueño de Tito Contractors, Máximo “Tito” Piérola, quien junto con su hijo Alex y el gerente Kenneth Brown administran la empresa.
Los trabajos los hacían incluso los fines de semana a cambio de que el empleador le firmara los documentos para auspiciar permisos de empleo.
Al ser contactado por teléfono, Piérola dijo que el caso está en manos de sus abogados y no puede dar declaraciones con respecto a las quejas.
La empresa Tito Contractors fue fundada en 1979.
La corporación ha realizado proyectos en distintas universidades, escuelas así como en instituciones federales y gobiernos locales.
Tito Contractors ha recibido reconocimientos de la Cámara de Comercio Peruana Estadounidense, el condado de Baltimore y la Administración de Pequeñas Empresas (SBA).