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COMPUTADORA. En el año 2000 en la Universidad de Pensilvania con el histórico ENIAC.



Cort. Pablo Molina

COMPUTADORA. En el año 2000 en la Universidad de Pensilvania con el histórico ENIAC.

“Los problemas hay que plantearlos en pocos minutos aunque después nos tardemos años en resolverlos”, le dijo Pablo G. Molina a El Tiempo Latino unos días antes de recibir en Silicon Valley, uno de los premios del Consejo de Ejecutivos Hispanos en la Industria Tecnológica (HITEC,por sus siglas en inglés).

Doctor en Gestión Tecnológica de la Universidad Georgetown y máster en administración de empresas por la Universidad de Saint Louis, Molina describe su carrera como una combinación de creatividad, unida a pasión y compromiso. Además, es vicepresidente de Informática de la Asociación Americana de Escuelas de Derecho y profesor adjunto en la Universidad de Georgetown, donde imparte cursos de postgrado en ética y gestión de la tecnología, la gestión de seguridad de la información y la gobernanza de Internet.

Molina sabe que tiene en sus manos dos armas poderosas: la educación y la tecnología. “Los profesionales de esta área tenemos la obligación de ayudar a otros a acceder a la educación, porque ésa es la forma más eficaz para sacar a las personas de la pobreza”, dijo y agregó que ha ayudado a los gobiernos de Nicaragua, Colombia y México a desarrollar programas online para que usen el internet como lugar donde aprender y enseñar.

“Hay que aprovechar las redes sociales para acelerar el aprendizaje del estudiante, la colaboración y su gusto por el conocimiento”, enfatizó.

Desde que comenzó a trabajar para la Universidad de Georgetown, ha buscado activamente apoyar a los jóvenes menos privilegiados ofreciéndoles acceso a la tecnología por medio de programas de donación de laptops. El año pasado sorprendió a varios estudiantes de escuelas de El Salvador con una computadora, justo para el regreso a clases. En el 2011 junto con un programa de las Naciones Unidas, diseñó los procesos online para que los estudiantes de un campo de refugiados en Nairobi, Kenia, pudieran recibir su título profesional de la Regis University de Denver, Colorado.

“La idea de un título universitario era inalcanzable para estas personas, -dijo-, sin embargo me siento orgulloso de haber diseñado la tecnología que transformó la vida de estos refugiados, sus familias y sus comunidades”.

Molina, quien es español de origen y vive en DC desde los años 90, atribuye su éxito a su capacidad estratégica, y a la “casualidad de estar en el momento adecuado, en el sitio oportuno con la preparación y la educación adecuada”.

Para él, la meta final de la educación no es sólo hacer que la gente haga lo que es correcto, sino que disfrute haciéndolo, por eso dedica gran parte de su tiempo a ser mentor o coach de los estudiantes, a quienes les ayuda a resolver problemas y a tomar decisiones.

También les ayuda con sus referencias laborales, los asesora para que se vinculen a asociaciones o grupos de afinidad, y por último, los inspira para que sueñen y creen nuevas tecnologías. “Uno como profesor tiene cada día en sus manos la oportunidad de tocar y de transformar el futuro”, comentó sonriendo.

De lo tradicional a lo virtual

A pesar de que las estadísticas muestran que en Estados Unidos, 7 de cada 10 estudiantes toman apuntes en una computadora, no en papel, 98% lee libros de texto en lectores electrónicos y que más de 7.1 millones se registrarán en clases online, no presenciales, Molina afirma que la educación tradicional sigue siendo sólida porque la universidad se ve como un centro de control de calidad.

—¿Cómo están los hispanos en tecnología y qué tanto se ha subido América Latina a la nube?

—“Creo que todos los países se están moviendo hacia la nube. No he visto ningún dato que diga que una parte del mundo se está moviendo más rápido que otros. En Latinoamérica, lo que detiene un poco el proceso es la infraestructura, y la falta de seguridad. Sin embago, a través de organizaciones como Electronic Privacy Information Center, estamos trabajando para proteger la privacidad y la seguridad de los usuarios… Con respecto a los hispanos en tecnología en USA, hay una ética solida, una gran creatividad y lo más importante, una enorme capacidad de relacionarse con el mundo. Recibir este premio del Consejo de Ejecutivos Hispanos, es una muestra de que lo que estamos haciendo lo estamos haciendo muy bien”.

Molina es un enamorado de la navegación a vela y de leer novelas en francés, inglés, portugués, español o italiano. Además se dedica a enseñar a los jóvenes a jugar ajedrez en el US Chess Center. Y éstas son la tres pasiones que “gobiernan” su vida: el anhelo de enseñar e inspirar a los jóvenes, la búsqueda del conocimiento y su insaciable amor por las novelas de ciencia ficción, especialmente las novelas de Isaac Asimov: “La ciencia ficción es lo que todavía no ha pasado, mi trabajo es contribuir a que pase”.

—¿Con qué sueña?

—”Con la idea de que toda esta tecnología nos lleve a descubrir la cura contra el Alzheimer y también con la idea de que la teleportación, —ésa que hizo famosa a la película el Viaje a las Estrellas—, se haga realidad, para que me pueda ir a vivir al sur de España mientras sigo viniendo todos los días a DC a dictar clases a la Universidad de Georgetown.

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