El Café Azul en Hyattsville, Maryland, es más que un restaurante. Durante seis años ha servido delicias venezolanas a una creciente comunidad inmigrante que valora sus arepas y cachapas.
“Tenemos clientes que vienen desde el condado de Howard, de Annapolis, de Virginia, Manassas, Reston, desde Delaware, y hasta desde Pennsylvania”, dijo la copropietaria Mónica Torrealba quien señala que los comensales no pueden evitar hablar de política. “Es normal que a mi esposo le digan, ‘¿Has visto lo que acaba de hacer el presidente?’”, comentó.
Y cuando dicen “presidente” quieren decir Nicolás Maduro, el sucesor de Hugo Chávez. Maduro lidera un país en crisis y muchos venezolanos tratan de escapar. En Estados Unidos hay unos 260.000 venezolanos y una buena parte de ellos comenzaron a llegar a partir del año 2000, poco después de que Chávez llegó al poder. La mayoría están en el sur de Florida, pero unos 5.000 viven en el área de Washington, DC.
Venezuela sufre por la caída de los precios del petróleo y por un 68% de inflación. Las protestas se suceden. Amnistía Internacional y Human Rights Watch han criticado la represión del gobierno de Venezuela. Y todo esto ha generado el éxodo de la clase media. “Los venezolanos que han trabajado duro por su educación y los que tienen sus negocios quieren marcharse para poder vivir como personas, para poder caminar por las calles sin temor a que los maten”, expresó Carla Bustillos, una estadounidense de origen venezolano que vive en el condado de Montgomery. Bustillos acudió recientemente a una protesta contra el gobierno de Venezuela que tuvo lugar ante la sede de la Organización de Estados Americanos en DC donde se celebraba una sesión para debatir la tensión entre EEUU y el gobierno de Caracas. En la reunión, Delcy Rodríguez, la ministra de Exteriores venezolana calificó las sanciones de EEUU como un intento de intervenir militarmente en su país.
En el Café Azul, Maria Castro dijo que “es irónico” que EEUU diga que Venezuela es una amenaza para la seguridad nacional cuando recibe el 40% del petróleo venezolano. Castro dijo que no apoyaba a Maduro, pero pensaba que las sanciones no son una buena idea.
Torrealba dijo que a su restaurante vienen funcionarios de la embajada de Venezuela.
“Aquí no hablamos de cuál es su idea respecto a la situación de Venezuela. Nos limitamos a disfrutar de la comida”, concluyó.
Armando Trull es reportero de WAMU 88.5FM