Un grupo de más de treinta residentes de parqueos de casas móviles, actuales y ex residentes, presentó una denuncia de vivienda justa contra la ciudad de Richmond el viernes 24 de abril después de un año tratando de cooperar con la Ciudad. La misma fue sometida al Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (“HUD”, por sus siglas en inglés) ante la campaña de aplicación del Código de Mantenimiento contra los parqueos de casas móviles. “Todos queremos un hogar seguro y queremos cumplir con el Código,”, dice Gerardo Martínez, un residente de Mobile Towne en Old Midlothian Turnpike. “Pero sentimos que la Ciudad está enfocándose en los parqueos de casas móviles porque somos comunidades pobres, principalmente familias latinas”.
El grupo presentó la denuncia a HUD con la ayuda del Centro de Justicia de Asistencia Legal de Richmond y el bufete de abogados de Crowell & Moring en Washington, D.C. La denuncia alega que la campaña de aplicación del Código de Mantenimiento discrimina ya que se dirige específicamente a parqueos de casas móviles donde los residentes son principalmente latinos. “En lugar de encontrar maneras para ayudar a cerciorarse que tengan viviendas seguras, los inspectores amenazan con cerrar la única opción que muchas de estas familias pueden permitirse,” según el abogado Phil Storey del Centro de Justicia de Asistencia Legal.
La incertidumbre de muchas familias latinas
Los miembros de una numerosa comunidad indígena mixteca que durante años ha vivido en el parque de remolques Rudd´s en Richmond, Virginia, lidian a diario con la incertidumbre de perder su hogares. Ojilvia Moreno Solano, originaria de Metlatónoc, en el estado mexicano de Guerrero, asegura que muchos de los habitantes del área no hablan español y no tienen idea de a dónde irán o qué harán, si las autoridades los desalojan, porque sus casas móviles no cumplen con los estándares oficiales de seguridad.
En abril de 2014, tras visitar su tráiler, los inspectores le entregaron a Moreno y su familia una larga lista de infracciones al código de mantenimiento de Virginia. El documento estaba en inglés, pero los traductores de la Oficina de Asuntos Multiculturales de la Ciudad, les resumieron verbalmente el contenido en español.
“Decían que arregláramos las ventanas, el aire acondicionado, las calefacciones y nosotros lo hemos arreglado. Las ventanas son muy caras y hemos arreglado eso, (y) el techo. La calefaccion no porque no nos alcanza el dinero la verdad”, explica Moreno.
La joven madre que mantiene a 6 familiares, dice haber gastado hasta $4.000 en arreglar su casa móvil, pero en la traducción verbal del documento se perdieron importantes detalles. Nadie le especificó, por ejemplo, el tipo de ventanas que debía instalar. Y su hogar todavía no cumple con lo requeridoa. Moreno ya experimentó en carne propia los peligros que puede conllevar el habitar un tráiler. Su anterior casa rodante ardió y recientemente los bomberos respondieron a tiempo a una emergencia de electricidad.
De unas 100 casas remolque instaladas en el parque Rudd´s, aproximadamente 17 ya han sido clausuradas o abandonadas. El comisionado de Edificaciones de Richmond, Douglas H. Murrow, senaló a El Tiempo Latino, que los residentes, la mayoría de origen latino, tienen hasta mediados de octubre para repararlas. Aunque les ofrecerán orientación, la ayuda económica está por el momento descartada.
“Nuestro departamento se encarga de implementar el código de seguridad y mantenimiento. Nos hemos reunido con la coalición (de ONGs) para ver si existe ayuda financiera disponible. Pero como departamento de la Ciudad, eso está fuera de nuestro de campo de trabajo”, apuntó Murrow.
Por razones logísticas el dinero que ha recaudado una coalición de 15 organizaciones comunitarias, no ha podido todavía destinarse a reparar las viviendas. Y como el tiempo apremia, las organizaciones evalúan contratar servicios de reubicación para apoyar a los residentes. Pero mudarse no es algo que desee Josefina Rosas Altamiras, quien hace 15 años llegó a Estados Unidos proveniente de uno de los municipios más pobres en la Montaña de Guerrero.
“Cuando compré el trailer estaba todo podrido. Lo arreglé, me gasté mucho dinero, por eso no quiero dejarlo. ¿Quién me va a regresar todo mi dinero?”, pregunta con gran preocupación.
La entrevistada agrega que aunque vive sola se siente segura en su hogar rodante. Lo que teme sin embargo, es que el dueño del parque decida cerrarlo si más gente se muda en próximas semanas.
Propiedad y protección de los residentes
El dueño del terreno, Ronnie Soffee, confirmó a El Tiempo Latino que la situación ha afectado sus ingresos. Agregó que ya está en contacto con un potencial comprador del terreno y asegura que notificiará a los arrendatarios con bastante anticipación, sobre cualquier acuerdo al que se llegue.
“Lo que yo consideraba un decente vecindario ahora se ha vuelto un pueblo fantasma. No sé a quién culpar pero los de la Ciudad de Richmond son los que vinieron con policías e inspectores y entraron a cada uno de los trailers y hallaron una docena de cosas (violaciones al código de mantenimiento)”, dijo Soffee.
La Cónsul de Protección de México, Rocío Vázquez Álvarez, afirmó que está en contacto con los mexicanos afectados y que ofrece protección a quienes la solicitan.
“Nuestra posición es de apoyo a la comunidad. Seguirá el diálogo abierto con las autoridades”, explicó la funcionaria.
El proceso de apelación de las infracciones es muy complicado, dijo el abogado Phil Storey de Legal Aid Justice Center, que representa de manera gratuita a varias de las familias afectadas. A su juicio, muchas de las reparaciones requeridas son “injustificadas e innecesarias” y advierte que sin un plan oficial que tome en cuenta las consecuencias de desplazar a cientos de familias, el costo puede resultar demasiado alto.
“Una familia necesita mucho más que un sistema eléctrico seguro. Tendrán problemas para hallar alojamiento a precio asequible. Tener gente sin hogar representaría desafíos tanto para las ONGs como para el departamento de servicios sociales, el sistema de salud, los albergues y las escuelas. Francamente también para la policía y el sistema carcelario”.
Los lugareños le han comentado a Storey que desde hace dos décadas que la comunidad latina vive en el parque de remolques Rudd´s, el ambiente de seguridad ha mejorado. Pero desde que las casas móviles empezaron a ser clausuradas o abandonadas ya se han registrado actos de vandalismo y robos.
Ahora el Centro de Justicia de Asistencia Legal de Richmond (Legal Aid Justice Center) y el bufete de abogados de Crowell & Moring en Washington, D.C. presentaron ante el HUD una demanda legal contra la Ciudad de Richmond según informó Storey. Al preguntarle ¿por qué les importa lo que ocurre en Rudd´s?, Storey sin dudarlo respondió: “Porque son nuestros vecinos. Porque somos nosotros mismos”.