Identidad Sexual
Alexa Rodríguez, de 38 años, era en su natal El Salvador, un hombre conocido como Wilson Alexander.“En mi país jamás hubiera podido cambiarme de nombre como lo hice aquí”, contó a El Tiempo Latino en 2012. “Me tomó un mes para llamarme como siempre me he identificado: Alexa”. Rodríguez acudió a una corte de Maryland donde se emitió su nuevo nombre, luego fue al DMV de ese estado y tramitó la corrección en su licencia de conducir. Ahora figura como Alexa Elizabeth Rodríguez. En Estados Unidos, cualquier persona que compruebe un cambio de estatus civil, migratorio o de identidad sexual puede solicitar un cambio de nombre. Organizaciones como Whitman Walker Health en DC, junto a The Transgender Legal Advocates of Washington (TransLAW) ofrecen talleres gratuitos para ayudar a cambiar de nombre a mujeres y hombres transexuales. Pero cambiar de género en documentos es más complicado. Se requiere comprobar que la persona ha tenido un tratamiento y cirujía para completar el cambio de sexo. Por eso, en su licencia, Alexa Rodríguez todavía figura con la “m” de masculino. “Yo no he podido operarme todavía”, dijo. Pero las regulaciones pueden variar, dijo la cofundadora de la “DC Trans Coalition”, Ruby Corado, quien a pesar de no haber completado la operación para cambiar de sexo, cuenta con varios documentos que la señalan como mujer. Entre ellos su tarjeta de seguro social.
—Milagros Meléndez-Vela/El Tiempo Latino
La mayor parte de su vida, Alexa Elizabeth Rodríguez —antes, Wilson Alexander— recuerda verse al espejo en su natal El Salvador y echarse a llorar. Lo que veía reflejado, dice, no era ella, no era quién ella se sentía. Rodríguez, de 38 años, es una transexual y activista comunitaria en Washington, DC, por la causa LGTB.
“Siempre soñé con tener mi cuerpo de la manera que debía ser”, expresó Alexa.
Y en diciembre, el sueño de Alexa se iba a hacer realidad. O eso pensó cuando, después de una batalla legal, consiguió que el seguro le cubriera el gasto de la operación para ponerse implantes de seno. (Era una etapa más de la lucha de Alexa: en 2012 El Tiempo Latino reportó su alegría cuando consiguió que su nuevo nombre, Alexa Elizabeth Rodríguez, figurara en su licencia de conducir de Maryland).
Alexa nos enseñó la carta de la aseguradora en la que se explica que “pagarían por el proceso, por la cirugía… porque yo tenía toda la documentación requerida de mi medico y de mi proveedor de salud mental”, comentó.
Alexa eligió Medstar Georgetown Hospital y al doctor Troy Pittman. Luego, acudió a su examen médico e hizo una cita para la cirugía.
“Ésta es la carta que dice que todo está listo para ‘pre-op’… esto quiere decir que iba a entrar en el proceso”, explicó Alexa.
Pero su alegría se volvió una pesadilla cuando, en mayo, la oficina del doctor Pittman la llamó para comunicarle que el hospital ya no operaba a pacientes transexuales. Alexa dice que intentó hablar con el doctor, pero nunca consiguió que la comunicaran.
“Nunca me daban una respuesta al teléfono, o me decían que el doctor estaba ocupado”, dijo Alexa quien, en medio de la frustración, decidió presentar una queja contra Medstar Georgetown ante la Oficina de Derechos Humanos de DC.
“Mi vida siempre ha estado llena de dificultades, y esto me regresó a los años de sufrimiento”, dijo.
Medstar Georgetown University Hospital explicó que no discriminan contra ningún paciente, incluyendo a los transexuales. En una declaración enviada a la estación de radio WAMU, el hospital indicó que no hace cirugías como las de Alexa porque “un servicio de transición de género de alta calidad es mejor cuando se proporciona en el contexto de un programa integrado, y no de manera fragmentada”.
Ahora Alexa dice sentirse discriminada. La controversia está servida.
Historia de una frustración
salvadoreña Alexa Elizabeth Rodríguez (antes Wilson Alexander) se sentía feliz porque había conseguido una carta de su aseguradora para cubrirle una operación en los pechos que la acercara más a su identidad sexual.
Tenía toda su documentación en regla, dice: “Documentos de mi doctor y de mi proveedor de salud mental”.
Eligió el Medstar Georgetown University Hospital para hacerse la cirugía y todo parecía ir según lo esperado hasta que, de pronto, no pudo hablar con su doctor y nadie en el hospital le explicaba las razones del retraso —que luego fue una negativa— a la operación solicitada por esta transexual y activista por los derechos de la comunidad LGTB. Alexa presentó una demanda contra el hospital ante la oficina de Derechos Humanos de DC (OHR, en inglés).
El hospital se defendió diciendo que ellos no discriminan contra ningún paciente; pero que ese tipo de procedimientos se debería hacer en “un programa integrado” que ellos no proporcionaban.
“Me parece un argumento poco creíble el que dio el hospital”, dijo Anand Kalra, un activista del Transgender Law Center de California. Karla sugiere que el hospital quiere equiparar los implantes en los pechos para pacientes transexuales con la cirugía de cambio de sexo solo para evitar una demanda legal, ya que el hospital hace este tipo de implantes con pacientes de cáncer y por razones estéticas. Y en esos casos, el hospital no le pide al paciente formar parte de “un programa integrado”.
“Es difícil para los hospitales alegar que su postura no es discriminatoria”, indicó Karla.
La ley de DC parece estar en sintonía con esas palabras. El Human Rights Act dice que cualquier institución que sirva al público debe proporcionar los mismos servicios a no ser que existan importantes razones médicas o de seguridad. En el caso de Alexa, la mayoría de los tratamientos para cambio de sexo, que incluye tratamiento hormonal y consejería sicológica, se le proporcionó en la Whitman Walker Clinic donde Sarah Henn es la directora.
“Trabajamos con un equipo de especialistas al tratar a nuestros pacientes”, dijo Henn y añadió que es normal referir a los pacientes transexuales a hospitales locales para efectuar cirugías. “Por eso es frustrante saber que Georgetown no nos va a ayudar”, comentó. La pregunta en el ambiente de la sala de operaciones es si la decisión de Medstar Georgetown University Hospital está relacionada con la afiliación religiosa (católica) de la institución. El hospital no respondió a esa pregunta. Y está por ver si argumentarán libertad religiosa cuan el caso llegue ante la OHR.
“No creo que ese argumento les ayude ante la Oficina de Derechos Humanos de DC”, explicó el abogado Brian Markovitz al decir que el Distrito enmendó la ley el año pasado para prohibir discriminación contra transexuales por cualquier razón, incluyendo la religiosa.
“Si pasara la OHR y al final llegara a una corte entonces habría temas de “Primera Enmienda” (la Constitución) que se podrían argumentar en favor de la libertad religiosa que chocaría con la ley de DC y no sería de extrañar que se produzca una batalla legal en la corte federal”, dijo Markovitz
Mientras, Alexa busca a otros cirujanos que se ocupen de su operación.
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Armando Trull es periodista de WAMU 88.5FM (NPR) donde esta historia fue un reportaje radiofónico