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Washington, DC.- Autoridades de DC intentan frenar la escalada de crímenes que azota la ciudad con una mayor presencia policial en ciertos vecindarios y un programa de recompensa de $2.500 para las personas que ayuden a recuperar armas ilegales.

La Ciudad anunció el miércoles 19 el aumento de la recompensa de $1.000 a $2.500 para quienes proporcionen información clave que permita confiscar las armas ilegales.

La alcaldesa de DC, Muriel Bowser y la jefa de la Policía de DC, Cathy Lanier, hicieron el anuncio, un día después del asesinato de tres personas en tres incidentes por separado, que involucraron múltiples disparos.

Como en otras grandes ciudades del país, DC experimenta una ola de crímenes violentos “como no se había visto en décadas”, señaló Lenier. Hasta el jueves 20 se registró 97 homicidios.

Los tres incidentes fatales del martes 18 de agosto ocurrieron en zonas del noreste de la capital y a plena luz del día. El primero se registró a las 12:30pm afuera de una iglesia católica en East Capitol Street. La víctima fue un joven de 21 años identificado como Amari Jenkins.

El segundo, ocurrió antes de las 4pm. Una mujer de 31 años, Tenika Fontanelle, sucumbió a los disparos que recibió durante una balacera en el interior de su apartamento. En ese incidente resultaron heridos dos adolescentes.

Minutos antes del mortal disparo, los dos muchachos, uno de 17 años y el otro de 12 tuvieron una confrontación. Luego, el mayor ingresó con un arma al apartamento del menor, y se produjeron los disparos. La mujer era madre del adolescente de 12 años.

El tercer homicidio de ese martes sucedió en la cuadra 2700 17th Street. La víctima fue identificada como William Conley, de 24 años.

Como en muchas grandes ciudades del país, el Distrito de Columbia está experimentando unaumento de crímenes que “no habíamos visto en décadas”, expresó la jefa de la Policía Metropolitana de DC, Cathy Lanier.

•Razón de escalada

Las autoridades se rompen la cabeza tratando de hallar las razones de esta oleada de crímenes. Entre ellas atribuyen la alta incidencia a las armas automáticas, el uso de drogas sintéticas y a los individuos que reinciden en los crímenes.

“Muchos de los que están involucrados en homicidios son personas que habían recibido cargos de homicidio anteriormente y que ahora están de regreso en nuestras comunidades”, expresó Lanier en una conferencia de prensa el jueves anterior, 13 de agosto.

El tema de las armas automáticas fue uno de los más preocupantes en el encuentro de emergencia que sostuvieron hace unas semanas en Washington jefes de la Policía de varios puntos del país. “Cuando vamos a una escena de tiroteo nos encontramos con múltiples pistoleros, múltiples víctimas y armas que tienen una alta capacidad de ronda de disparo”, dijo el jefe de la Policía del condado de Montgomery, en Maryland, Thomas Manger, quien es presidente de la Major Cities Chiefs Association.

La comunidad está en vilo. “Es preocupante ver cómo está ola de crímenes está creciendo, no sólo los homicidios sino los ataques y robos de los cuales los hispanos son blanco”, señaló el activista Abel Nuñez, director de la organización CARECEN en el noroeste.

Nuñez expresó que han notado un aumento en el número de inmigrantes que acuden a la organización para pedir ayuda del programa de Gobierno para víctimas de crímenes.

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