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The Washington Post consideró el lunes 12 de octubre una “injusticia indignante” la condena de su corresponsal en Irán Jason Rezaian y señaló que trabaja junto a su familia y abogados para presentar una rápida apelación.

Rezaian, de 39 años, fue detenido en julio del 2014 acusado de espionaje y otros crímenes contra la seguridad nacional, tras desempeñarse durante dos años como corresponsal en Teherán del prestigioso diario estadounidense.

El veredicto de culpabilidad anunciado por Irán representa una injusticia escandalosa”, dijo el editor ejecutivo del periódico, Martin Barón, en un comunicado.

Según el sistema legal iraní, Rezaian tiene 20 días para apelar cualquier fallo y el fiscal también podría hacerlo si el veredicto absolviera al periodista, aunque esto es poco probable.

La fiscalía de Teherán acusa a Rezaian de “espionaje” por haber recopilado información sobre temas de “política interna y exterior” iraní, y suministrarla a “personas indebidas”, así como “cooperar con estados hostiles” y emitir propaganda contra la República Islámica”.

El hermano de Jason Rezaian, Ali, aseguró que no recibió “ningún aviso” de que habría un anuncio sobre el caso y que ni su familia ni el abogado defensor tienen “ningún detalle adicional sobre el veredicto”.

El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, John Kirby, afirmó también que no tiene constancia de “ninguna confirmación oficial ni detalles de ningún veredicto específico de las autoridades iraníes”, en un comunicado.

El director del Washington Post, Martin Baron, que ha negado todos los cargos contra Rezaian y ha tachado su juicio de “farsa”, destacó hoy que “no está claro si este fallo incluye un veredicto o una sentencia o ni siquiera si su contenido se ha comunicado a Jason o a su abogado”.

Según el Post, Rezaian lleva 447 días detenido en Irán, más tiempo que cualquier otro periodista en ese país y más que los rehenes de la embajada estadounidense, que pasaron 444 días en cautividad, de noviembre de 1979 a enero de 1981.

La Justicia iraní, cuyas altas autoridades dependen directamente del líder supremo del país, el ayatolá Alí Jameneí, y está dominada por los sectores más conservadores, abrió el juicio contra Rezaian el pasado 26 de mayo tras más de diez meses de detención.

Rezaian fue detenido junto a su esposa, la corresponsal del diario emiratí The National Yeganeh Salehí, el pasado 22 de julio, el mismo día que fueron arrestados una fotógrafa que había trabajado para el Washington Post y su esposo.

Excepto Salehí, todos ellos tienen doble nacionalidad iraní y estadounidense, que Irán no reconoce.

La fotógrafa y su esposo fueron liberados semanas más tarde, mientras que Salehí fue puesta en libertad bajo fianza a principios del pasado octubre.

El Gobierno de EEUU ha exigido reiteradamente la liberación de Rezaian y de otras tres personas detenidas en Irán que tienen nacionalidad estadounidense.

Según el sistema legal iraní, Rezaian tiene 20 días para apelar cualquier fallo y el fiscal también podría hacerlo si el veredicto absolviera al periodista, aunque esto es poco probable.

La fiscalía de Teherán acusa a Rezaian de “espionaje” por haber recopilado información sobre temas de “política interna y exterior” iraní, y suministrarla a “personas indebidas”, así como “cooperar con estados hostiles” y emitir propaganda contra la República Islámica”.

El hermano de Jason Rezaian, Ali, aseguró que no recibió “ningún aviso” de que habría un anuncio sobre el caso y que ni su familia ni el abogado defensor tienen “ningún detalle adicional sobre el veredicto”.

El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, John Kirby, afirmó también que no tiene constancia de “ninguna confirmación oficial ni detalles de ningún veredicto específico de las autoridades iraníes”, en un comunicado.

El director del Washington Post, Martin Baron, que ha negado todos los cargos contra Rezaian y ha tachado su juicio de “farsa”, destacó hoy que “no está claro si este fallo incluye un veredicto o una sentencia o ni siquiera si su contenido se ha comunicado a Jason o a su abogado”.

Según el Post, Rezaian lleva 447 días detenido en Irán, más tiempo que cualquier otro periodista en ese país y más que los rehenes de la embajada estadounidense, que pasaron 444 días en cautividad, de noviembre de 1979 a enero de 1981.

La Justicia iraní, cuyas altas autoridades dependen directamente del líder supremo del país, el ayatolá Alí Jameneí, y está dominada por los sectores más conservadores, abrió el juicio contra Rezaian el pasado 26 de mayo tras más de diez meses de detención.

Rezaian fue detenido junto a su esposa, la corresponsal del diario emiratí The National Yeganeh Salehí, el pasado 22 de julio, el mismo día que fueron arrestados una fotógrafa que había trabajado para el Washington Post y su esposo.

Excepto Salehí, todos ellos tienen doble nacionalidad iraní y estadounidense, que Irán no reconoce.

La fotógrafa y su esposo fueron liberados semanas más tarde, mientras que Salehí fue puesta en libertad bajo fianza a principios del pasado octubre.

El Gobierno de EEUU ha exigido reiteradamente la liberación de Rezaian y de otras tres personas detenidas en Irán que tienen nacionalidad estadounidense.

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