Washington, DC.-Syed Rizwan Farook, de 28 años, salió el miércoles 2 de diciembre enojado de la fiesta navideña que se celebraba en el Centro Regional Inland del Departamento de Salud en San Bernardino, California.
Minutos después regresó con su pareja Tashfeen Malik, de 27 años, irrumpiendo en el lugar armados con fusiles calibre 223. Dispararon entre 65 y 75 ráfagas de fuego matando a 14 personas. Las autoridades dicen que 21 fueron heridas.
Ambos sospechosos fallecieron en una balacera con agentes policiales al final de una persecución en San Bernardino.
Al parecer planeaban un ataque más grande. Al huir de la escena, dejaron un artefacto explosivo a control remoto, que no detonó.
Más tarde, las autoridades encontraron en la casa de los autores, arsenal y 12 bombas caseras. Hasta el jueves por la tarde se desconocían los motivos del crimen, pero el hecho causa terror.
¿Podría suceder también en Washington DC? Farook, nacido en Estados Unidos de una familia paquistaní, era un ciudadano común y corriente, que no levantó sospechas. Trabajó como inspector por cinco años para la agencia donde ocurrió la masacre.
Su pareja, con quien tenía un bebé de 6 meses, era de Arabia Saudita. Al parecer la habia conido por internet y viajó a ese país para traerla legalmente como su novia, bajo la visa K-1. La mujer llegó en julio de 2014. Además, las armas que la pareja usó en la masacre fueron obtenidas legalmente.
Mientras el país lamenta las muertes y se especula sobre un acto de terrorismo, el presidente Obama hizo un llamado nuevamente al mayor control de armas.