Detalles alrededor de la muerte de una adolescente de 13 años, de Blacksburg, Virginia, levantan la alerta sobre el peligro que podrían enfrentar menores en las redes sociales y la falta de juicio que los llevaría a envolverse en riesgosas actividades online.
Nicole Lovell desapareció el 27 de enero. Tres días después, las autoridades hallaron su cuerpo en Carolina del Norte, a 120 millas de su casa, donde vivía con su madre.
La menor había estado comunicándose online con el que ahora es el sospechoso de su asesinato, David Eisenhauer, de 18 años, estudiante de ingeniería de la universidad Virginia Tech. Y le había dicho a una de sus amiguitas que quería fugarse y casarse con él. La jovencita se escapó por una ventana del cuarto al colocar una cómoda al lado.
Eisenhauer está acusado de secuestro y homicidio premeditado. Otra estudiante de ingeniería de la misma universidad, Natalie Keepers, está acusada de complicidad por ayudar a eliminar el cadáver de Lovell.
Los motivos del crimen no están claros, pero lo que sí es un hecho es que la víctima había estado “chateando” con personas mayores desde hacía algunos meses a través de las redes sociales.
El padre de la menor, David Lovell, dijo el miércoles 10 en el programa “Dr. Phill” que en diciembre le habían quitado el celular a su hija porque se estaba comunicando con chicos mayores que ella.
“Nos dimos cuenta de que Nicole había estado hablando en las redes sociales con gente inapropiada”, expresó el padre al agregar que “estos chicos tenían perfiles falsos. Pretendían ser chicos más jóvenes”, añadió.
• Alerta a los padres
La psicóloga Claudia Campos, con práctica en Washington DC, alerta a los padres sobre el peligro a los que están expuestos los menores desde la pantalla de un celular o computador. “Hemos visto casos de chicos que han estado involucrados en actividades peligrosas, y se ha hecho la denuncia correspondiente con la policía”, expresó Campos.
La solución para proteger a los jóvenes no es negarles el acceso al mundo en donde se desenvuelven. La mejor forma de combatir es accediendo a los mismos recursos para controlar la actividad online.
• Aplicaciones para control
Se puede hacer uso de aplicaciones de control parental que permiten a los padres monitorear las páginas que visitan los niños, bloquear el acceso a contenidos y ubicación de los teléfonos, entre otros. Hay varias en el mercado por un costo anual entre $40 y $50.
• Aplicaciones que podrían ser un peligro para los niños.
“Kik Messenger”. Es una de las más populares. El 40% de los jóvenes la usan. Si bien proporciona la ventaja de mensajería instantánea, las autoridades dicen que está siendo utilizada para enviar fotos de desnudos entre adolescentes y preadolescentes. A través de esta aplicación Nicole Lovell hablaba con el sospechoso de su asesinato.
“Snapchat”. Envia contenido que dura segundos. Muy usadas para enviar imágenes eróticas y pornográficas “sexting”.
“Omegle”. Diseñado para comunicarse con personas al azar en forma anónima. Los usuarios se identifican como “tú” y “extraño”. Usado por depredadores sexuales.
“Yik Yak”. Se pueden mandar mensajes anónimos.
“Tinder”. Es una de las aplicaciones para hacer “match” entre personas. Advierte que no la pueden usar menores de 17 años. Se pueden mandar contenido en forma anónima.