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Andrés Wells cree que el trabajo de chofer de Uber es el empleo perfecto a medio tiempo “si se lo ve en el corto plazo”. Este joven dominicano que llegó hace dos años a Estados Unidos transporta a diario a un buen número de pasajeros que van desde empleados de la Casa Blanca, el Congreso, Pentágono y prestigiosas compañías privadas y portuarias, con quienes dice no tendría oportunidad de interactuar si estuviera en un empleo regular dentro del mercado laboral.

Luego de probar suerte en la industria petrolera en Ohio, Andrés llegó al área de Washington por contactos familiares y fue desde esta región que se anotó como uno de los miles de choferes contratados por Uber. “Este trabajo no tiene nada de aburrido”, comenta y añade que los mayores retos son el uso de sus propios recursos y los estándares de la compañía que da alta prioridad a las mínimas quejas de los clientes, aunque en algunos casos no siempre tengan la razón.

El reclutamiento de los choferes se hace con una aplicación en línea, donde los candidatos a transportar pasajeros se someten a una evaluación. La encargada de prensa de Uber, Kaitlin Durkosh, comenta a El Tiempo Latino que cada conductor debe proporcionar en la solicitud en línea toda la información personal requerida que va desde el número de seguro social, licencia de conducir, dirección y sobre todo lo relativo al seguro del vehículo con el que trabará.

“Iniciamos un proceso de investigación para estudiar el historial de antecedentes del conductor y sobre el carro de la persona”, comentó Durkosh y agrega que los vehículos admitidos para el servicio no deben tener más de 10 años de antigüedad. La empresa también ofrece planes de financiamiento para conductores que quieran sumarse al servicio.

Esta empresa fue fundada en 2009, en San Francisco, California y en pocos años se ha convertido en un referente alternativo para la movilidad urbana en la mayoría de ciudades de Estados Unidos, parte de Europa y algunos países latinoamericanos.La empresa no ha sido bien visto en un gran número de ciudades por compañías de taxis y otros operadores de transporte quienes han interpuesto demandas para frenar su crecimiento.

Durante un recorrido dentro del vehículo de Andrés Wells por la zona de Arlington, Virginia, este conductor explica cómo es que funciona el sistema: abre la aplicación en su teléfono para ponerse a disposición, los clientes que requieren de su servicio en un radio que puede indicar de cero a varias millas, podrán ver que hay un carro de Uber cercano para llevarlos, en este caso Andrés. Cada cliente debe tener abierta una cuenta con la empresa Uber; para hacerlo se debe bajar la aplicación al teléfono. “Por ejemplo ahorita está indicando que hay una persona a una milla que necesita el transporte porque quizá no hay otro chofer cerca, no la puedo aceptar en este momento, pero seguro que en unos segundos ya habrá otro carro disponible que se habrá acercado a la zona”, indica.

Así es el negocio de Uber, poner en movimiento a un ejército de automovilistas que prestan sus propios recursos para llevar a los pasajeros. Los estudios realizados por la misma empresa indican que el 88 por ciento de los conductores valoran como positivo el hecho de poder realizar el trabajo en su propio tiempo.

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