Tiene 27 años y a los 20 Josué Urrutia ya era pastor; uno de los más jóvenes en Estados Unidos. Hoy es considerado dentro de los 33 líderes de la generación de los “milenios” más influyentes en el país, según la lista “33 Under 33” de la revista evangélica Christianity Today, fundada hace más de medio siglo por el legendario evangelista Billy Graham.
Urrutia también es el miembro más joven de la junta directiva del National Hispanic Christian Leadership Conference (NHCLC), que integra a más de 40 mil iglesias evangélicas en Estados Unidos.
Su nombre es reconocido a nivel nacional, pero mantiene la humildad y sencillez que lo caracterizan. Nacido en un hogar cristiano, de padres nicaragüenses, Urrutia cuenta que desde muy niño sintió el llamado pastoral pero nunca imaginó que sería a los 20 años que empezaría un ministerio tras una revelación impactante.
“Desde pequeño Dios me había hablado sobre un llamado pastoral pero yo pensaba que eso sería un día a los 40 años. Sin embargo, a los 19 yo iba rumbo a un evento y en el auto le dije a mi familia ‘cómo quisiera que Dios me diga cuál es el próximo paso que yo debo tomar para servirle’”, contó Urrutia. “Y en un auditorio de más de 1.000 personas con un predicador invitado, él para su mensaje, se baja del escenario, viene hacia mí y me dice: ‘tú tienes un llamado de emergencia al pastorado. ¡El tiempo es ya!. Fue allí donde Dios definió el momento para comenzar una iglesia”, recordó Urrutia, durante una visita a la redacción de El Tiempo Latino en The Washington Post.
Meses después en septiembre de 2009, comenzó la iglesia Mizpa en un centro comunitario, con cinco personas. “Dios fue trayendo a la gente correcta para formar parte del equipo”, dijo Urrutia. Mizpa fue creciendo rápidamente, convirtiéndose en una de las iglesias más emergentes del área de Washington. Ahora se reúnen en la escuela Thomas Edison de Alexandria, Virginia.
“Pero hoy en día mido el crecimiento de una manera muy diferente a la anterior. Antes medía numéricamente; ahora lo hago basado en lo que Jesús me pidió que hiciera: la comisión de ir y predicar; y hacer discípulos. Por lo que hoy en día estoy enfocado en formar líderes que puedan impactar en su esfera de influencia”, expresó. En el púlpito, su voz suave y tono pausado se transforman. Un Urrutia firme, apasionado al hablar y de voz fuerte transmite el mensaje que “Dios en lo privado le da”.
La iglesia se reúne los domingos en dos servicios. El primero es en inglés y el segundo, en español. Urrutia predica en ambos idiomas, que maneja a la perfección. Así llega a varias generaciones. En su gran mayoría hispanos, pero también de otros grupos étnicos.
“Nuestra misión es establecer el reino de Dios, impactar las vidas y mostrar el amor de Dios a través de nuestras acciones”, dijo Urrutia.
Si bien tiene gran responsabilidad, el joven pastor no deja del lado los momentos de esparcimiento. Le gusta manejar bicicleta, reunirse con amigos y estar en familia. Al preguntarle si tiene novia, con una amplia sonrisa responde aún “no”.