Fue criado por sus abuelos en un hogar con mucho amor, jugaba pelota en las calles de su vecindario, estudió en los liceos Cristiano Central y Cristóbal Colón de San Salvador, comenzó su carrera en la radio por casualidad y sufrió la tragedia de sus compatriotas durante los dos terremotos que azotaron a El Salvador a principios de 2001.
Es Francisco “el Chele” González, uno de los “reyes de la mañana” el programa estelar que transmite la emisora La Nueva 87.7, un popular show que entretiene a diario a los radioescucha del área metropolitana de Washington, con la conducción de González, César García y Lisbela López.
Y aunque maneja todas las madrugadas desde su hogar en Gainesville, VA, hasta Silver Spring, MD, para estar listo para el show que comienza a las 6am, “Chele” González visitó El Tiempo Latino el mediodía del martes 21 de febrero para, como uno de los “reyes de la mañana”, compartir con los “reyes del periodismo”, según comentó.
“Me crié con mis abuelos y la verdad es que no me puedo quejar. Tuve una infancia muy alegre, llena de mucho amor que es lo importante para la familia”, dijo “el Chele” González al recordar su infancia en San Salvador, ciudad en la que “jugaba pelota y veía pasar a Lisbela López”, hoy su compañera de trabajo, “quien comenzó muy joven su carrera” en El Salvador, aclaró González, evidentemente convencido de no querer entrar en detalles sobre las edades de los animadores del show.
Aún así, explicó que cuando estudiaba secundaria “era uno de los que siempre estaba metido en todo” y lo mandaron a una radio a hacer una publicidad para una de las fiestas que tenían.
Posteriormente le surgió su primera oportunidad porque el director de la emisora en ese momento le dijo: “oye no te escuchaste tan mal, ¿te gustaría aprender?” y fue así como “el Chele” inició mi carrera en los medios de comunicación.
“Muchos dirían que fue de casualidad pero la verdad es que eso hoy en día es lo que me da de comer. Estoy feliz de esa casualidad, de esa persona que Dios puso en mi camino para que lograra llegar a donde he llegado. Después salté a televisión en noviembre del año 2000”, recordó.
Ese trabajo en la televisión no sólo ayudo a González a diversificarse y crecer como profesional. También creció como persona al sensibilizarse con el sufrimiento de sus compatriotas.
El Salvador fue víctima el 13 de enero y el 13 de febrero de 2001 de dos fuertes movimientos sísmicos que afectaron gravemente a varios departamentos y dejaron entre los dos más de 1200 muertos.
Durante el primer terremoto hubo un alud de tierra que acabó con la vida de cientos de salvadoreños en la Colonia “Las Colinas”.
“Fui de los primeros en llegar a Las Colinas y ver a toda esa gente desesperada, aterrorizada buscando a sus familiares, traté de ayudar y excavar para encontrar a alguien con vida”, recordó “el Chele” visiblemente emocionado.
Su trabajo en la radio lo comenzó en Mi Preferida (después Vox FM) y en televisión comenzó en el Canal 33 con el programa Buena Onda. De ahí pasó a Telecorporación Salvadoreña (TCS), con la revista Viva la Mañana, y luego hizo ahí mismo el programa juvenil Play.
“En El Salvador tenía dos trabajos, en televisión y radio y animaba muchos eventos, lo que me permitía vivir una vida hasta cierto punto cómoda”, reconoce “el Chele”. Esa vida “cómoda” le hizo aumentar de peso pero cuando supo que se vendría a los Estados Unidos decidió rebajar y hoy se mantiene en las 175 libras.
“Llegué el 30 de diciembre de 2014, con la idea de año nuevo vida nueva, tuve la oportunidad de llegar a esta área y empecé tocando puertas hasta que llegué a La Nueva 87.7. Poco a poco ya nos fuimos adaptando a ese cambio de vida. Venir de El Salvador que tiene un clima más tropical, dejar a tu gente, amigos, familias y encontrarme aquí con nuevas amistades, metas y caminos por recorrer es difícil pero paso a paso vamos avanzando”, subrayó.
En Washington, “el Chele” podrá extrañar a sus amigos y familia, pero el espíritu salvadoreño lo lleva a flor de piel, gracias a que en esta área viven más de medio millón de sus compatriotas.
“Me encuentro sumamente feliz, los salvadoreños en todos los lugares donde se encuentren son muy buenas personas, calurosas, amenas, agradables, luchadoras, trabajadoras y el recibimiento por parte de ellos ha sido fenomenal. Algunos me reconocían por mi trabajo en televisión, quienes se vinieron después de que yo inicié mi carrera, pero me he encontrado con otros que no sabían de mí, de mi trabajo en El Salvador y han estado conmigo apoyándome”, continuó.
“Pero no sólo el salvadoreño, mucha gente de las comunidades de otros países latinos como México, Centro y Sudamérica, el Caribe, me han dado un poco de su cariño y me han hecho como uno más. Estoy feliz de todo ese recibimiento de las personas, es grandioso”, dijo.
Sobre su experiencia migratoria al venir con su esposa e hijo que ya tiene 7 años exclamó:
“Mi experiencia ha sido difícil. Luego tener que venir acá y tener que vivir los tres en un cuartito, iniciar de cero, pero ha sido algo a lo que nos hemos ido acostumbrando. Se empezaron a tocar puertas hasta que se dio la oportunidad y gracias a Dios ahora ya logramos escalar algunos peldaños. Al principio fue difícil pero ahora estoy agradecido con la vida, con Dios con todo lo que se nos ha dado”.
González manifestó su indignación ante la actual situación social que vive este país.
“Triste con todo lo que está sucediendo porque mi gente está sufriendo, corriendo, preocupada, no sale a trabajar bien, van a un supermercado y se ven corriendo, van a cualquier lugar y sienten temor de que algo les pueda suceder”, lamentó el locutor en alusión a las presiones migratorias actuales.
Recomendó a todos que “hoy más que nunca hay que estar unidos y seguir adelante” para ejercer una presión más grande y que “obviamente no se den todos los planes que se están orquestando en contra de la comunidad inmigrante”.
Aunque hasta ahora “Chele” está sólo trabajando en radio admite que no va a dejar de tocar puertas.
“Cuando uno abandona los sueños es cuando se estanca y todavía hay ganas de hacer más cosas y vamos a tratar de hacerlo”, anotó.
Definió a sus compañeros César y Lisbela como “dos grandes personas” y agregó que el secreto del trabajo con ellos “está en la química”.
“César es una persona que desde que vine me recibió muy bien, hace muchos personajes que le dan el toque especial a los Reyes de la Mañana”.
“Lisbela López es una gran mujer” a quien conoce desde que él andaba jugando pelota en barrio.
“Ella no se acordaba que yo era aquel chipilín jugando pelota cerca de donde ella trabajaba”, dijo
“Es importante sentirse bien en el trabajo porque al uno sentirse bien hace todas las cosas para que el proyecto triunfe. He llegado a un equipo que me hace sentir bien”, concluyó “el Chele” González.