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TEMOR. Geisha Ayala emigró hace 3 años desde El Salvador. Su proceso de transformación está a medias, porque teme a la discriminación.



Ricardo Sánchez-Silva Para El Tiempo Latino

TEMOR. Geisha Ayala emigró hace 3 años desde El Salvador. Su proceso de transformación está a medias, porque teme a la discriminación.

Geisha Ayala – antes Wilber -, llegó a Estados Unidos hace tres años. Se vino por tierra con un “coyote” desde su país natal, El Salvador, después de que su cuñado asesinara a su hermana – quien la defendía constantemente- e intentara acabar con su vida por una razón: ser transgénero.

Hoy día, está asilada en el país y aunque goza de más libertades de las que tendría en su tierra, afirma que ha sido víctima de discriminación en distintos planos, incluido el laboral, pues su ex jefa asiática llegó a golpearla porque tenía que comportarse “como un hombre”. Luego fue despedida.

A pesar de ese incidente, quienes la rechazan, según Ayala; provienen en gran parte de su misma comunidad hispana. “Hay mucha discriminación entre los latinos porque son personas a la antigua. Más que todo, los hombres machistas. Uno no decide quién quiere ser, sino que ya nace así”, afirma con voz temerosa, pues aún vive con sus padres y debe aparentar ser hombre en su casa, aunque realmente su identidad de género le indique que es mujer, como se siente “cómoda”.

Hablan los números

MUJER. Vivian Pacori es mujer y exige que la traten como tal, pero la diábetes impidió que iniciara su proceso de transformación hormonal como las demás.



Ricardo Sánchez-Silva Para El Tiempo Latino

MUJER. Vivian Pacori es mujer y exige que la traten como tal, pero la diábetes impidió que iniciara su proceso de transformación hormonal como las demás.

La historia de Geisha, así como la de otros hombres y mujeres con identidad de género diferente a su genética que viven en EEUU, es común. Así lo demuestra la Encuesta sobre Transgéneros 2015 (USTS, por sus siglas en inglés) llevada a cabo por el Centro Nacional de Igualdad Transgénero (National Center for Transgender Equality, NCTE) y su informe publicado en diciembre de 2016.

De acuerdo a la USTS, que contó con la participación de más de 27 mil personas en todos los estados, incluido Washington DC, un transgénero de cada diez ha sido maltratado por sus familiares, el 30% sufrió de discriminación laboral y casi la cuarta parte (24%) de los indocumentados no tuvieron hogar en algún momento de sus vidas. Otros que ya se conocían como trans desde sus escuelas sufrieron acoso verbal en la mayoría de los casos (54%), agresiones físicas (24%) y asalto sexual (13%).

El estudio también indica que los latinos, particularmente, tuvieron hasta tres veces más probabilidad que la población estadounidense de vivir en la pobreza. De hecho, incluidas todas las razas, el 29% de esta comunidad en USA es pobre. En cuanto a desempleo, el porcentaje se triplica: 15% para los transgéneros en comparación con 5% del total de la población en el país.

Transgénero e indocumentado

PROBLEMAS. Cuando Samantha Calles se vino de El Salvador, su "coyote" le dijo que se cortara el cabello y actuara como hombre, para evitar problemas.



Ricardo Sánchez-Silva Para El Tiempo Latino

PROBLEMAS. Cuando Samantha Calles se vino de El Salvador, su “coyote” le dijo que se cortara el cabello y actuara como hombre, para evitar problemas.

“El tema transgénero trasciende razas y cultura, en cuanto a la ignorancia, independientemente de que seas hispano, afroamericano o anglosajón; lo que se traduce en discriminación”, afirma Nellie Romero, transgénero venezolana y activista local por los derechos de la comunidad LGBTI (Lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros e intersexuales).

Para Vivian Pacoli, peruana con 21 años en el país, las políticas de las nueva administración Trump representan un retroceso en los logros para su comunidad. “Hay gente que de por sí ya se siente discriminada y ahora teme a ser deportada, que la van a humillar otra vez y regresar al “bullying” del que escapó en su país. Hay demasiadas transgéneros e indocumentadas”.

El temor es compartido por las compañeras de Pacoli que asisten a NovaSalud Inc., una organización en Falls Church (VA), que presta apoyo a su comunidad y exámenes para detección de enfermedades de transmisión sexual. “Las personas transfóbicas se van a aprovechar y se va a despertar más la discriminación”, asegura la salvadoreña Samantha Calles, quien cambió su documentación para ser legalmente mujer, pero está desempleada.

“La comunidad trans latina tiene que entender que cada uno por su lado no va a lograr nada y que si no se une ahorita y fija una agenda seria de lo que se requiere para avanzar en la sociedad, estaremos al margen de los derechos civiles”, puntualiza Romero.

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Además de cuidarse de las agresiones por la discriminación que sufren como trans, deben estar alerta debido a las nuevas políticas migratorias

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