Pasó los primeros años de su vida en una casa humilde, protegido sólo por los brazos de su mamá y correteando al lado de su hermana mayor, quien le lleva un año de edad.

Fue ahí, en la “Zona 3” de Ciudad de Guatemala, donde nació David Ramos, un peligroso barrio de la ciudad, donde a raíz del devastador terremoto de 1976 se refugiaron miles de damnificados y había subversión por las recurrentes intentonas de golpes de estado. También existe un gigantesco basurero y se ubica el cementerio general.

Pero Ramos, su madre y su hermana nunca perdieron la esperanza de cambiar de vida. Su padre se había marchado a los Estados Unidos en busca de un asilo y seis años más tarde, ellos también pudieron venir. “Conocí a mi padre cuando tenía seis años y recién bajado del avión que me trajo desde Guatemala en 1989 al (Ronald Reagan) National Airport” dijo Ramos en una entrevista con El Tiempo Latino el viernes 3 de marzo, al recordar cuando vino con su madre y hermana, gracias a la petición de asilo que realizó su papá.

Ramos vivió en el barrio latino de Adams Morgan en DC, creció en Arlington y Fairfax, Virginia, se graduó en la George Mason University y hoy es Vicepresidente Multicultural Para la Región del Medio Atlántico de BB&T Bank.

“Nací en la Zona 3 de la Ciudad de Guatemala. Eran unos tiempos difíciles para nuestro país y mi papá tuvo que salir rumbo a este país cuando yo tenía seis meses y mi hermana mayor un año y medio”, contó Ramos.

“Mi padre salió de Guatemala y vino a buscar refugio aquí en Estados Unidos, le dieron asilo político y después el solicitó ese beneficio para mi madre, mi hermana y mi persona” agregó David, quien tiene una hermana menor que nació en Estados Unidos.

Esa experiencia sensibilizó a Ramos para entender fácilmente las necesidades de muchos niños y jóvenes que han venido a este país, separándose de sus padres a temprana edad. “Es bastante difícil”, reconoció.

Ciertamente las vivencias de Ramos y su familia en los Estados Unidos no han sido fáciles y, según dijo, en algún momento también corrieron el riego de ser deportados.

“Cuando expiró el asilo y mis padres tuvieron que arreglar sus papeles, mi mamá y mi hermana estuvieron en una lista de deportación. A mi padre y a mí nos dieron la residencia pero fue terrible para mí durante un año y medio, a los 17 años, pensar que mi mamá y mi hermana no iban a estar conmigo el próximo día”, confesó Ramos.

“Esa es la realidad nuestra de todos los días”, lamentó Ramos. “Tal vez no haya sido con el mismo impacto pero yo lo he vivido, sé lo que es esa angustia, lo que es no dormir y despertarse pensando en eso”, acotó.

Ramos cursó su primaria en el Sistema de Escuelas Públicas de Arlington, Virginia, y cuando sus padres pudieron comprarse una casa lo hicieron en Fairfax, también en Virginia, donde estudio la secundaria.

“No teníamos muchas opciones para ir a la universidad por nuestras limitaciones económicas pero mis padres sabían que era importante para nosotros y mi hermana y yo aplicamos en George Mason y de ahí egresamos los dos”, recordó Ramos quien se graduó en la Escuela de Finanzas y Ciencias Económicas.

Con el título en su poder, Ramos comenzó a trabajar en un banco pequeño como analista de préstamos hipotecarios, donde laboró por dos años.

“Alguien me comentó que había un banco (BB&T Bank) que estaba creciendo, era un señor costarricense que era gerente regional y quien tenía una iniciativa de contratar personas bilingües que conocieran el trabajo de la banca y así fue cómo llegué a BB&T”, destacó.

“Mi trabajo abarca a personas de diferentes etnias y una de las campañas que más me gusta anualmente es la de Bolsas de Amor. Es un gran esfuerzo el que hace nuestra amiga Elda (Devalier) y sus socios aquí en el área y es con iniciativas así que nosotros podemos tener un mayor impacto. Cuando uno se remanga las mangas y se pone a trabajar uno mismo es cuando llega mejor el mensaje”, comentó.

Ramos hacía referencia al programa benéfico impulsado por Elda Devalier, Presidenta y CEO de EMD Sales, El Tiempo Latino, BB&T Bank y otras empresas y organizaciones sin fines de lucro que el sábado 4 de marzo repartieron unas 800 bolsas de alimentos a familias de bajos recursos en el área metropolitana.

“Tenemos linda iniciativas como esa no solamente aquí en Washington sino en Virginia, Pennsylvania y Maryland”, dijo.

BB&T Bank también ha apoyado a los jóvenes beneficiarios de DACA (Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia) que recibieron su permiso de trabajo bajo el programa del Presidente Obama y unos doscientos de ellos han trabajando en sus sucursales.

“En diez años en el banco nunca he visto un nivel de impacto tan alto como el que hemos tenido con los jóvenes de DACA”, admitió.

“No sólo ha puesto el nombre y recursos sino que ha depositado dinero en diferentes fondos escolares para que estos muchachos puedan seguir estudiando y en 2012 que fue cuando esto (DACA) comenzó hemos tenido unos 60 foros DACA en los que hemos invitado a abogados y los hemos hecho con la ayuda del American Immigration Council y Caridades Católicas, invitando no sólo a nuestros clientes y nuestros empleados sino invitando a miembros de la comunidad para que conozcan qué es lo que es DACA. Muchos no sabían lo que era un ‘dreamer’ (soñador), cómo el programa los impactó antes de DACA y cómo su vida ha cambiado con el programa”, subrayó Ramos.

Aseguró que el banco “también ha dado trabajo” a jóvenes de DACA y “hay casi 200 jóvenes trabajando para nosotros”.

Los jóvenes beneficiarios de DACA se encuentran entre los millones de inmigrantes que hoy viven en incertidumbre en los Estados Unidos ante las presiones migratorias por nuevas disposiciones gubernamentales.

“Sabemos que hoy hay mucha ansiedad con lo que está pasando y hay muchas interrogantes en cuanto al dinero que puedan tener (los inmigrantes) en los bancos”, añadió.

“Varios clientes tienen miedo y piden recomendaciones. Unos han abierto cajas de seguridad (safe deposits) pero lo mejor que les puedo decir es que se asesoren, que hablen con un abogado de inmigración para ver cuáles son sus opciones, que tengan un Plan B por si algo les pasa a ellos o sus hijos”, expresó.

“También pueden agregar a un familiar o un amigo íntimo en la cuenta pero hay que estar seguros, confiados”, dijo.

Ramos continuó enviando un mensaje a todas las familias que están sufriendo presiones migratorias.

“Sé que es difícil mantener el ánimo, pero a mi me gusta ser positivo y pensar que algo bueno va a pasar. Al ver las historias de los inmigrantes se concluye que son personas optimistas, que abren puertas mientras que otras se cierran y ahora estamos en el balance de lo que va a pasar. No han tocado el tema de DACA, el Presidente (Donald Trump) ha dicho que va a actuar con el corazón y hay antecedentes de presidentes republicanos como Ronald Reagan que dieron amnistías”, continuó.

“Hay que aprovechar las oportunidades que tenemos ahora, educarse, buscar recursos y si algo pasa eso es lo que uno se lleva con uno”, concluyó Ramos.

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