
La gente protesta y da la bienvenida a los pasajeros que llegan al Aeropuerto Internacional Washington Dulles.
Las cancelaciones se dieron rápidamente y con una sucesión acelerada. Apenas unos días después de que el Presidente Trump firmara la orden ejecutiva restringiendo el ingreso de viajeros desde siete países mayoritariamente musulmanes, varios grupos de viajes europeos eliminó sus planes, sumando una pérdida de 2 mil pernoctas para Hostelling International USA (HIU)
La prohibición complicaría los viajes de ciudadanos de los países citados – entre ellos Iran, Syria y Libya. Pero los canadienses, europeos y personas de otras nacionalidades eliminaron también sus planes de viajeros. Tal como lo explicaron los grupos de organizadores, las personas tuvieron la inquietante sensación de que Estados Unidos no era un lugar tan amigable como alguna vez lo fue.
El resultado fue una ola de suspensiones de viajes. “Fue alarmante recibir todas esas cancelaciones al mismo tiempo”, dijo Russ Hedge, Presidente Ejecutivo de HIU, el cual supervisa a 52 hostales alrededor del país. “Nunca habíamos visto algo parecido”.
Desde en hostales hasta en cadenas principales de hoteles como el Marriot, en operadores de grupos turísticos y compañías que proporcionan servicios para viajes de negocios, el daño de la propuesta de Trump en la industria de turismo del país ha sido acelerado. Algunos dicen que el daño a largo plazo ya está hecho, y podrían verse agravados por los recientes reportes de que la administración de Trump planea implementar un “veto extremo” de viajeros extranjeros. Los visitantes – incluyendo aquellos de países aliados como Francia o Alemania – podrían ser presionados para entregar teléfonos celulares, contactos, claves de redes sociales y estados financieros, de acuerdo a un reporte de The Washington Post.
“La prohibición de viaje ha sido negativa hasta este punto”, dijo Michael Bellisario, un analista del banco de inversión Robert W. Baird & Co. “Afecta a los viajes, sin importar si se está hablando de los países prohibidos o no”, dijo refiriéndose a la segunda revisión de la prohibición.
La demanda de viajes a los Estados Unidos ha caído en casi todos los países desde enero, según información de Hopper, una aplicación de reservaciones de viaje que analiza más de 10 billones de precios de boletos para generar su data. La búsqueda de viajes a Estados Unidos desde China e Iraq ha caído 40 por ciento desde que Trump tomó posesión; mientras que la demanda desde Irlanda y Nueva Zelanda ha descendido alrededor de 35 por ciento. (Una excepción ha sido Rusia, en donde la búsqueda de vuelos a los Estados Unidos ha subido 60 por ciento desde enero).
El resultado podría representar un estimado de 4.3 millones de personas menos que vengan a los Estados Unidos este año, resultando en 7.4 billones de dólares en pérdidas de ingresos, de acuerdo a Tourism Economics, una agencia de analítica basada en Philadelphia. El año que viene se espera que la caía sea aún más grande, con 6.3 millones menos de turistas y 10.8 billones de dólares en pérdidas. Se espera que Miami sea la más golpeada, seguida de San Francisco y Nueva York, según la agencia.
La prohibición de viaje de la administración asesta un golpe contra una industria que tan solo se estaba recuperando recientemente de la pérdida de 600 billones de dólares luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
“Luego del 9/11 las personas no se sentían seguras de venir, y no se sentían bienvenidas”, dijo Jonathan Grella, Vice Presidente Ejecutivo de la Asociación de Viajes de Estados Unidos. “Nuestra industria todavía se refiere a eso como ‘la década perdida’ y hay un riesgo de que vuelva a pasar”.
Según lo que muestra la evidencia anecdótica, los expertos de la industria dicen que cada vez es más claro que viajeros de todas partes- Canadá, México, Europa y Asia – están repensando sus planes de visitar los Estados Unidos.
La cadena más grande de hoteles, Marriot International, ha percibido una caída de 15 por ciento de sus reservaciones desde México a Estados Unidos. Mientras tanto, las reservaciones desde el Medio Oriente a los Estados Unidos cayeron alrededor de 30 por ciento en febrero.
Los ejecutivos dicen que el hecho de que el dólar se encuentre fuerte ha contribuido a que los viajes internacionales a Estados Unidos disminuyan.
El Director Ejecutivo de la Asociación de Viajes de Negocios Global (Global Business Travel Association en inglés), dijo que luego de la primera orden de viaje de Trump hubo una “pronunciada caída de las reservaciones”, resultando en una pérdida estimada de 185 millones de dólares.
“Le hace daño a la industria”, dijo. “Uno tiene la discreción de mover reuniones y eventos a otros lugares. No tienen que ser en Nueva York, Chicago o aquí en los Estados Unidos”.
A 15 millas de la Casa Blanca, el Hotel Sheraton Tysons ahora ofrece un Reloj Apple a quien reserve para reuniones. “Estamos haciendo todo lo que podamos para pasar la tormenta”, dijo Chris Zindash, Director de Ventas y Mercadeo del Hotel.
Dijo que por varias semanas han estado llamando huéspedes preocupados, y que un grupo de Asia recientemente canceló una visita que había sido planeada desde hacía tiempo.
“Hay bastante temor”, dijo Zindash. “Muchas personas temen que cuando lleguen para acá las puertas se cierren”.
En Hostelling International, una de los primeros en cancelar fue un grupo de jóvenes basado en Gran Bretaña que tenía planeado un viaje de 400 personas a la Costa Este en el verano. El encuentro de tres semanas, llamado Merit360, culminaría con unas presentaciones en las Naciones Unidas.
Pero Trump emitió su prohibición de viaje antes. Cerca de 80 ciudadanos de los países afectados ya habían pagado su viaje anual. El año anterior, cuando Barack Obama era presidente y no existían tales prohibiciones, cerca de 200 de los 550 participantes de la organización no habían logrado adquirir la visa requerida para el viaje. Este año estaba sujeto a ser mucho peor.
“Esto ha sido un retroceso en muchos niveles”, dijo Marlou Hermsen, Jefe Operativo del World Merit, que supervisa el programa. “Cuando la primera prohibición fue anunciada fue cuando pensamos: esto es real, ya no somos bienvenidos”.
Dos tercios de los participantes votaron por mover el encuentro a Gran Bretaña, en donde planean reunirse con el Parlamento de Londres en vez de en las Naciones Unidas en Nueva York.
Grella, de la Asociación de Viajes de Estados Unidos, dijo que las órdenes ejecutivas no son lo que más le molesta, si no el hecho de que el gobierno de los Estados Unidos no ha hecho el esfuerzo para asegurarse de que vengan viajeros internacionales. “Todo lo que se necesita es un cambio de marca: ‘Estos son los que ya no son bienvenidos por ahora, pero para todos los demás estamos abiertos”, dijo Grella. “El efecto dominó de esto es real. Hicimos molestar a mucha gente sin necesidad”.
Desde que Trump anunció la prohibición, Marie Aguado ha cancelado tres viajes: un viaje de negocios a Los Ángeles, una visita a ver a su hermano en Austin y unas vacaciones familiares a Disney World.
“Tenemos miedo de viajar”, dijo Aguado, una americana que vive en Ciudad de México con su esposo francés y dos hijas. Pidió que se le identificara con su segundo nombre y su segundo apellido por miedo a represalias del gobierno.
“Hablo muy en serio cuando digo que no voy a volver a casa”, dijo. “Cuando se dio a conocer la prohibición en los primero que pensé fue en mis hijos”.
La hija mayor de Aguado nació en Dubai y la otra nació en Ciudad de México. La dos son ciudadanas francesas.
“Solo podía pensar en que van a ver que mi hija nació en el Medio Oriente”, dijo. “Y no sé que va a pasar luego. Me preocupe mucho y le dije a mi hermano: Ya no voy a ir a verte, ven tu a verme”.
Agregó algo más: la esposa de su hermano tiene residencia de Ukrania.
“También tienen miedo de viajar”, dijo Aguado.
El miedo a irse – y de entrar de nuevo – de los Estados Unidos ha generado un bajo tráfico en las ciudades de la frontera de México, las cuales siempre habían sido un destino para personas que querían comprar o aquellos buscando asistencia de salud más económica.
Francisco Vázquez Michel, un dentista mexicano de la ciudad fronteriza Nogales, dijo que el 80 por ciento de sus clientes son mexicanos o hispanos que viven en los Estados Unidos y cruzan la frontera para obtener un servicio más accesible. Dijo que ahora vienen solo la mitad de los que usualmente venían.
“Tienen bastante miedo, un miedo que Donald Trump infundió en los mexicanos”, dijo. “Un día, no hace mucho, todas nuestras citas fueron canceladas debido al rumor de que a todas las personas que pasaran se les iban a cancelar sus visas”.
El Presidente de la Cámara de Comercio de Nogales, Carlos Jiménez Robles, dijo que el número de personas que cruzaban hacia México para comprar ha descendido un 40 por ciento.
“Hemos visto como se han puesto más estrictos los agentes fronterizos, quienes le hacen más preguntas a las personas y hay más dudas acerca de quién es cada quien”, dijo Jiménez. “No solo con turistas si no también con ciudadanos americanos”.
No todos reportaron una desaceleración inmediata en el negocio.
“No ha habido diferencias para nosotros”, dijo Nayan Patel, dueño del Georgetown Inn en Washington. “Todavía América es América – todavía somos un país democrático lleno de oportunidades- y eso es suficiente para que la gente venga”.
Small World Vacations, una agencia de viajes en Nueva Jersey que se especializa en vacaciones a Disney, tampoco ha notado mayor caída. Ha recibido solo una cancelación este año, por parte de un iraní-americano con pasaporte alemán. No quería viajar hacia las Bahamas en el crucero de Disney por miedo a que no le permitieran volver a entrar al país, según explicó el fundador de la agencia, Sue Pisaturo.
“Recibimos bastantes viajeros internacionales de todos los países – incluyendo países de los que no habíamos escuchado nunca- pero hasta ahora el negocio sigue igual”, dijo.
Sin embargo, ese no es el caso en la Escuela Secundaria Westmount de Montreal. Los estudiantes del último año habían estado planeando su viaje de graduación por meses.
“Normalmente vamos a Nueva York pero decidimos este año ir a Washington”, dijo la maestra Sabrina Jafralie. “Los jóvenes estaban emocionados”.
Les llamaba la atención la capital, el nuevo Museo de Historia Afroamericana y querían visitar el Museo del Holocausto.
Cien estudiantes se inscribieron pero luego ocurrió la prohibición de viaje de Trump. Jafralie, quien es canadiense pero cuyos padres emigraron de India hace 40 años, se dio cuenta que cuatro de los estudiantes eran de Irán. Tenían visas canadienses pero no eran ciudadanos de Canadá. Estudiantes de Pakistan y Sri Lanka también expresaron preocupación.
Habían leído algunos reportes en los medios acerca de personas que eran detenidas en la entrada a los Estados Unidos para hacerles largos interrogatorios. Una mujer de Montreal que usaba una hijab fue bloqueada de ir a un viaje por el día a Vermont, mientras que una mujer nacida en Canadá con descendencia hindú fue informada de que necesitaría visa para entrar en los Estados Unidos para una visita a un spa por el fin de semana. Luego de largas discusiones con sus estudiantes – Jafrealie da ética en la escuela – acordaron ir a Toronto en vez de a Washington.
“Decidimos que no estábamos preparados para dejar a ningún estudiante atrás”, dijo. “No es un boicot político de nuestra parte. No somos anti-Trump ni anti-americanos. Somos anti-no-estar-juntos. Somos una familia y viajamos juntos”.