GUATEMALTECO. El trabajador Alfonso Vicente mientras esperaba por un empleador el miércoles 19 de abril de 2017 en Shirlington, VA.



Gabriela López para ETL

GUATEMALTECO. El trabajador Alfonso Vicente mientras esperaba por un empleador el miércoles 19 de abril de 2017 en Shirlington, VA.

Muchas personas de la comunidad latina cuentan con un lugar al que acudir a trabajar todos los días, o al menos con un empleador fijo que les garantiza cierta rutina laboral. Sin embargo, miles de inmigrantes no tienen ese tipo de ventajas y se tienen que dedicar a buscar diversas oportunidades de trabajo que varían de acuerdo al día, la estación climática y la suerte.

Tal es el caso de los migrantes en busca de oportunidades laborales que encuentran un lugar seguro en “La Esquina de Shirlington” como han denominado a este lugar que se ubica entre la calle Four Mile Run y Shirlington Rd., en el condado de Arlinton, Virginia.

Al menos dos mil trabajos anuales se obtienen en dicho lugar, gracias al apoyo de Shirlington Employment and Education Center (SEEC) y el Condado de Arlington que han creado este espacio para el beneficio de los trabajadores, sin considerar su situación migratoria.

Uno de ellos es el hondureño Jose Radamek Reyes, quien desde hace seis años ha encontrado cómo ganarse la vida en este lugar. “La Esquina es un lugar en donde los inmigrantes pueden encontrar empleo, es un área donde el condado nos ha permitido estar y si pasa cualquier lío, rápido acude la policía… aquí no hay poblema si eres inmigrante. Gracias a Dios no hemos tenido problemas con migración. En esta esquina encontré amistades, trabajo y posibilidades, me ha gustado y por eso me he quedado aquí”.

LA ESQUINA. En Shirlington, Virginia, los inmigrantes tienen una esquina para la esperanza.



Gabriela López para ETL

LA ESQUINA. En Shirlington, Virginia, los inmigrantes tienen una esquina para la esperanza.

Reyes de 43 años, abandonó su país por la situacion que allí se vive, “por la falta de trabajo, por la corrupción de nuestros políticos, el problema con las pandillas es bien tremendo”. Lo más fuerte para él es la soledad, “más cuando has dejado a tus hijos, no poder ver a tu familia por ser indocumentado”. Asegura que su meta antes de volver a su país de origen es seguir ayudando económicamente a sus tres hijos y verlos graduados. “por eso estoy acá echándole ganas y sacrificándome porque ahora no puedo verlos”, dijo el catracho.

Por otro lado, el agobio de las deudas obligaron al guatemalteco Alfonso Vicente a dejar a su familia hace cinco años y buscar el sueño americano. “Nosotros acá hacemos de todo un poco, aunque me dedico más a la jardinería y a las mudanzas. He encontrado muchos jefes acá que lo tratan bien a uno y pagan lo justo¨, afirmó.

Con satisfacción Vicente dijo que ya logró saldar las deudas que tenía en Guatemala gracias a las oportunidades que ha encontrado en este lugar.

En época de verano le va mejor pues gana entre 400 y 500 dólares semanales, mientras que en invierno genera ganancias entre 200 y 250 dólares semanales.

Su meta es volver junto a su familia en un par de años. “Aquí hay futuro y vida, pero la soledad mata, de qué sirve estar rodeado de tanto dinero, de tantas cosas materiales si no se está con la familia, amo a mí país y a mi familia sobre todo”, expresó el chapín.

Estos dos son tan solo algunos rostros que acoge cada mañana “La Esquina de Shirlington”, el lugar al que los jornaleros van en busca de ganarse el pan de cada día.

El Centro de Empleo y Educación de Shirlington fue fundado en el año 2000, y su Director Ejecutivo, Andrés Tobar, señala que el centro fue creado para ofrecer oportunidades a indocumentados para que puedan sobrevivir.

Su papel principal es mantener el orden entre los miembros a los que sirve la organización sin fines de lucro y asegurar que nadie ocasione problemas. En caso de que los empleadores no les paguen a los jornaleros, ellos sirven de intermediarios para buscar una solución.

“Cuando llega alguien buscando trabajadores se le da la oportunidad de comunicarse con ellos, usualmente les pedimos que se les pague entre 10 y 15 dólares por hora, porque si se les paga menos de 10 dólares no sería compensación, sino explotación. Les pedimos a los empleadores que sean generosos, porque es posible que ese sea el único trabajo que estos trabajadores inmigrantes tomen durante la semana o inclusive en el mes”.

Cualquier trabajador en busca de empleo puede visitar este centro localizado en 2706 South Nelson Street, Arlington o puede obtener más información llamando al teléfono (703) 993-1101.

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