El gobierno de México está tratando de negociar delicadamente su salida de los inminentes aranceles estadounidenses. Pero muchos temen que sus conversaciones con el gobierno de Trump se rompan y esto provoque una reacción violenta y un daño a largo plazo en la relación bilateral.
Los funcionarios mexicanos al parecer estarían ansiosos por llegar a un acuerdo, preocupados por el hecho de que los aranceles de Trump ralenticen aún más la letárgica economía de este país, a la vez que perjudican a las empresas y los consumidores de Estados Unidos.
Trump ha amenazado con imponer aranceles que iniciarían en un 5 por ciento y aumentarían de forma gradual hasta el 25 por ciento, a menos que las autoridades mexicanas impidan que los centroamericanos que se dirigen a Estados Unidos crucen su país.
López Obrador ha tratado de mantener una relación fluida con el presidente de Estados Unidos, enviando una delegación de alto nivel encabezada por su ministro de Relaciones Exteriores a Washington, con el propósito de reunirse con altos funcionarios de Estados Unidos y así encontrar una solución para ambas naciones.
López Obrador se mostró “optimista” de que “llegaremos a un acuerdo antes del 10 de junio”, cuando se imponga la primera ronda de penalizaciones.
Con información de The Washington Post