Tras la matanza que se generó este fin de semana en Texas y Ohio, donde asesinaron a nueve personas e hirieron a unas 27, el presidente Donald Trmp consideró que los condenados por los crímenes de odio deberían ser ejecutado de manera rápida.
Trump se mostró indignado y asqueado. En una declaración desde la Casa Blanca, el mandatario exigió la “pena de muerte” para los autores de tiroteos indiscriminados sin retrasos.
El pistolero abrió fuego frente al bar Ned Peppers matando a al menos de nueve personas y provocando 27 heridos. Uno de ellos se encuentra en estado crítico y hay varios graves.
En lo que va de año, se contabilizaron 250 ataques con armas de fuego por todo el país. Los motivos de este nuevo episodio se desconocen, pero se investiga si el autor pudo verse inspirado por la masacre en El Paso. El pasado fin de semana se produjo otro tiroteo en el festival gastronómico en Gilroy (California).