Para los latinos, la pandemia de coronavirus es como una daga de doble filo: es el segundo grupo que más se contagia y el que más engrosa las estadísticas del desempleo; mientras sus pequeños negocios rápidamente desaparecen en el área metropolitana de Washington, DC.
Una encuesta realizada por American University a 150 propietarios de negocios latinos, encontró que están enfrentando una incesante erosión de sus ingresos y de clientela, a la par que aumentan los cierres y los despidos.
Algunas empresas tenían su zona de confort en la industria de los servicios como hotelería, restaurantes, caterings (servicios de banquetes) u organización de eventos; a muchas les iba muy bien hasta la declaración de la emergencia sanitaria. Ese es el caso de Tierra Events y To Your Taste, dos negocios latinos de alta calidad en sus servicios.
Juan Carlos Castillo, propietario de Tierra Events en el condado de Montgomery, tenía una agenda completa de bodas, graduaciones y citas corporativas hasta antes del coronavirus. Sus servicios no incluyen preparar comida, pero van desde decoración y sonido hasta arreglos florales. “Al principio algunos compromisos fueron diferidos, después cancelados, eso afectó al 95% de mis ventas”, dijo el empresario a El Tiempo Latino. Para sus 20 empleados la deriva era su horizonte.
En Alexandria Javier Quiroga, dueño y chef del servicio de preparación de banquetes To Your Taste, también veía cómo el coronavirus dejaba en blanco su almanaque. Con sus 18 empleados ofrecía almuerzos o cenas gourmet hasta para 200 personas.
“Si no es por el coronavirus seguiríamos creciendo, porque tenemos la tenacidad y somos muy trabajadores”, reflexionó Nicole Quiroga, presidenta de la Cámara de Comercio Hispana del Área metropolitana (GWHCC), organización que auspició la encuesta sobre el impacto de la pandemia en los negocios hispanos. “Quiero creer que esta emergencia solo nos detiene. Si nos apoyan con financiamiento, subvenciones y empleo volveremos a levantarnos”, aseguró la líder de la GWHCC.
Ajustes en tiempos de pandemia
Un 30% de los negocios latinos suspendió sus operaciones y otro 26% redujo sus actividades, mientras la pérdida de empleo los golpea dos veces más fuerte que a los blancos. Entre los trabajadores indocumentados el paro adquiere ribetes de calamidad.
Los emprendedores latinos están en plan de sobrevivencia, les falta de dinero para hacer frente a sus deudas, no pueden obtener créditos y no tienen asesoramiento. El 65% de los emprendedores, según la encuesta de American University, ha hecho cambios radicales para sostenerse.
Castillo es un empresario que de exitoso organizador de eventos ahora hace escudos faciales de plástico para el personal médico y el público del condado de Montgomery. “Al principio no fue fácil pero nos está ayudando a sobrevivir”, aseguró.
Un 6% de los negocios ha movido sus operaciones a Internet. Un 22% emigró a la modalidad de teletrabajo, pero la mayoría necesita a sus empleados en sus puestos de trabajo. “Los latinos estamos pagando un alto precio en esta crisis, nuestros trabajadores se están contagiando y los comercios están cerrando y si no reconocen el aporte y la potencia de esta comunidad la economía en general se afectará seriamente”, advirtió Nicole Quiroga.
Sin apoyo no hay salida
La encuesta de American University fue hecha entre abril y junio, y los resultados están siendo distribuidos entre quienes toman las decisiones “para que sepan que nos falta financiamiento, acceso a los bancos y al lenguaje, así sabrán dónde destinar los recursos. Esa es la razón principal de este sondeo”, afirmó Nicole Quiroga, quien puntualizó que “antes de la pandemia nuestros negocios crecían más rápido que los de cualquier otro grupo”.
La actividad comercial de los hispanos aumentó en todo el país en un 34%, comparado con apenas el 1% de los otros grupos, en los últimos 10 años. Washington, DC y su área metropolitana era la segunda plaza, después de Texas, donde los negocios latinos tenían mejores posibilidades de echar raíces y crecer antes de la pandemia.
Unos 66 mil negocios tienen firma latina y estos representan el 12% del pastel del sector económico de la región y como señala una de las conclusiones de la encuesta, “la salud de la economía del área metropolitana está estrechamente ligada al éxito de los empresarios latinos”.
La recuperación no será fácil, sin asistencia federal y local. De los 4.5 millones de empresas hispanas en Estados Unidos, apenas la mitad tienen relación y experiencia con bancos pequeños.
Tirar la toalla no está en el plan
Son tiempos de resistencia y Castillo al igual que Quiroga no están en plan de tirar la toalla. El primero se ha puesto a producir escudos faciales y el segundo, de servir un sofisticado menú al mundo corporativo, ahora hace entregas de bandejas de comida a domicilio.
“Había que buscar soluciones. Mi negocio tiene una cortadora laser y gracias a una subvención del condado de Montgomery comenzamos a construir parabrisas faciales en nuestras bodegas. Con esto pago a mis empleados y ciertos gastos de nuestra empresa. Hemos reducido el personal en un 30 por ciento”, comentó Castillo.
Los escudos son para el público y los centros de salud, y empieza recibir pedidos de otros estados. “La parte corporativa quizá va a cambiar para siempre y nos ajustaremos al mercado”, puntualizó este empresario de origen colombiano.
Javier Quiroga puso a prueba su creatividad y elaboró un chaleco salvavidas para sostener a su empresa de 18 empleados. “De servir sofisticados banquetes en grandes salones empezamos a crear un variado menú para pedidos familiares e individuales que entregamos a domicilio. La meta es mantenernos a flote. Ayúdenos a sostener nuestro negocio haciendo los pedidos a toyourtastecatering.com donde encontrará un menú variado o llámenos al (703) 539-8646. Hacemos entregas en el norte de Virginia y en el Distrito de Columbia”.
Este empresario boliviano está convencido que las compañías que no le teman al verbo innovar serán las que saldrán adelante y él desde ya se alista a los cambios. Lo importante es ofrecer un servicio que le dé seguridad al cliente, por eso la comida que se prepara bajo pedido va en bandejas con un sello de protección. “Seguimos al pie de la letra los protocolos de higiene, aunque sea agotador, no tenemos otra opción. Soy peleador y mientras esté vivo este negocio no morirá”.