Bailarinas del stripclubs de Baltimore organizaron protestas para reactivar los lugares de entretenimiento para adultos, informó la cadena de noticias NBC. Según la fuente, Joy Mason e Iyana Hall redactaron un volante y lo enviaron a sus conocidos.
En solo minutos, la noticia se corrió por la ciudad a cientos de empleados de lugares de este tipo.
Las mujeres llevaron sus acciones más allá y se concentraron junto a un grupo de personas, la mayoría empleados de la industria, fuera del ayuntamiento.
Los lugares de entretenimiento para adultos han estado cerrados desde diciembre de 2020 por orden del alcalde Brandon Scott. La razón detrás de su decisión estuvo motivada por el aumento de casos de coronavirus.
Pero aunque los casos diarios han ido disminuyendo gradualmente, la ciudad de Baltimore se ha relajado y ha aflojado restricciones en varios sectores, el rubro aún no ha tenido respuestas oficiales.
Ruido en Baltimore
Dicha manifestación hizo el ruido suficiente para opacar una conferencia de prensa cerca de la sucursal de la NAACP.
“Salga, señor alcalde”, dijo Hall. “Solo queremos tener una charla sonora”.
En Baltimore, el debate sobre la reactivación económica no ha pasado por debajo de la mesa. Maryland ha sido uno de los estados que más restricciones ha aplicado por la crisis desatada por el brote.
Recientemente, dueños de restaurantes expresaron su molestia por el cierre de los negocios en la ciudad de Baltimore. Incluso, un grupo comercial del estado presentó una demanda contra el territorio, asegurando que las normas eran injustas.
Castigo
Para Andrew Alley, dueño del Penthouse Club de la ciudad, las acciones de Scott representan “una bofetada de castigo” a la industria. Cerca, en ciudades vecinas, sus empleados han tenido que buscar trabajo en áreas en las que este tipo de comercios abren a un 50% de su capacidad.
Scott ha tomado decisiones respecto a lugares de entretenimiento, pero solo se limita a la apertura de sitios para la celebración de conciertos.
Para Alley, “han descartado el entretenimiento para adultos. No sé por qué”.
Alley vio como el mes pasado se le permitió a su club operar, pero solo como un bar, una situación de la que se quejó: “(Es) como decir que McDonald’s puede abrir, pero que solo se puede vender café”.