Este viernes, más de 183 organizaciones, lideradas por los grupos comunitarios de Asia-América de las Islas del Pacífico (AAPI), firmaron una carta solicitando a la Casa Blanca que reserve 300 millones de dólares para programas de seguridad y ayuda a las comunidades asiáticas-americanas que son víctimas de racismo y actos de violencia.
El escrito fue entregado en Atlanta al presidente Joe Biden y a la vicepresidenta Kamala Harris durante una reunión con los líderes de la AAPI, tres días después de que un hombre matara a ocho personas en tres spa, entre ellas seis mujeres de asiáticas.
El presidente pidió la aprobación de de la Ley de Crímenes de Odio COVID-19, una legislatura que podría “agilizar la respuesta del gobierno federal al aumento de los crímenes de odio exacerbados durante la pandemia, apoyar a los gobiernos estatales y locales para mejorar la denuncia de crímenes de odio, y asegurarse de que la información sobre crímenes de odio sea más accesible para las comunidades asiático-estadounidenses”, reseñó Axios.
En la petición de APPI se estima que $100 millones irá a sus grupos asociados para desarrollar programas que aborden la discriminación contra las comunidades asiáticas-americanas, y los $200 millones restantes serán solicitados en el próximo presupuesto federal para “seguridad comunitaria a largo plazo, recuperación y resiliencia”.
La medida incluirá “fondos para ayudar a las víctimas de delitos de odio a reportar incidentes en su idioma, recibir apoyo de salud mental y navegar por los recursos del gobierno; dinero para ayudar a las organizaciones a abogar por las víctimas y sobrevivientes; recursos para crear alternativas a las fuerzas del orden, como la prevención de la violencia y la intervención en crisis; fondos para ayudar a los trabajadores esenciales de la AAPI y a los trabajadores de bajos salarios a ‘enfrentarse a las pandemias de COVID-19 y al racismo sistémico’, especialmente a los inmigrantes; establecer un grupo de trabajo interinstitucional a nivel de la Casa Blanca para coordinar los esfuerzos federales con los defensores de la AAPI; y desagregar los recursos para garantizar que se dirijan adecuadamente a las comunidades y organizaciones nativas hawaianas e isleñas del Pacífico”.
La carta al presidente inicia asegurando que es el momento “para mujeres y niñas asiático-estadounidenses, comunidades transgénero y de género inconformes, indocumentadas e inmigrantes”.
AAPI asegura que los “ancianos asiáticos no están a salvo caminando por las calles por miedo a ser cortados, golpeados, empujados, pateados y escupidos. Nuestros hijos sufren acoso escolar y son casi invisibles en lo que aprenden en la escuela. Nuestros negocios están cerrados, nuestras casas grafiteadas. No podemos esperar más”.
Asimismo, el grupo señala y responsabiliza al expresidente Donald Trump por el uso de una retórica que profundizó en los ataques al referirse al COVID-19 como “virus de China” y “extendió las heridas de la comunidad AAPI e invitó a los supremacistas blancos llenos de odio a echarles sal”.
El Foro Nacional de Mujeres Asiáticas Del Pacífico Americano también publicó declaraciones en las que destacaba la “misoginia racializada” hacia mujeres asiáticas.
“La nota presidencial anterior no hizo nada para prevenir los asesinatos ocurridos esta semana, ni ha frenado el flujo de violencia y odio hasta la fecha. Lo que está claro es que necesitamos una respuesta interinstitucional y plena del gobierno que aborde todo el espectro de las necesidades de nuestra comunidad… Eso requiere una inversión real y a largo plazo”, expresó el director ejecutivo Sung Yeon Choimorrow.Con la llegada del COVID-19, las agresiones hacia las comunidades asiáticos-americanas han aumentado. Según un reporte de Stop AAPI Hate, las mujeres de origen aiático en Estados Unidos son 2,3 veces más propensas a ser víctimas de agresiones que los hombres.