Por Milagros Meléndez | ESPECIAL PARA EL TIEMPO LATINO Y EL PLANETA
El “coyote” la dejó cerca al río y Carmen con sus dos niños, uno de 8 años y el otro de 11, esperó varias horas para que bajara el cauce. Sujetó con fuerza en cada mano a sus hijos y casi abrazados avanzaron paso a paso por las aguas. La mezcla de emociones invadía a la madre. Este era el último tramo de una travesía de 16 días, desde que partió de su natal Guatemala, dejando atrás un pasado de violencia. Por su mente pasaban las imágenes de los golpes y el abuso sexual al que la sometía su expareja. “No aguantaba más la situación y mis niños estaban traumados. Tenía que salir del país”, contó Carmen, cuyo nombre que usamos para esta publicación, es un seudónimo.
Al acercarse hacia el otro lado de la orilla, se imaginaba una mejor vida para ella y sus hijos.
Fue así como hace cuatro años, Carmen y sus niños cruzaron la frontera de México hacia Estados Unidos por el Río Grande, escapando de la violencia y pobreza, en busca de un mejor porvenir.
Su historia se repite en el rostro de miles de personas que cruzan estos días la frontera sur, un hecho que ha desembocado en una crisis migratoria en los primeros días del gobierno de Joe Biden por la llegada masiva de inmigrantes, incluidos miles de niños no acompañados, un promedio de 550 menores por día.
Alrededor de 5 mil niños migrantes permanecen bajo la custodia de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU.
Tras ser detenida por las autoridades de inmigración, María permaneció en un albergue con sus hijos hasta que la dejaron salir bajo fianza. Su caso migratorio se revisará ante una corte en 2024. “Yo pedí asilo para mí y mis hijos”, expresó la guatemalteca que ya echó raíces en el país. Vive en Maryland, conoció a su nueva pareja y acaba de dar a luz a una niña. “Me siento tranquila con mis hijos acá, porque sea como sea estamos mejor”, expresó.
Se libró de la política Tolerancia Cero
María emigró con sus niños en 2017, un año antes que el presidente Donald Trump implementara la política de Tolerancia Cero, bajo la cual miles de niños fueron separados de sus padres en la frontera. Esta normativa -implementada en mayo de 2018- tenía como objetivo procesar criminalmente a los inmigrantes que cruzaban la frontera de manera ilegal.
Si María hubiese llegado en 2018, habría sido enviada a una corte de justicia con cargos criminales y sus niños, transferidos a albergues del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS). Posiblemente la madre hubiera sido deportada.
Así sucedió con miles de menores. Desde mayo de 2018 a junio de 2019, alrededor de 2 mil 300 niños fueron separados de sus padres, según cifras del DHS.
En 2021, hasta fines de febrero, 506 menores seguían sin saber dónde estaban sus padres.
El gobierno de Biden formó un equipo especial de trabajo para ayudar a encontrar la ubicación de estos. La primera dama Jill Biden encabeza el equipo.
“Hubiera sido terrible que me separen de mis hijos”, dijo María.
Biden revirtió medidas migratorias de Trump
En sus primeros días de gobierno Biden firmó una decena de órdenes ejecutivas para revertir las políticas migratorias de su predecesor, entre ellas la medida de Tolerancia Cero. Además reabrió la aceptación de solicitudes de asilo en la frontera y dijo que permitiría una entrada gradual de miles de migrantes que esperan en México una respuesta a sus casos.
En 2019, Trump promulgó los Protocolos de Protección a Migrantes, también llamado “Remain in Mexico” (quédate en México), que hacía que los solicitantes de asilo tuvieran que esperar en un “tercer país seguro” a que se resolviera su caso.
Los republicanos critican la política del presidente y presionan que reinstale las medidas optadas por Trump. Durante una visita a la frontera con congresistas, el líder de la minoría republicana de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, dijo que “esta crisis fue creada por las políticas presidenciales de este nuevo gobierno”.
El congresista republicano Chuck Fleischmann afirmó que el gobierno de Biden ha “creado un ambiente” propicio para un incremento de la migración.
Gobierno dice que la frontera está cerrada
El director del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) Alejandro Mayorkas aseguró que las fronteras se mantienen cerradas y las deportaciones continúan. En febrero se detuvo a más de 100 mil personas y 72 mil fueron deportadas, entre ellos adultos que viajaban solos y familias.
Por cuestión humanitaria se está permitiendo quedar a los menores no acompañados y a ciertos padres con niños pequeños.
Hasta la fecha, el Gobierno tiene a su cargo a más de 14 mil menores. Alrededor de 5 mil niños migrantes permanecen bajo la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza y unos 9 mil están bajo el cuidado del Departamento de Salud y Servicios Humanos.
Pese a las deportaciones, las personas siguel cruzando cada día la frontera.
Se atrevió a cruzar “por Biden”, pero la travesía fue traumática
La primera llamada que María Rivas hizo emocionada cuando Biden ganó las elecciones fue a su amiga en El Salvador. “Yo estaba tan contenta y la llamé para decirle que teníamos a un nuevo presidente y la esperanza de una reforma migratoria”, expresó Rivas, residente en Maryland.
“Mi amiga quería venir desde hace tiempo pero sabía que con Trump iba a ser difícil. Ahora con Biden, se atrevió y consiguió juntar el dinero endeudándose”, dijo el lunes 22.
El coyote le cobró $10 mil por el cruce.
Sin embargo, la travesía ha sido traumática para la joven de 28 años. “Ella ha sufrido mucho”, dijo Rivas, quien contó que su amiga fue abandonada por la persona que la iba guiando para cruzar la frontera, caminó en el desierto, sin comida por 5 días y luego fue “secuestrada”. Sus familiares tuvieron que pagar un rescate. “Quién sabe que más le ha ocurrido”, expresó Rivas, preocupada.
La joven partió el 10 de febrero y cruzó tres fronteras, la de Honduras, Guatemala y México. Recién llegó a Texas. “Después que la abandonaron, la volvieron a recoger los coyotes y pidieron más dinero”, dijo Rivas. “Querían cobrar $6 mil más pero la familia solo logró reunir $2 mil 500. Y aceptaron ese monto”.
Coyotes se aprovechan
Miembros de la delegación de legisladores republicanos que visitaron los centros de detención en Texas afirmaron que los traficantes de personas se están beneficiando de las políticas del gobierno.
También el representante Henry Cuéllar (R-Texas) dijo que el Gobierno “tiene que hacer más para superar los mensajes que se escuchan en Centroamérica” de los contrabandistas que hablan de una política suave. El congresista instó al equipo de Biden a promover imágenes de personas que son devueltas en la frontera.
Los traficantes de personas están cobrando grandes sumas de dinero a los migrantes. En 2017, Carmen de quien hablamos al inicio de esta nota , pagó $2 mil dólares por cada uno de sus hijos y ella para cruzar desde Honduras. Hoy le hubiera sido imposible pagar un promedio de $10 mil por persona. “Están cobrando demasiado caro”, dijo.
Madre e hijo emigraron desde su natal Perú. Llegaron a México y desde allí cruzaron hacia Texas, con destino a Virginia. Andrea afirmó que pagaron $14 mil cada uno. “Usaron el dinero de jubilación de mi tía y préstamos que hizo mi prima acá”, dijo.
En Virginia, Andrea es testigo de ello. La madre y hermano de su prima cruzaron en febrero la frontera en un camión “pero al estilo de ‘servicio V.I.P.’”, dijo. “Ellos no vinieron hacinados sino que eran cuatro personas dentro de la cabina”, contó.
La madre e hijo emigraron desde su natal Perú. Llegaron a México y desde allí cruzaron hacia Texas, con destino a Virginia. Andrea dice que pagaron $14 mil cada uno. “Usaron el dinero de jubilación de mi tía y préstamos que hizo mi prima acá”, dijo.
Dilema de Biden: entre mayor control de la frontera y trato humanitario
Biden está entre la espada y la pared, enfrenta demandas contrapuestas: las súplicas de los legisladores fronterizos para disuadir de manera más agresiva a los posibles migrantes y reclamos de los defensores de los derechos humanos para que les den un trato humanitario.
En el área metropolitana de Washington se hacen eco de esas voces. “Claramente se demuestra que la administración Biden no estaba prepararada para lidiar con lo que esta pasando en la frontera, pero esperamos que esto se solucione de una manera más humanitaria, que a la gente se les dé la oportunidad de resolver su situación si tienen un caso de asilo político”, expresó Gustavo Torres, el director de la organización proinmigrante CASA, cuya sede principal está en Maryland.
Por su parte Kristian Guillén, quien pertenece a la organización fraternal conservadora Los Caballeros de Colón, sostiene que el presidente Biden debería retomar las políticas establecidas por el expresidente Donald Trump “para salvaguardar la integridad de las personas”.
Guillén cree que Biden envía un mensaje errado con la política de apertura. “El presidente debe recordar que no puede jugar con la integridad de las familias que están llegando a la frontera sur. Una de las mejores opciones es construir un parámetro de control”, dijo.
Mientras se trata el tema de la frontera, la esperanza para 11 millones de indocumentados está puesta en una reforma migratoria.