POR OLGA IMBAQUINGO – ESPECIAL PARA EL TIEMPO LATINO
Un plato de comida y una dosis contra el COVID-19. La fórmula de Shepherd’s Table resultó tan exitosa, que ya están programando una segunda brigada de vacunación en Silver Spring, MD.
Los favorecidos fueron los que menos posibilidades tienen de registrarse, porque no saben cómo hacerlo por falta de tecnología, muchos no hablan inglés y algunos ni español. Este es el grupo de los que no tienen sus tres raciones alimenticias diarias aseguradas, tampoco un techo sobre sus cabezas, están desempleados y viven en las calles; varios son alcohólicos y sufren enfermedades mentales.
Esto fue posible gracias a una alianza entre diferentes agencias del condado de Montgomery, organizaciones sin fines de lucro y un grupo de enfermeras voluntarias. Todos movilizaron sus recursos en apenas tres días para dar protección contra el coronavirus a los comensales de Shepherd’s Table.
Fue el empuje de Kim Ball, representante de los servicios del condado de Montgomery para prevenir la falta de hogar, de los representantes del Departamento de Salud de esa municipalidad y de Interfaith Works, quienes, junto con Shepherd’s Table, hicieron posible esta iniciativa.
“Durante la primera brigada de vacunación en nuestras instalaciones inmunizamos a 132 personas. Nosotros los registramos y los ayudamos como venimos haciéndolo los siete días a la semana y los 365 días del año”, dijo Manny Hidalgo, director ejecutivo de Shepherd’s Table
Esta organización sin fines de lucro les ofrece, además de almuerzo y merienda todos los días, servicios que los ponen en contacto con centros que los ayudan a conseguir trabajo o apoyo médico a la población más vulnerable. Así trabajan desde hace 38 años.
Los latinos fueron los más entusiasmados
A este grupo se les aplicó la única dosis de Johnson & Johnson (antes de que esta vacuna fuera pausada por la FDA), porque es población transeúnte difícil de localizar. “Ver a los latinos haciendo la fila, entusiasmados al verse que son tomados en cuenta e invitando a otros compañeros a quedarse después del almuerzo para recibir la vacuna fue fenomenal”, dijo Hidalgo visiblemente conmovido. “Hacía un sol muy fuerte, tuvimos que ponerles sillas y ofrecerles agua. Salí algunas veces a decirles que por favor no se vayan, porque ese día nadie se iba sin su vacuna. Y nadie se fue”.
La otra cara de la moneda con la que se encontró Hidalgo en esta primera experiencia de vacunación fue una profunda desconfianza y miedo entre los afroamericanos sin techo, pero no así entre los latinos, casi todos hombres solos, desempleados, jornaleros y sin casa. “Ellos no le tienen miedo a la vacuna, es más le tienen una fe tremenda, estaban tan agradecidos y contentos porque así van aliviarles la preocupación de sus familiares en El Salvador, en Honduras o Guatemala”.
Evert Vargas, quien es el director del centro recursos de Sheperd’s Table, fue clave para conseguir en tan solo tres días que esto se haga posible. “Cuando Manny me habló de que el condado de Montgomery tenía puestos los ojos en nosotros para enviar una brigada de vacunación se me prendieron las luces. Al fin íbamos a ofrecerles la vacuna a quienes no tienen medios para registrarse”.
Vargas ya venía mencionándoles de que sería bueno vacunarse, pero la repuesta era la obvia: “no tenemos acceso a una computadora, no hablamos inglés y no tenemos un trabajador social”. Se hizo una encuesta para saber quiénes estaban interesados y la muralla con la que se topa la vacuna es la desinformación, como aquella de que les van a poner un chip para rastrearlos y deportarlos.
Lo bueno es que, entre los latinos, una vez que les explicaron para qué servía la vacuna, la aceptaron. En parte se debe a que “hemos creado un clima de acogida para los hispanos, para que se sientan como que están en su casa”, dijo Hidalgo.
Ante la decisión de la Administración de Medicinas y Alimentos (FDA) de suspender temporalmente las vacunas de Johnson & Johnson, Hildalgo dijo que Shepherd’s Table tiene un sistema de refrigeración para almacenar las muestras de Pfizer y Moderna. Tampoco le preocupa el hecho de que se tengan que administrar dos dosis, porque “especialmente los latinos vienen con mucha frecuencia y Vargas tiene muy buena relación con ellos por lo que nos aseguraremos que ninguno falte. Eso le hemos hecho saber a las autoridades del condado y la decisión depende de ellos. Nosotros estamos abiertos a cualquier vacuna que nos ofrezcan”.

“Patrick, ¡esto es en tu honor!”
A Hidalgo el tema del coronavirus y la vacuna le llega a lo más profundo de sus sentimientos. Su hermano Patrick fue una de las primeras víctimas, en marzo del 2020. “Fue el dos de marzo en Miami, cuando aún se sabía muy poco de este virus. No sabemos cómo se contagió, estaba involucrado en todas las buenas causas”.
Patrick trabajó en el gobierno del presidente Barack Obama para mejorar las relaciones con Cuba. “Él era una persona de paz, por eso para mí vacunar a mi gente se ha convertido en una obsesión. Aquí tengo una foto de mi hermano y le digo ‘Patrick, ¡esto lo estoy haciendo en tu honor!’”. Por el primer aniversario de su fallecimiento, The New York Times acaba de dedicarle un artículo y señala que fue clave en el discurso que el presidente Obama dio en La Habana en el 2016.
Vargas sabe que no hay tiempo que perder. Ya está inscribiendo a más personas y cree que cuando llegue la próxima brigada al menos tendrá una fila de unos 150 individuos. Su pedido: “Por favor riegue la voz, avísele a un amigo, camarada, compañero que venga Shepherd’s Table, que lo inscribiremos y lo vacunaremos.
Necesitamos que más gente que está totalmente desamparada se vacune”.
Comida para mujeres y niños latinos
En el condado de Montgomery, unas 80 mil personas no tienen aseguradas las tres raciones alimenticias al día y esta pandemia está demandando más recursos, más trabajo y más colaboración de organizaciones como Shepherd’s Table, donde los más pobres encuentran comida, ropa, jabón o pasta de dientes.
Las necesidades ahora son tan grandes que tuvieron que abrir dos centros de distribución de comida en Parkland Middle School en Aspen Hill. Allí se entregan 250 raciones de comida caliente los lunes, miércoles y viernes. El otro está en Riverdale Elementary School, donde se atienden los martes y jueves. En estos dos sitios, la mayoría de personas que llegan en busca de alimentos son mujeres latinas con niños.
A este programa se lo llamó “Beyond the Table” (Más que comida en la mesa) y se sostiene con la ayuda de Geico y del gobierno del condado de Montgomery. La misión es llevar un poco de esperanza a los más vulnerables que no tienen alimentos y están en la indigencia.