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Vida Senior Centers, organización de apoyo a personas de la tercera edad está por cumplir 53 años de funcionamiento. Desde la pandemia, las riendas de la institución están en las manos de María Teresa McPhail, una médico con alto sentido de servicio y una vocación innata por la comunidad. 

Durante media década, la entidad ha apoyado a unas 20 mil personas de bajos ingresos, en su mayoría latinos. Ahora, sirve a poco más de mil adultos mayores de Washington DC, originarios de 26 diferentes países para mantenerse activos, saludables y socializar. También les ayuda con alimentos y con espacios para esparcimiento. 

La organización, además, ha desarrollado una estrategia de atención a este sector de la población, tomando en cuenta la diversidad cultural de todos los usuarios. 

McPhail se encarga de la dirección de la institución, de la organización y de encontrar los fondos necesarios para todo marche de forma óptima. Pese a que su posición le permite apoyar y servir a la comunidad, se siente privilegiada y agradecida de poder aprender junto a los adultos mayores cada día. 

“Para mí ha sido muy interesante porque toda la vida me he enfocado en el servicio a la comunidad por eso me hice médico en mi país, un lugar donde nadie se vuelve médico para ser millonario. Cuando llegué a Estados Unidos empecé a trabajar en tecnología y salud, pero cuando llegué a Vida fue cuando yo entendí de qué se trataba servir a la comunidad y a los que más lo necesitan”, dijo McPhail, originaria de El Salvador.

María Teresa McPhail, directora de Vida Senior Centers, llegó a la institución en un momento difícil para muchas personas, justo cuando la pandemia obligaba a empresas, organizaciones públicas, privadas y sin fines de lucro a cambiar por completo la forma de atención y servicio de todos sus usuarios. 

“Fue una situación difícil porque nos vimos forzados a cerrar los centros y nos preocupamos mucho por nuestros seniors que estaban acostumbrados a llegar todos los días, a socializar, a tener sus actividades, su almuerzo. Todo eso cambió durante la pandemia”, dijo en una entrevista con El Tiempo Latino. 

El primer gran reto que enfrentó entonces fue mantener activos los programas y el apoyo que recibían los usuarios de la organización, que siguen siendo cruciales para muchos adultos mayores que sufren en silencio enfermedades, soledad o discriminación. 

“Nos preocupamos mucho y empezamos una revisión para mitigar estos problemas y para saber cómo proteger a nuestros beneficiarios de ser expuestos y cómo ayudarles a sobre llevar la pandemia en casa porque sabíamos que los estragos a la salud mental iban a ser devastadores”, recordó.

Frente a la necesidad y a la preocupación, la instancia logró recibir de donaciones privadas dispositivos electrónicos que se usaron para mantener a los usuarios de Vida conectados, activos y socializando, aún en medio del encierro por la crisis de salud. Esto fue fundamental para proteger la salud mental del grupo, apuntó McPhail. 

A medida que la directora lograba coordinar ese trabajo, llegó un nuevo reto con el período de vacunación. Con pocos recursos la instancia tenía que ayudar a sus adultos mayores para inscribirse a la vacunación. Esta labor requería de otro esfuerzo y de más recursos. 

Enseñanza

A pesar de haber trabajado en la medicina, un área que permite el contacto con las comunidades, McPhail, reconoce que no fue sino hasta que llegó a Vida que reconoció el verdadero significado del servicio y la vocación por la comunidad y por los grupos vulnerables. 

“En mi vida me había ido a casa tan llena como lo hago cuando me voy al terminar un día en Vida. El trabajo que se hace aquí es la epifanía de servicio, eso es lo que me ha cambiado la vida y me ha hecho entender que tenemos que valor a las personas y valorar lo que tenemos”, aseveró.

Para esta servidora comunitaria, el contacto con los adultos mayores y el hecho de ver de cerca cómo algunas personas “luchan batallas”, le ha dado la oportunidad de descubrir una forma diferente de ayuda al prójimo. 

“Aquí lloro, bailo, me río con ellos, peleo con ellos y en la noche voy a casa y sufro porque no hay suficientes fondos, no hay suficiente espacio, no hay dinero para sus necesidades. Pero también me reconforta esto porque he aprendido que no soy yo la que los está ayudando, sino que son ellos los que me ayudan a mí”, señaló.

De alguna manera, McPhail ve a su madre en cada uno de los usuarios de Vida y gracias a esto también ha aprendido que el tiempo que cada persona le dedica a sus padres mayores, a sus abuelos, a sus adultos mayores es necesario y tiene un impacto en las vidas de las personas. 

“Es difícil de explicar. Son personas vulnerables, que tienen problemas de salud, por eso hay que trabajar el desapego, hacer paz para vivir el hoy con ellos, para ellos y hacer las cosas en vida, Hay que vivir el hoy con nuestros adultos mayores”, apuntó.

Obstáculos

Conviviendo con este grupo, esta salvadoreña se ha enfrenta a obstáculos difíciles. Uno de estos es el hecho de aceptar que algunas cosas que parecen injustas en la vida no pueden cambiarse. 

“El mayor obstáculo es la imposibilidad… el darse cuenta que la salud de los adultos mayores se deteriora, trato de vivir más el día a día porque el mañana no es de nosotros y eso me ayuda a pensar en cómo encontrar el balance para mantener los programas para poder darle a nuestros senior lo que necesitan”, dijo.

Un impacto positivo

Para McPhail, la forma en la que la calidad de vida de las personas de la tercera edad, que acuden a la organización, es impactada de manera positiva representa una de las mayores satisfacciones de su trabajo.

“Estamos rompiendo la brecha entre la discriminación más que todo, porque los hispanos por costumbre son muy callados y no alzan sus voces. Nosotros estamos trabajando por ellos, para que sus necesidades básicas sean resueltas y se sientan escuchados. Eso es una satisfacción para mí”, recalcó. 

La organización es un espacio para sus usuarios y por eso para McPhail darle voz a este grupo para que pueda expresar lo que siente sin temor es también parte de esas satisfacciones que encuentra en el día a día. 

“Hemos sido un apoyo fundamental para nuestros seniors. Hemos sido su voz en muchos casos. Tratamos de darles lo mejor cada día, día a día”, acotó.

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