Los astrónomos han anunciado el descubrimiento de la mayor explosión cósmica registrada hasta la fecha, una bola de energía cuyo estallido equivale a cien veces el tamaño del Sistema Solar.
El fenómeno, llamado AT2021lwx, fue detectado hace tres años por un observatorio estadounidense, pero su origen y naturaleza siguen siendo un enigma. Los científicos barajan dos posibles explicaciones: una supernova muy luminosa o una ruptura por efecto de marea causada por un agujero negro.
Un “hallazgo casual”
La explosión fue detectada en 2020 por el observatorio Zwicky Transient Facility (ZTF) de Estados Unidos, que se dedica a rastrear objetos celestes que cambian de brillo rápidamente. Sin embargo, el fenómeno pasó desapercibido hasta que un equipo de astrónomos lo rescató de la base de datos en octubre de 2022.
“Ha sido un descubrimiento accidental”, explicó el principal autor del estudio, Philip Wiseman, astrofísico de la universidad británica de Southampton. “Estábamos buscando otro tipo de explosiones cósmicas cuando nos encontramos con este evento tan extraño y sorprendente”, añadió.

Una explosión sin precedentes
Lo que hace tan especial a AT2021lwx es la cantidad de energía que liberó en su estallido. Según los cálculos de los astrónomos, el fenómeno emitió más energía que un brote de rayos gamma, que son las explosiones más potentes conocidas en el universo.
“Es la mayor explosión cósmica jamás registrada”, afirmó Wiseman. “Para hacernos una idea, la energía liberada por AT2021lwx equivale a la que emitiría el Sol durante 10 mil millones de años”, agregó.
Dos posibles explicaciones
Los astrónomos creen que el origen de este acontecimiento espacial podría estar detrás de una supernova, la explosión de una estrella masiva al final de su ciclo. Sin embargo, en este caso, la luminosidad sería diez veces mayor que la de una supernova normal.

Otra posibilidad es que se produjera una ruptura provocada por lo que se conoce como efecto de marea, en el que una estrella se desgarra por la fuerza de atracción de un agujero negro al que se acercó demasiado. Pero también en este caso el fenómeno sería tres veces más luminoso que el de una ruptura típica.
“Estas dos hipótesis tienen sus pros y sus contras”, dijo Wiseman. “Necesitamos más datos y observaciones para llegar a una conclusión definitiva sobre la naturaleza de AT2021lwx”, concluyó.
El estudio ha sido una publicación de la revista Monthly Notices de la Royal Astronomical Society británica.