La subasta de objetos personales de Freddie Mercury sorprendió al recaudar $15.4 millones con solo 59 de más de 1.400 artículos. La joya de la corona fue un brazalete de plata victoriano que Mercury lució en un video musical, vendido por un récord de $881.000, cien veces su estimado inicial.
Los fanáticos adinerados pujaron fortunas para obtener un pedazo de la ropa, los premios y los borradores originales escritos a mano de Mercury para clásicos como Killer Queen y We Are the Champions.
Piano de Freddie Mercury subastado por $2.2 millones
El piano de cola Yamaha en el que Mercury compuso algunos de los grandes éxitos de Queen fue uno de los pocos objetos que se vendieron por menos de su precio estimado, aunque aún así fue el que se vendió por más dinero.
NBC News reseñó que se esperaba que se vendiera por $3,75 pero se vendió por $2,2 millones.
Los borradores de las letras de Mercury para Killer Queen y We Are the Champions se vendieron por cerca de $1.7 millones. El manuscrito de Somebody to Love se vendió por $304.000 y el de Don’t Stop Me Now por $400.700.
Trajes, arte y hasta una puerta
La subasta se abrió con la venta de la puerta del jardín de la casa de Mercury, marcada con un grafiti, que superó rápidamente la estimación máxima de $31.250 prevista antes de la venta y dio lugar a una guerra de pujas que duró casi 20 minutos.
La puerta de la casa Garden Lodge de Mercury superó su valor estimado al venderse por $521.000.
Los fanáticos también pujaron por prendas y joyas que llevaba el rockero. Un broche de oro Cartier que decía “Queen número 1” se vendió por $208.000.
También se vendieron otros objetos como una corona y capa diseñadas para la gira Magic de 1986, que recaudaron $801.500, una rocola Wurlitzer de 1941 de la cocina de Mercury, e incluso sus pantalones cortos más ajustados.
La subasta incluyó arte de Salvador Dalí ($60.900) y Pablo Picasso ($240.000), trajes de escenario, un peine para bigote, botellas de champán y un premio Brit póstumo.
Este evento global atrajo a postores de 61 países. Los artículos, fueron dejados por Mercury tras su muerte en 1991 y ahora están siendo vendidos por su amiga íntima, Mary Austin.
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