La serie live action de One Piece se ha convertido en un fenómeno a nivel mundial. La adaptación de la legendaria historia de aventuras en altamar replicó en Netflix el éxito del manga creado por Eiichirō Oda en 1997, que vendió más de 500 millones de ejemplares en todo el mundo.
Cuando la plataforma de streaming anunció la adaptación de la saga de piratas al formato de serie, las expectativas eran altísimas. Sin escatimar en recursos y tras siete años de trabajo, lanzaron la primera temporada el 31 de agosto y obtuvieron excelentes resultados.
La historia del intrépido Monkey D. Luffy y su tripulación es el título número uno a nivel global en Netflix con 37,8 millones de vistas acumuladas en menos de dos semanas desde su estreno. Además, la serie alcanzó el Top 10 de 93 países y debutó en el primer lugar en 46 de ellos.
La ficción ha dominado las tendencias en todas las redes sociales, por ejemplo en TikTok, el hashtag #onepiecenetflix ha alcanzado más de 4 mil millones de búsquedas. Incluso, las cuentas de Instagram del elenco han visto un aumento de seguidores, sumando millones en los últimos meses.
La serie también recibió el “certificado de frescura” de Rotten Tomatoes, el sitio web de reseñas para cine y televisión, con un 96% de calificación, respaldada por más de 10.000 valoraciones. Esto la sitúa entre las producciones de Netflix mejor calificadas por la audiencia en toda su trayectoria.
A 15 días del estreno, Eiichirō Oda, la mente maestra detrás de One Piece, grabó un video para confirmar la segunda temporada de la saga. Todavía están en el proceso de escritura de guiones y no se informó cuándo se estrenarán los nuevos episodios.
Las claves del éxito de One Piece: la adaptación
Para comprender el éxito de esta ficción, mencionamos las claves que impulsaron la popularidad del proyecto de Shūeisha, Tomorrow Studios y Netflix. Se destacan Matt Owens y Steven Maeda como los guionistas y showrunners, además de los productores ejecutivos junto con Eiichirō Oda, Marty Adelstein y Becky Clements.
Es la historia de Monkey D. Luffy, un joven que desde que tiene memoria sueña con una vida de libertad. Luego de dejar su aldea, se embarca en una peligrosa travesía en busca del tesoro escondido conocido como One Piece, que puede ayudarlo a convertirse en el rey de los piratas.
Para lograr su objetivo, lo primero que debe hacer Luffy es reunir a la tripulación que siempre quiso, y con ellos conseguir un barco, recorrer cada centímetro del vasto mar, adelantarse a la Marina y superar a cada uno de los peligrosos rivales que se crucen en su camino.

La colaboración del creador e ilustrador Eiichirō Oda ha sido esencial para mantener el alma de la historia. En una carta dedicada a sus fans antes del estreno, habló del desafío de realizar una serie de live action del universo del manga, que ya lleva 25 años y ha vendido más de 516 millones de copias en 61 países.
“¡Es sorprendente que esta adaptación live action se haya ideado hace siete años!”, escribió el productor. “La dedicación ha sido inmensa. Desde el elenco hasta el equipo de diseño, todos han puesto su alma en materializar esta visión. La experiencia de consolidar ideas y esfuerzos ha sido una festividad en sí misma”, agregó.
Al finalizar el rodaje, Oda pidió modificar algunas escenas para “pulirlas un poco más” y la producción aceptó volver a filmarlas. También no estaba convencido de algunas líneas de Luffy, el personaje principal interpretado por Iñaki Godoy. Sin embargo, al verlas en la pantalla quedó convencido de que el actor mexicano “hacía justicia” con su interpretación.
Los aspectos que el creador no quiso negociar
El showrunner Matt Owens explicó que durante el largo proceso de adaptación de la temporada inicial, Eiichirō Oda les pidió que por favor respetaran dos aspectos fundamentales de la saga, para que la serie de live action no dejará de ser fiel a la trama original.
En primer lugar, las historias de origen de los Piratas de Sombrero de Paja, ya que eran esenciales para comprender quiénes eran, sus ambiciones y aspiraciones. De esta manera, Luffy podría adentrarse en esas historias, ayudándoles a reconectar con esos sueños. Era esencial retener ese núcleo emocional.

En segundo lugar, era importante respetar las habilidades especiales de los personajes, es decir, los poderes únicos derivados de las Frutas del Diablo y otras destrezas que fueron diseñados por Oda. Él invirtió gran creatividad en otorgarles a los personajes habilidades específicas, acompañadas de reglas claras para su utilización.
“Por nuestra parte, queríamos transmitir el sentimiento de optimismo, que se mantiene en todo el manga. Y queríamos dar con ese punto exacto para que los personajes se vieran reales”, opinó el productor Steven Maeda. Además, aclaró que cualquier modificación debía ser consultada con Oda y su equipo.
Según Maeda, One Piece logró conquistar a las personas porque es ingeniosa y diferente a cualquier otra historia de piratas. “Monkey D. Luffy toma a estas personas que no tienen nada en común y logra que trabajen juntas. Trata sobre la comunidad, la familia, sobre un grupo de personas que se apoyan entre sí y dependen de la ayuda del otro para obtener lo que realmente quieren, sus mayores deseos”, afirmó.
El diseño de producción: una fantasía tangible
El productor Owens explicó cuál era el objetivo en esta ficción: “Por lo general, las adaptaciones de este tipo se catalogan como ‘realistas’, pero esta serie no se basa en un mundo real. Y eso es lo que la hace tan maravillosa. Yo prefiero decir que es ‘tangible’. Queríamos sentir que estas cosas, estos lugares y estas personas existían”.
Richard Bridgland, el diseñador de producción que trabajó en Dos tipos peligrosos y Operación Ultra, fue fundamental en dar vida a esta visión. Adoptando un enfoque de fantasía tangible, diseñó sets que reflejaban y ampliaban el arte de Eiichirō Oda. Desde la recreación de embarcaciones, la gran carpa del Big Top, hasta la inmersión detallada en la Aldea Coco.

“Era importante que cada embarcación y set tuviera una historia de fondo y un pasado. Incluso si el público nunca se entera de esa historia, para mí era importante reflejarla, que hubiera un sentido de pertenencia en los lugares y las cosas que ves. Era importante que tuvieran un sentido histórico para conectar todo”, explicó.

Un detalle curioso es que muchos barcos de la serie ya se habían usado en Black Sails. Además parte del equipo de esa ficción se sumó a este proyecto y trajo su experiencia para construir embarcaciones y filmar en el agua. Aunque dos de las naves se realizaron desde cero: el Going Merry, el icónico barco de los Sombrero de Paja; y el Baratie, cuyo diseño estaba basado en el casco de un galeón español.
Una herramienta esencial fue el libro “Rurubu” de Oda, un compendio que sirvió como guía de viaje a través del universo de One Piece. Bridgland y su equipo se sumergieron en sus páginas para crear sets ricos y ambientados. También muchos de los lugares que Oda creó para la serie se tomaron del mundo real, como pagodas de Bali; las tiendas de Florencia, Italia; y la Belton House del Reino Unido, entre otros.
El diseño de vestuario: una mezcla de arte y funcionalidad
Dar vida a los personajes requirió un compromiso entre respetar las ilustraciones originales de Oda y proporcionar funcionalidad para las exigencias de una serie live action. Diana Cilliers, diseñadora de vestuario con experiencia en producciones como Warrior y Chappie, afirmó: “El principal desafío era transformar las ilustraciones de Oda en atuendos tridimensionales”. Para lograrlo, recurrió al compendio de ilustraciones “One Piece Color Walk”.
Con un equipo de 70 personas aproximadamente, la diseñadora emprendió viajes en busca de materiales, ya que muchas telas no estaban disponibles en Sudáfrica, donde se filmó la producción. Aunque muchos de los trajes fueron adaptaciones, y no creaciones desde cero, Cilliers eligió telas variadas para darles un toque único, con movimientos y texturas. Su objetivo más importante era que los actores no parecieran cosplayers.
Por ejemplo, el personaje principal, Luffy, luce un chaleco rojo característico y pantalones azules que fueron meticulosamente zurcidos para mostrar signos de desgaste previo. Además se confeccionaron a mano más de 45 sombreros de paja, con materiales importados de Panamá.
Para trajes específicos como los de Sanji, Cilliers eligió tejidos de diseño de una bodega cerca de Florencia, Italia, que no solo ofrecieran un look estético, sino también flexibilidad para las escenas de acción. Hasta los detalles más pequeños, como los anillos de Skylar, tuvieron un diseño especial confeccionado por una joyería en Londres.
El talento actoral de One Piece
El elenco ha sido otro factor determinante para el éxito de One Piece. La conexión entre los actores refleja la genuina camaradería del equipo del Sombrero de Paja. La primera temporada da a conocer la historia de los personajes principales, quienes transmiten un espíritu de amistad. Lo interesante es que lograron cautivar no solo a los seguidores del manga, sino que engancharon a un nuevo público.
En el elenco principal se destacan Iñaki Godoy como Monkey D. Luffy; Mackenyu como Roronoa Zoro; Emily Rudd como Nami; Jacob Romero como Usopp; y Taz Skylar como Sanji. Cada actor logró captar a la perfección la esencia de su personaje, pero dos de ellos lograron sorprender al público por su talento y versatilidad.

Iñaki Godoy, el joven intérprete mexicano de 20 años, asume el desafío del papel protagónico en la serie y marca un hito en su carrera. El actor ha participado en diversas series y películas, como Vaya juventud, MexZombies y No abras la puerta. También ha incursionado en la escritura y dirección, como productor de los cortometrajes Blinded y Casiarte.
“Cuando audicioné para el papel, no sabía para qué serie era, ni qué personaje era Luffy. Todo tenía nombres en código para que nadie pudiera saber a qué correspondía. La descripción del personaje decía que era un chico alegre, que siempre tenía una sonrisa en la cara, que tenía una actitud superpositiva y que era un gran líder. Entonces mi mamá me dijo: ‘Iñaki, vas a obtener el papel, porque es como tú cuando tenías 11 años. Es exactamente como tú’. Y pensé: ‘Sí, claro. Ya veremos’…”, explicó Godoy.
Oda quedó sorprendido al ver la audición de Iñaki. “Cuando creé a Luffy, dibujé al niño más energético que me pude imaginar. Un niño normal por fuera, pero totalmente fuera de lo común por dentro. Mi mayor preocupación sobre la adaptación con personajes reales era si es que íbamos a poder encontrar a alguien como Luffy. Vi muchas audiciones, pero cuando me topé con Iñaki, me reí. Él era igual a la persona que dibujé en el manga”, recordó. Más tarde, el actor viajó a Tokio a conocer al artista y aprovechó para agradecerle por darle esta importante oportunidad.
Matt Owens señaló que encontrar a un actor para el papel de Roronoa Zoro fue tan difícil como elegir a Luffy. “Teníamos una lista muy específica de las características que necesitábamos. Sabíamos que queríamos que Zoro fuera japonés, que hablara inglés y que supiera pelear. Mackenyu cumplía con todas esas cosas y mucho más. Él trabajó duro, sobre todo en sus escenas de riesgo”, explicó el showrunner.
Un aspecto interesante es que Mackenyu ya era fanático del manga: “Nací en 1996, así que One Piece me ha acompañado toda mi vida. Es muy importante para mí, porque es algo que siempre ha estado presente. Si eres japonés, es imposible no conocer la historia, y a mí me es imposible no idolatrar a un personaje como Zoro. Cuando hicieron el casting para la serie, todo tenía nombres en código, así que no sabía para qué personaje estaba audicionando. Pero tenía claro que si no era para Zoro, no quería formar parte”.
El artista de 26 años heredó el talento de su padre, Sonny Chiba, un ícono de las artes marciales ya fallecido. Desde los 8 años, practicó kyokushinkai, un estilo de karate japonés. Además, ha realizado gimnasia y waterpolo, e iba a la escuela de artes marciales de su padre. En su carrera, participó en producciones como Knights of the Zodiac, Ni no Kuni y Pacific Rim: Uprising. Ahora sorprende en One Piece como Zoro y especialmente se luce en las escenas de combate usando tres espadas.
Las escenas de riesgo
La serie tiene muchas escenas de peleas que respetan el espíritu del manga original. Los actores aceptaron el reto de realizarlas, más allá de la complejidad. De esta manera, tuvieron un fuerte entrenamiento y pusieron el cuerpo para lograr las difíciles acrobacias en los diferentes enfrentamientos.
El coordinador de escenas de riesgo, Franz Spilhaus, en colaboración con el espadachín Kōji Kawamoto, diseñó la coreografía de combate para el actor Mackenyu, quien dominó las secuencias gracias a su extenso entrenamiento en artes marciales. Para maximizar la autenticidad y la fluidez del combate, todas las espadas que utilizaron los actores se fabricaron con fibra de carbono liviana y puños de espuma para que pudieran realizar movimientos muy rápidos.
Así como Zoro se destaca por el manejo de las catanas, cada personaje tiene una destreza singular a la hora de pelearse: Luffy tiene un cuerpo flexible; Sanji se distingue al luchar exclusivamente con sus piernas; Nami demuestra maestría con el bastón bō; mientras que Usopp maneja con habilidad un tirachinas.
Uno de los desafíos del diseñador Jaco Snyman fue incorporar maquillaje prostético en las secuencias de acción. Las prótesis, especialmente las máscaras, limitaban la visión y, pelear con ellas era difícil. Los actores también usaban guantes prostéticos y se les complicaba el manejo de armas.
El maquillaje prostético de los personajes
En la adaptación de One Piece, el compromiso con la autenticidad y la fidelidad a la obra original fue evidente en cada elección creativa, en particular en el uso del maquillaje prostético y los efectos especiales. Una particularidad fue que no usaron personajes animados digitalmente, como suele ocurrir en otras series de live action.
El diseñador de maquillaje Jaco Snyman, que ha trabajado en Mad Max: Furia en el camino y Sector 9, subrayó la decisión de prescindir de la animación por computadora en favor de las prótesis. Esta elección permitió a los actores sumergirse más en sus roles y garantizó que el producto final se mantuviera fiel a la visión original de Oda.

Las transformaciones de personajes como Arlong, Kuroobi y Chew fueron meticulosas y a menudo llegaban a tardar varias horas de trabajo. Sin embargo, gracias a la tecnología de escaneo 3D y diseño digital, la creación de moldes precisos para estas prótesis se optimizó enormemente. Por ejemplo, el personaje de Buggy fue desafiante, ya que su nariz de payaso pasó por varios ajustes hasta lograr una prótesis bulbosa similar a la nariz de los payasos, con una textura parecida a la piel.

Además, el equipo creó cuatro caracoles animatrónicos para la serie, fieles a la comunicación esencial en el universo de One Piece. De esta manera, realizaron marionetas que tenían distintos globos oculares desmontables con los que podían lograr una gran variedad de expresiones y un poco de movimiento en la cara. Los caracoles se personalizaron para verse como sus dueños, por ejemplo, el caracol de Garp tiene barba y una dentadura blanca y brillante.
La continuación de One Piece
A través de los caracoles de comunicación, Eiichirō Oda confirmó la segunda temporada de la saga. En un original video dio a conocer la buena noticia para los millones de fanáticos, a dos semanas de su exitoso lanzamiento por Netflix. Lo interesante es que hay material de sobra, ya que la serie de animé tiene más de mil episodios.
“A la Gran Flota de Sombrero de Paja: ¿Qué les pareció la primera temporada en acción real de One Piece? Trabajé mucho tiempo en ella junto con Netflix y Tomorrow Studios. Parece que en todo el mundo han disfrutado mucho la serie; lo que hace que realmente valga la pena el arduo trabajo realizado por el equipo de producción. Para todos aquellos fans de One Piece de años atrás y a los que apenas lo vivieron por primera vez: muchas gracias”, aseguró el ilustrador.
“Dos semanas después del lanzamiento recibí noticias increíbles. ¡Netflix ha decidido renovar la serie! ¡Las aventuras de Iñaki y los Sombreros de Paja en acción real continuarán! Tomará tiempo tener los guiones listos, así que por favor sean pacientes. Por ahora, creo que los Sombreros de Paja van a necesitar a un excelente doctor… ¡Ya veremos!”, cerró el productor.
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