Datos recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) revelaron que los homicidios y suicidios relacionadas con armas de fuego entre niños y adolescentes alcanzaron niveles sin precedentes en Estados Unidos.
En 2021, la base de datos WONDER de los CDC registró 2.279 homicidios relacionados con armas de fuego entre personas de uno a 18 años, lo que supone duplicar las cifras de hace una década.
Además, los suicidios inducidos por la violencia armada experimentaron un aumento del 11% desde el inicio de la pandemia COVID-19 en 2020.
Sin embargo, la trágica realidad de la violencia juvenil con armas de fuego en Estados Unidos no afecta a todos los grupos demográficos de manera uniforme.
Los datos de los CDC muestran que los niños y adolescentes negros soportan una carga desproporcionada, experimentando la violencia armada a un ritmo mayor que sus compañeros de otras razas.
En 2021, 17 de cada 100.000 niños negros se enfrentaron a muertes relacionadas con armas de fuego, en comparación con aproximadamente tres para los niños blancos, y uno para los niños asiáticos por cada 100.000.
Incremento en homicidios y suicidios con armas de fuego
Los datos de los CDC también revelaron un hecho grave: las armas se convirtieron en la principal causa de muerte entre niños y adolescentes desde 2020, superando incluso a los accidentes automovilísticos y al cáncer.
En 2021, los incidentes relacionados con armas de fuego representaron casi el 19% de todas las muertes infantiles.
Los tiroteos escolares, aunque representan una fracción menor de las muertes juveniles relacionadas con armas de fuego, han seguido una tendencia al alza desde 2017, según una evaluación de datos realizada por CNN.
El único año que se desvió de esta tendencia fue 2020, cuando se produjo el cambio al aprendizaje virtual debido al COVID-19. Hasta el 28 de septiembre de este año, se han producido al menos 54 tiroteos, de los cuales 37 han tenido lugar en escuelas K-12 y 17 en campus universitarios.
La intensificación de la violencia con armas de fuego entre los jóvenes estadounidenses no se limita a las escuelas; este año se ha producido un aumento general de los tiroteos masivos. Los datos del Gun Violence Archive indican que en 2023 se han producido más de 500 tiroteos, superando los totales anuales anteriores.
La preocupante escalada de muertes por armas de fuego entre la población joven de Estados Unidos pone de relieve la necesidad inmediata de estrategias eficaces para reducir la violencia armada y proteger a los niños y adolescentes de sus efectos catastróficos.