Tres días de intensos combates entre las fuerzas de seguridad del régimen de Nicolás Maduro y grupos criminales armados en una de las zonas más pobladas de Caracas, capital de Venezuela, han dejado más de 20 muertos y decenas de desplazados, informó el oficialismo este sábado.
Desde el miércoles, los disparos han resonado en gran parte del municipio Libertador. Los pandilleros que operan en la Cota 905, un barrio pobre en el suroeste de Caracas, y barrios adyacentes, se enfrentaron con la policía y las fuerzas militares del régimen chavista.
Para el viernes por la tarde, las fuerzas de seguridad pudieron penetrar el laberinto de casas que componen el sector colindante de la Cota 905, incautando municiones, armas e incluso un gato ocelote, una especie felina amenazada, informaron medios locales.
En una sesión informativa transmitida el sábado por la televisión estatal, la ministra del Interior de Maduro, Carmen Meléndez, dijo que habían sido asesinados 22 “delincuentes”, así como un sargento de la Guardia Nacional y tres policías.
Meléndez se sentó cerca de mesas en las que mostraban balas, armas y drogas que dijeron habían sido incautadas. 28 personas resultaron heridas durante los enfrentamientos, que según la ministra involucró a 3 mil 110 agentes de varias agencias estatales.
Este último estallido de violencia se produce cuando Venezuela sigue sumida en una profunda crisis política, económica y humanitaria. En los últimos años, Nicolás Maduro ha reforzado su control sobre las instituciones de la nación, pero todavía está luchando por hacer valer el control estatal en partes del país que han sido abandonadas durante mucho tiempo, e incluso en la capital. Los analistas creen que las pandillas están intentando obtener un control territorial más amplio en medio de un vacío de poder alimentado por la falta de vigilancia.
La información preliminar de los analistas de seguridad indica que la violencia pudo haber estallado después de que el líder de una pandilla resultó herido en un enfrentamiento con la policía.
“Eso desató su furia”, aseguró Luis Izquiel, abogado y profesor de criminología de la Universidad Central de Venezuela. “Pero también es el caso que querían expandir su territorio al barrio pobre vecino, La Vega, que es más grande, más consolidado, más comercial y tiene más gente que Cota 905”.
Fuente: María Luisa Paúl/The Washington Post.
Traducción libre del inglés.
