Tollie B. Elliott, director ejecutivo de Mary’s Center es un profesional de la medicina, nativo de Washington DC. | Cortesía Mary’s Center.

Después de 33 años de un infatigable trabajo, María Gómez dejó el estandarte de Mary’s Center bien alto. Por eso cuando dijo adiós a finales de 2021, la junta directiva se puso a buscar por todo el país un nuevo director ejecutivo que diera la talla y se comprometiera a seguir con la labor de la institución al 100%. Lo que no sabían es que lo tenían en casa y frente a sus ojos. Se trataba de Tollie B. Elliott, ginecólogo de profesión, nativo de Washington DC y quien venía desempeñándose como jefe de servicios médicos de Mary’s Center.

De joven se interesó por la ingeniería, después por la zoología hasta que aterrizó en la escuela de Medicina de Howard University. Durante su tiempo de residente en Georgetown Hospital supo de la existencia de Mary’s Center, la clínica creada, en principio, para cuidar y atender a las embarazadas y a sus bebés.

Elliott hace poco cumplió su primer año al frente de esta institución que da atención a 65 mil pacientes, con enfoque en hispanos. Sus objetivos siguen emparentados con los que se propusieron los fundadores de Mary’s Center hace 34 años: “La prioridad número uno es asegurarnos que nuestros servicios clínicos atiendan las necesidades de la comunidad, asegurarnos de escuchar a los pacientes y entender sus dificultades no solo desde el punto de vista médico, sino también desde la perspectiva del trabajo social”, es decir, comprender y simpatizar con sus problemas más allá de los relacionadas con la salud.

Tollie B. Elliott y María Gómez, dos generaciones y un mismo fin: que Mary’s Center siga ofreciendo servicios de salud de calidad a los inmigrantes. | Cortesía Mary’s Center

Su vida y su carrera profesional se han desenvuelto en Washington DC y eso tiene su valor porque, en lo referente a salud, conoce bien las fortalezas y debilidades de la comunidad. “Literalmente me tomé a pecho el mensaje aprendido en escuela de medicina: ‘regresa a la comunidad y trata de servirla’, así lo he hecho siempre”, afirma Elliott a El Tiempo Latino.

Asumió este cargo en medio de una pandemia. Fueron tiempos sin precedentes y él, al igual que los 800 empleados, lo que más rescata de aquellos momentos de crisis, es que Mary’s Center nunca cerró las puertas. Tan pronto como se distribuyeron las pruebas y las vacunas empezó a suministrarlas.

La atención de las enfermedades crónicas, de salud mental o educación en nutrición emigraron a la telemedicina, se dieron más de 120 mil consultas virtuales. El control del embarazo y los partos se hizo bajo las medidas más rigurosas para evitar los contagios del coronavirus. Se atendieron entre 200 y 250 embarazadas con COVID-19. Ellas y sus niños están bien.

La alcaldesa de DC, Muriel Bowser, junto al director ejecutivo de Mary’s Center Tollie B. Elliott en las instalaciones de la clínica. Cortesía Mary’s Center

“Nuestros pacientes fueron afortunados de tenernos, porque muchos no sabían dónde ir y quiero asegurarles que pese a los desafíos que tenemos por delante, no hemos cambiado ni cambiaremos nuestra estrategia y servicios”, dice.

El drenaje de los fondos federales para enfrentar la emergencia sanitaria y la inflación está pasando la factura, hace poco Mary’s Center recortó de su nómina a 48 empleados. Sin embargo, Elliott aseguró a este medio que no habrá más medidas similares.

Las principales prioridades

Una vez superada la pandemia, el directivo apunta su visión hacia la ampliación del programa de entrenamiento de asistentes dentales. Además, en esta fase de transición sanitaria asegura estar esforzándose por mantener unas finanzas saludables para cubrir muchos de los servicios que se financian con subvenciones.

“Hay varios desafíos por delante, pero a uno quiero darle prioridad y este es que el 51% de la junta directiva de Mary’s Center debe contar con representantes de los pacientes. Quiero una junta que se parezca a la gente a la que servimos y necesitamos más hispanos representándola. Esta es una obligación para todos los centros de salud federalmente calificados”, comenta.

Cuando comenzó la vacunación contra el coronavirus, Tollie B. Elliott (tercero desde la derecha) logró un acuerdo con el ejército para vacunar a más personas. Cortesía Mary’s Center

Este esfuerzo requerirá ir por las salas de espera y consultarles a los pacientes si quieren involucrarse y participar. Si alguien no reúne las consideraciones para la junta aún puede recomendarles cómo mejorar los servicios, a través del Community Engagement Council.

“Mi trabajo es que el árbol siga creciendo”

El ginecólogo, que solo aspiraba a seguir ayudando a traer niños al mundo en Providence Hospital (hoy desaparecido), atendía a pacientes la mitad de un día a la semana en Mary’s Center.

Un día le ofrecieron el puesto de jefe de servicios médicos y dijo no. Luego lo repensó, su vida y su familia necesitaban un balance. “Tenía cinco niños y no quería ser ese doctor bien reconocido, cuyos hijos no compartían con su padre porque siempre estaba trabajando. Decidí dar ese salto de un trabajo clínico grande a una responsabilidad parcialmente administrativa”.

Así fueron sus comienzos en Mary’s Center y como él dice “yo que solo quería practicar la medicina ni en un millón de años me habría imaginado dirigir un centro de salud que presta servicios a miles de pacientes”.

Como jefe de servicios médicos observó que podía ayudar a más de una persona a la vez. Fue gratificante observar el crecimiento de los servicios de salud para mujeres y de pediatría, ver la robustez del programa de salud familiar, el acceso de las embarazadas al ultrasonido, la farmacia y la telemedicina para los pacientes. “Esa fue una experiencia placentera” 

Hoy se siente “honrado por haber sido elegido”. El reto es “mantener el compromiso y la accesibilidad para los inmigrantes para que de alguna manera sientan que este es su santuario de salud”.

Elliott es enfático en recordar que en Mary”s Center se habla en la lengua de los pacientes y se los trata con respeto. “Es un privilegio hacer crecer la semilla que plantó María (Gómez). Esta se convirtió en un árbol que da frutos y mi trabajo es que siga y siga creciendo”.

Un mensaje para los latinos

Sin salirse de su zona de confort, Elliott se adentra en temas que le inquietan y le gustaría ver cambios. “Si miramos las estadísticas, los doctores hispanos y negros apenas son el 5,6% ó 5,7%, el número de médicos negros no ha cambiado en 100 años, eso es absurdo. Es difícil encontrar un especialista de las minorías porque no hay”.

Él mismo se hizo médico, porque en su familia ya hubo profesionales relacionados con la salud, pero esa es una historia muy reciente. Sin ir más lejos su abuela era ama de casa y si los niños no ven esos modelos, no ven las oportunidades. Viendo el ejemplo de Elliott, dos de sus hijos estudian medicina.

Para los latinos tiene un mensaje: “Quiero que sepan que no los veo diferentes a mi comunidad, todos estamos en el mismo barco, los abuelos de mis hijos son puertorriqueños. Entiendo que había ciertas preocupaciones de que por ser afroamericano algo iba a cambiar en Mary’s Center. Mi respuesta es absolutamente no, nuestra dedicación es que la comunidad inmigrante tenga un servicio de calidad, sin importar quién es el líder y sin perder de vista que la salud es un derecho humano”.

La ecuación es simple, un mejor y amplio sistema de salud es un buen negocio. “Familias saludables significa empleados y economía saludables”, dice Elliott, para quien es preciso reconocer que, aunque se hablen idiomas diferentes, al final del día “todos tenemos familias a las que queremos y cuidamos”.

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