Una mantarraya hembra llamada Charlotte, que habita en un acuario de Carolina del Norte, despertó la intriga de la comunidad científica. El inusual embarazo de Charlotte, a pesar de llevar ocho años en un entorno libre de machos, dejó a los científicos anonadados.
Un tiburón que comparte su recinto se convierte en posible participante en este misterio
El suceso encendió las discusiones entre los biólogos marinos de todo el mundo. Surgiendo varias teorías, y algunos atribuyen el embarazo de la raya Charlotte a un tiburón bambú que compartía su hábitat.
Sin embargo, un número significativo opta por la reproducción asexual como explicación probable. De ser así, se habría formado un embrión a partir de un óvulo no fecundado.
Kinsley Boyette, subdirectora del Acuario y del Laboratorio de Tiburones, declaró que su hipótesis inicial era bastante diferente. Al observar el aumento de tamaño de Charlotte y una joroba en su lomo, anticiparon quistes en sus órganos reproductores, una afección que se ve ocasionalmente en cautividad cuando las rayas no se aparean.
Sin embargo, una ecografía pintó un cuadro inesperado: estaban viendo huevos, no quistes.
Posible explicación como fenómeno en la reproducción asexual
El personal del acuario se alarmó inicialmente, temiendo que Charlotte tuviera cáncer cuando empezó a mostrar signos de hinchazón. Sin embargo, el descubrimiento de los huevos supuso un alivio y un rompecabezas. El tiburón bambú del tanque de Charlotte presentaba marcas de mordeduras, un signo característico del apareamiento entre tiburones, lo que llevó a pensar que el tiburón puede ser el progenitor.
Sin embargo, no todos los expertos apoyan esta hipótesis. Kady Lyons, investigadora científica del Acuario de Georgia, sostiene que el apareamiento entre tiburones y rayas es improbable debido a las diferencias de tamaño, anatomía y ADN.
Lyons propone pruebas de ADN en las crías una vez nacidas, para desmitificar este inusual embarazo de rayas.
La explicación más plausible podría ser un fenómeno conocido como partenogénesis. Esta forma de reproducción asexual implica la fecundación de un óvulo femenino sin el esperma de un macho, un proceso que se observa en ciertas especies, como insectos, reptiles y algunos peces.
Único conocido de partenogénesis en especies de rayas
A pesar de la intriga científica, Charlotte parece estar experimentando un embarazo saludable. El personal del acuario espera con impaciencia el nacimiento y tiene previsto retransmitir en directo el acontecimiento y sus secuelas. Las actualizaciones se compartirán en la página de Facebook del centro.
A medida que la historia de Charlotte sigue desarrollándose, sirve como un impresionante testamento de las asombrosas capacidades de la naturaleza y de los misterios que quedan por resolver. En cuanto al tiburón bambú, sólo el tiempo y las pruebas de ADN determinarán su implicación en este extraordinario suceso.
