Chicago iniciará este domingo el desalojo gradual de más de 2.000 inmigrantes de los albergues gestionados por la ciudad y el estado. Esta decisión depertó una preocupación entre los defensores de los inmigrantes y algunos funcionarios locales.
Inicialmente retrasado, la ciudad sigue ahora adelante con este plan, dejando a los inmigrantes en una situación precaria mientras buscan alojamiento alternativo para evitar quedarse sin hogar.
La ciudad anunció el viernes que un total de 2.026 inmigrantes serían desalojados de sus albergues a finales de abril. El proceso comienza con 35 personas este domingo, seguidas de 244 migrantes a finales de mes, y los 1.782 restantes serán desalojados a lo largo de abril.
Ciudades como Chicago, Denver y New York experimentaron una importante afluencia de migrantes, lo que puso a prueba los servicios sociales e intensificó la demanda de vivienda.
Retos enfrentados en el proceso de desalojos de inmigrantes
Desde 2022, Chicago acogió a más de 37.100 migrantes, muchos de ellos dirigidos por la campaña del gobernador de Texas, Greg Abbott, para poner de relieve los problemas de seguridad fronteriza.
Poniendo a prueba la capacidad de Chicago para atender a los recién llegados, lo que condujo a una política de límite de estancia en los albergues el pasado noviembre.
Esta política, que limita las estancias a 60 días, pretende animar a los inmigrantes a encontrar alojamientos alternativos o a regresar a una "zona de desembarco" para ser reasignados a otro refugio.
A pesar de los retrasos debidos al tiempo invernal, los problemas de personal y la oposición de defensores y políticos, la ciudad está procediendo a los desalojos.
Para mitigar el impacto, la oficina del alcalde Brandon Johnson anunció que unas 4.500 personas pueden acogerse a exenciones, que les conceden una estancia adicional de 30 días, lo que podría prolongar su estancia en el refugio hasta finales de junio.
Las exenciones cubren a las familias con menores, a los solicitantes activos de vivienda y a las personas con determinadas afecciones médicas, incluidas las afectadas por un reciente brote de sarampión.
Brote de sarampión destaca la necesidad de políticas sanitarias en albergues
A pesar de estas medidas, muchos defensores critican la transparencia del proceso de desahucio de la ciudad y sostienen que las exenciones ofrecen poco alivio.
Los migrantes recibirán notificaciones de desalojo y deberán dirigirse a la "zona de aterrizaje" para su posible reingreso en el sistema de albergues. La ciudad se compromete a asistir a aquellos que luchan por encontrar camas ayudándoles a ponerse en contacto con familiares o amigos.
Mientras entran en vigor las políticas de desahucio, más de 20 funcionarios locales y 40 organizaciones hicieron un llamamiento al alcalde Johnson para que revise el límite de 60 días de estancia en los albergues.
Además, un brote de sarampión vinculado a un albergue de inmigrantes de Chicago puso de relieve la necesidad de adoptar medidas de salud pública en el sistema de albergues.
La ciudad impuso la vacunación contra el sarampión, las paperas, la rubeola y la varicela a todos los residentes de los albergues, con el objetivo de controlar el brote y proteger a los inmigrantes y a la comunidad.
