Hallazgos recientes demuestran el impacto medioambiental de la prohibición de las bolsas de plástico de un solo uso en varias localidades de EEUU.
Estas iniciativas logran reducir la utilización anual de estas bolsas en aproximadamente 6.000 millones, lo que pone en relieve un avance vital en la reducción de la contaminación y la protección marina.
Abarcando cinco estados y ciudades de EEUU con una población colectiva cercana a los 12 millones de habitantes, estas prohibiciones disminuyen la acumulación de residuos no biodegradables en nuestros ecosistemas.
El estudio sugiere que si se aplicaran políticas similares en todo el mundo, cada individuo podría eliminar el uso de unas 300 bolsas de plástico al año.
Consecuencias desfavorables al usar bolsas de un solo uso
La durabilidad de las bolsas de plástico impide que se descompongan de forma natural, lo que les permite filtrar microplásticos nocivos al medio ambiente durante siglos.
Estas bolsas no sólo dañan los paisajes naturales, sino que también amenazan la vida marina y agravan el calentamiento global a través de su producción, uso y eliminación.
Casos de éxito al sustituir bolsas de plástico de un solo uso
Entre los casos de éxito más destacados se encuentra el de Nueva Jersey, donde, tras la prohibición de mayo de 2022, la organización ecologista Clean Ocean Action observó una reducción del 46% de las bolsas de plástico de un solo uso durante sus posteriores limpiezas de otoño.
Esta reducción es impactante para las regiones costeras, ya que reduce directamente la amenaza del plástico para los ecosistemas marinos.
Las prohibiciones han fomentado un cambio notable hacia prácticas sostenibles. En el condado de San Mateo, California, se produjo un aumento del 162% en el número de compradores que utilizaban al menos una bolsa reutilizable.
En Mountain View, el número de consumidores que decidieron no utilizar bolsas en absoluto casi se triplicó tras la prohibición.
Aunque las bolsas de papel se ofrecen como alternativa para quienes olvidan las reutilizables, el estudio hace hincapié en el uso continuado de las bolsas reutilizables por encima de cualquier opción de un solo uso, incluido el papel.
A pesar de ser biodegradables, las bolsas de papel siguen suponiendo un coste medioambiental y deberían desaconsejarse en favor de las alternativas reutilizables.
El éxito de estas prohibiciones de las bolsas de plástico de un solo uso depende de una aplicación rigurosa y de políticas bien elaboradas.
Las recomendaciones incluyen prohibir la distribución de bolsas de plástico de cualquier grosor en los puntos de venta de tiendas de comestibles, restaurantes y comercios minoristas.
Para fomentar las prácticas sostenibles, se sugiere cobrar una tarifa mínima por las bolsas realmente reutilizables y fijar un precio base de 0.10 dólares para las bolsas de papel.
