Maya Moore y Seimone Augustus aportaron este sábado un toque único de Minnesota a la ceremonia de ingreso en el Salón de la Fama del Baloncesto Femenino (WBHOF) en Knoxville, Tennessee.
Este evento rindió homenaje a talentos que influyeron de manera significativa en el baloncesto femenino, trascendiendo el mero reconocimiento al destacar carreras llenas de historia y logros pioneros.
Carrera de Maya Moore y Seimone Augustus
Moore y Augustus, estrellas de las Minnesota Lynx, repasaron su trayectoria hacia la conquista de cuatro campeonatos de la WNBA. Su asociación no sólo transformó la franquicia, sino que también estableció nuevos estándares para la excelencia atlética y el trabajo en equipo en el deporte profesional.
"Es difícil imaginar alguna dinastía que igualara nuestra mezcla de talento, carácter y sinergia en la cancha", declaró Moore, reflexionando sobre su notable colaboración con un sentimiento de nostálgico orgullo.
Estos atletas sobresalieron constantemente, no sólo a nivel nacional sino también internacional, consiguiendo medallas de oro olímpicas en 2012 y 2016. Augustus también desempeñó un papel fundamental en la victoria olímpica de 2008, solidificando su influyente legado.
Otras destacadas por el WBHOF
La ceremonia honró no sólo a las jugadoras, sino también a entrenadores influyentes. Otras figuras célebres fueron Taj McWilliams-Franklin, que jugó dos veces junto a Moore y Augustus en las Lynx, y Rita Gail Easterling. Violet Palmer también fue homenajeada por romper grandes barreras como la primera mujer en oficiar un partido de la NBA.
Un momento emotivo de la ceremonia fue el reconocimiento a la Universidad de Cheyney como "Trailblazer of the Game". Guiado por la entrenadora C. Vivian Stringer, el equipo de la Universidad de Cheyney hizo historia como la primera y única HBCU en alcanzar el partido por el campeonato del torneo de la NCAA en 1982.
La exjugadora Valerie Walker destacó el largamente merecido reconocimiento: "Estamos muy agradecidas, pero ¿42 años?".
Moore, que se jubiló oficialmente en enero, cambió su enfoque hacia el activismo por la reforma de la justicia tras ayudar con éxito a anular la condena injusta de Jonathan Irons, que ahora es su marido. La ceremonia sirvió como momento de reflexión sobre su impactante transición profesional.
El acto fue una vibrante celebración no sólo de los logros pasados, sino también de un compromiso con el futuro, instando a una nueva generación a seguir superando los límites. Esta ceremonia puso de relieve una poderosa narrativa de resistencia, determinación y el espíritu perdurable del baloncesto femenino.
Esta ceremonia del WBHOF fue algo más que una reminiscencia; fue una renovación de la dedicación al futuro de este deporte, inspirada por los legados de Maya Moore, Seimone Augustus y otras figuras pioneras.
