51 años después del secuestro aéreo más largo de América Latina su historia vuelve a salir a la luz en la serie “Secuestro del vuelo 601” de Netflix y te mostramos las fotos reales.
La miniserie, de seis episodios, estrenada el 10 de abril, retrata cómo el 30 de mayo de 1973 secuestraron a un avión mientras cubría la ruta del Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón de Cali, Colombia, hacia el Aeropuerto Enrique Olaya Herrera en Medellín.
Ese día 84 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación quedaron a merced de Eusebio Borja y Francisco “Toro” Solano López, dos jugadores de futbol paraguayos supuestos integrantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El objetivo de ambos paramilitares era negociar con el gobierno de Colombia o con la aerolínea SAM Colombia la libertad de todos los pasajeros y la tripulación a cambio de dinero y la liberación de miembros del ELN, para luego escapar a Cuba.
Pero, tanto por su acento, como por su comportamiento extraño, ni los pasajeros, ni el gobierno se creyó que Solano y Borja eran integrantes del ELN.
La serie de Netflix está basada en un libro del periodista italiano Massimo Di Riccio titulada “Los condenados del aire”, el cual a través de una crónica cuenta la historia del secuestro con las voces de algunos pasajeros.
Fotos de la historia real del secuestro del vuelo 601
El destino no fue Cuba. Cuando el avión se dirigía al Aeropuerto Internacional Jorge Chávez en Lima, Perú, aterrizó en Aruba por un desperfecto mecánico y comenzaron las negociaciones con la aerolínea, ya que el gobierno se negó a pagar los sobornos del grupo delictivo.
Tras el descuido de los cuidadores, varios pasajeros lograron salir de la aeronave lanzándose por una estrecha salida de emergencia ubicada en la parte posterior del avión. Para evitar una fuga masiva, los delincuentes obligaron al piloto a volar hacia Lima.
Para negociar con la aerolínea más dinero y nueva tripulación, el avión hizo paradas en varios aeropuertos de Sudamérica, entre ellos Guayaquil, Mendoza, Buenos Aires, Resistencia y finalmente Asunción, donde terminó el secuestro el 2 de junio tras 60 horas de vuelo y más de 24.000 kilómetros recorridos.
Ambos secuestradores confesaron a las autoridades que no eran guerrilleros, solo futbolistas que cometieron ese delito para conseguir grandes sumas de dinero.
Borja abandonó el avión en el Aeropuerto Internacional de Resistencia y logró escapar de la policía. Mientras que Solano fue apresado por la policía paraguaya en el Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi y extraditado a Colombia.