Rolls-Royce está ampliando su fábrica en Chichester, Inglaterra. Esta marca propiedad de BMW está construyendo cinco nuevos edificios en su centro de producción, diseñados específicamente para potenciar sus capacidades en la producción de autos de lujo a medida.
Este desarrollo estratégico, que comenzará el próximo año, pretende realzar la exclusividad de la marca dando prioridad a la calidad sobre la cantidad en su oferta.
La ampliación de la fábrica subraya el giro de Rolls-Royce hacia la fabricación de vehículos más opulentos y hechos a medida, que requieren un trabajo artesanal meticuloso y un tiempo de montaje prolongado.
En este contexto, la marca ha sido testigo de un impresionante aumento del gasto medio por vehículo de sus clientes: un incremento del 43% desde 2020, pasando de 350.000 dólares a unos 500.000 dólares por automóvil.
Este repunte se debe en gran medida a una creciente apetencia entre los compradores acaudalados por los vehículos personalizados, ilustrada vívidamente por las iniciativas de lujo "Bespoke" y "Coachbuild" de Rolls-Royce.
Las nuevas adaptaciones de Rolls-Royce
Desde 2020, Rolls-Royce ha logrado un crecimiento del 17% en sus ventas, con un récord de 6.032 automóviles y todoterrenos vendidos en todo el mundo el año pasado, lo que subraya el perdurable encanto de la marca entre la élite financiera.
"No necesariamente estamos creciendo tanto en volumen. Obviamente ese no es nuestro punto central. Pero está claro que nuestra área a medida es cada vez más relevante. Y se ha estado expandiendo dramáticamente, particularmente en los últimos años", comentó a CNN Martin Fritsches, presidente de Rolls-Royce Motor Cars Americas.
Esta estrategia refleja un cambio más amplio en el mercado del automóvil de lujo, en el que los consumidores ricos buscan no sólo vehículos de alta gama, sino experiencias personalizadas que adapten hasta el más mínimo detalle a sus gustos.
Entre ellos se incluyen las peticiones de combinar los colores del coche con artículos personales como el esmalte de uñas o las corbatas, o de integrar materiales exóticos como la madera y las incrustaciones de nácar o incluso armarios interiores a medida diseñados específicamente para el vehículo.
El Rolls-Royce Phantom Syntopia, uno de los modelos personalizados más elaborados de la marca, ilustra esta tendencia bespoke.
Su proceso de diseño duró cuatro años, con un periodo de construcción de 18 meses, y presenta características como pintura iridiscente con motas de cristal variadas, diseños de tejidos especializados con iluminación de fibra óptica e incluso un aroma distintivo creado exclusivamente para el habitáculo del vehículo.
A pesar de los elevados precios, que superan los 3 millones de dólares en modelos como el Phantom Syntopia, la ampliación es fundamental.
Proporciona el espacio necesario para las líneas de montaje y los talleres especializados esenciales para gestionar la complejidad y la cantidad de las demandas de personalización, de forma eficaz y sin prolongar los plazos de entrega.
Dado que otros fabricantes de automóviles de lujo como Lamborghini y Ferrari también registran un aumento de las solicitudes de personalización, la ampliación de las instalaciones de Rolls-Royce establece un nuevo punto de referencia dentro de la industria automovilística de lujo por su exclusividad sin parangón y su escrupulosa artesanía.
