La presidenta Ellen M. Granberg hace un llamamiento a la paz mientras se intensifican las manifestaciones en el campus. Credit: WUSA9

La Universidad George Washington (GWU) se encuentra actualmente en el centro de una escalada de protestas relacionadas con el conflicto entre Israel y Hamás, que la presidenta Ellen M. Granberg describe como cada vez más inmanejable, reseña WUSA9.

En el undécimo día de las manifestaciones en curso, que ahora cuentan con un campamento pro Palestina, Granberg emitió una declaración en la que expresaba su grave preocupación por el empeoramiento de la situación en el campus.

La presidenta Granberg reconoce los profundos problemas que subyacen a las protestas, destacando tanto la crisis humanitaria en Gaza como la trágica pérdida de vidas inocentes en todos los bandos. Ella aboga por la continuación de diálogos abiertos y constructivos en la universidad, insistiendo en que estas discusiones se ajusten tanto a las estipulaciones legales como a las directrices universitarias.

"El profundo sufrimiento y la pérdida de vidas inocentes en este conflicto son verdaderamente devastadores", afirmó Granberg. Ella cree firmemente en el derecho de la comunidad universitaria a participar en debates sobre temas polémicos, aunque dentro de los límites establecidos por las políticas universitarias y las leyes locales.

No obstante, estas protestas han pasado de ser reuniones pacíficas a disturbios que perturban la vida universitaria, señala Granberg. Señala varios comportamientos preocupantes, como que los manifestantes rompan barreras, dañen la propiedad de la universidad e intimiden a otros estudiantes. Esta escalada provocó la necesidad de una importante presencia policial para mantener el orden.

Desde el principio, el campamento se consideró ilegal, ya que violaba las políticas de la universidad y constituía un acto de allanamiento de morada. A pesar de los esfuerzos por trasladar a los manifestantes a una zona segura autorizada, éstos no tuvieron éxito. La expansión de las protestas ha atraído a personas no afiliadas a la GWU, aumentando aún más las tensiones y complicando las tareas de gestión.

La presidenta también expresó su consternación por la carga impuesta a los recursos y al personal de la universidad, incluidos los agentes de policía y los trabajadores de mantenimiento, que se han encontrado con faltas de respeto y hostilidad. Estos problemas han obligado a la universidad a buscar apoyo externo, y Granberg ha pedido ayuda a los socios de la comunidad y al Departamento de Policía Metropolitana para rebajar la tensión del conflicto.

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