La abogada Adonia Simpson, gerente Legal del área de Servicios de Inmigración de Esperanza Center, un centro de ayuda a inmigrantes dependiente de la Iglesia Católica ubicado en la ciudad de Baltimore, y que ha dado refugio y ayuda a muchos de los llamados niños de la frontera que han llegado masivamente al estado de Maryland a lo largo de 2014.



JH-Para ETL

La abogada Adonia Simpson, gerente Legal del área de Servicios de Inmigración de Esperanza Center, un centro de ayuda a inmigrantes dependiente de la Iglesia Católica ubicado en la ciudad de Baltimore, y que ha dado refugio y ayuda a muchos de los llamados niños de la frontera que han llegado masivamente al estado de Maryland a lo largo de 2014.

Un gran porcentaje de los niños no acompañados que cruzaron la frontera entre México y Estados Unidos e ingresaron este año al estado de Maryland para reunirse con sus familiares, pueden calificar para obtener una visa especial por ser víctimas de la violencia familiar o social que sufren en sus países de origen donde su vida corría peligro.

Así lo dio a conocer la abogada Adonia Simpson, gerente Legal del área de Servicios de Inmigración de Esperanza Center, un centro de ayuda a inmigrantes dependiente de la Iglesia Católica ubicado en la ciudad de Baltimore, y que ha dado refugio y ayuda a muchos de los llamados niños de la frontera que han llegado masivamente al estado de Maryland a lo largo de este año.

Explicó la abogada que desde el primero de enero hasta octubre pasado, en Esperanza Center han brindado ayuda legal a 132 menores, muchos de los cuales son elegibles tanto para visas de asilo o una visa especial (special immigrant juvenile) basado en casos de abuso, abandono o negligencia.

La mayoría de esos niños llegaron a bordo del tren de carga conocido como “La Bestia” y se han reportado más de 2.700 niños no acompañados que arribaron al estado de Maryland desde enero pasado.

Agregó Simpson que entre Agosto del 2013 y Septiembre del 2014 se han recabado solo en ese centro de ayuda las huellas dactilares de los patrocinadores o sponsors de 545 niños, que son sus familiares o tutores, lo que indica el alto volumen de los niños migrantes.

Simpson detalló que los menores inicialmente son recluidos en albergues del área por 30 días, donde son evaluados física y psicológicamente antes de ser derivados con sus familiares o tutores, quienes previamente deben demostrar que darán seguridad a los menores y no serán un riesgo para ellos, por lo que se les verifica si tienen algún record criminal u otro impedimento.

Por su parte, Jermin Laviera, del área de Community Works de Esperanza Center, relató que son numerosos los casos que han recibido por violencia familiar y social que los menores han sufrido en sus países de origen.

“Hace unos 4 ó 5 meses llegaron dos hermanitas a reunirse con su madre en Maryland luego que el hermano mayor fuera asesinado por una pandilla en El Salvador porque no podía cumplir con las cuotas de dinero que les exigían bajo la creencia de que por tener un familiar en Estados Unidos contaban con dinero”, explicó Laviera.

Igualmente mencionó otro caso ocurrido en El Salvador —explicando que no podía revelar nombres por la delicadeza del asunto.

En esa situación, se trataba del caso de dos hermanas de 14 y 13 años que fueron abusadas sexualmente por su propio padre luego que la madre se mudara a Estados Unidos y se los dejara a su cargo.

Tras efectuar un peligroso viaje finalmente pudieron reunirse con su progenitora en Baltimore City.

A las adolescentes en este momento se les está dando tanto ayuda legal como terapia psicológica, relató Laviera.

“Hubo otro en Honduras donde a una muchacha le mataron a toda su familia en el velorio de un hermano… Si podrían contar todos los casos terribles que hemos conocido y tendríamos historias hasta para hacer un libro”, agregó la trabajadora.

Etapa escolar

De los menores que ingresaron al estado de Maryland este año, la abogada de inmigración Adonia Simpson y Val Twanmoh, directora de Esperanza Center, revelaron que más de 200 fueron inscritos en las escuelas públicas del área.

“La Constitución de Estados Unidos es muy clara y dice que todo niño que se encuentre en este país debe estudiar sin importar su estatus migratorio”, detallaron.

Asimismo indicaron que los pequeños solo deben cumplir con los requisitos pertinentes como demostrar que viven en el área de jurisdicción de la escuela y otros requerimientos que fija cada centro educativo para cada caso particular.

Los especialistas de Esperanza Center de Baltimore aceptaron que hay problemas de nivelación académica.

Obviamente, sobre todo con los que vienen con nivel de noveno grado (equivalente a la secundaria) al llegar ya mayores y habituados a su sistema escolar, se les hace difícil nivelarse y aprender el idioma inglés, por lo que ellos y otros centros de ayuda se esfuerzan en proporcionar clases de ESOL (English Second Language), además de clases de computación. Esperanza Center aseguró que el número de alumnos para este curso ya ha aumentado.

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