Toni Kroos
Toni Kroos en su despedida en el Santiago Bernabéu. Foto: @ToniRuediger/ X

Toni Kroos, el maestro alemán del centro del campo, se despidió el sábado emocionado del Real Madrid en el estadio Santiago Bernabéu tras 10 temporadas con los blancos.

En un espectáculo que superó incluso a las remontadas más emocionantes, el emblemático jugador se marchó entre lágrimas, rodeado por los estruendosos aplausos del estadio al que llamó hogar durante una década.

Toni Kroos no quería una gran despedida

Kroos había pedido una despedida discreta, casi de trámite. Pero eso fue imposible. A los pocos minutos de comenzar el homenaje, su malestar era evidente.

Hizo un gesto humorístico para indicar que el homenaje era más que suficiente, pero el Bernabéu resonó con cánticos y aplausos, empapándose del agridulce momento. A sus 34 años, Kroos se fue en lo más alto, su marcha marcó el final de una era pero grabó su leyenda para siempre.

Toni Kross se alzó con 22 títulos con la camiseta blanca.

Saliendo el último al campo, con el brazalete de capitán en el brazo izquierdo, Kroos atravesó un arco formado por jugadores de ambos equipos.

Sus compañeros del Real Madrid lucieron su camiseta, y su compañero de batallas en el centro del campo desde hace mucho tiempo, Luka Modric, no pudo contener la risa, sabedor de lo tímido que se siente Kroos en tales escenarios.

Es un testimonio de su vínculo: el atrevido intérprete en una final de la Liga de Campeones, ahora modesto en una sentida despedida.

El Bernabéu agradeció los años del alemán con el equipo

El público, que siguió de cerca su carrera, hizo saber sus sentimientos. Cuando su nombre resonó durante los anuncios de las alineaciones, la respuesta fue abrumadora. El estadio resonó con "Toni, Toni" mientras calentaba.

Las pancartas extendidas por las gradas transmitían gratitud y admiración: "Gracias por tanto, maestro" en la Tribuna Norte, "Árbitro, no pite, que nos deja" en la Oeste.

La Tribuna Sur exhibía una colosal pancarta con su imagen, sus 22 títulos y las palabras "Gracias, leyenda". Puede que Kroos hubiera deseado modestia, pero la despedida alcanzó la grandeza.

Cada vez que tocaba el balón, una ola de emoción recorría el estadio. En el minuto 84, Kroos tuvo el honor de lanzar un último tiro libre. Aunque fue salvado por Vieites, el gesto fue simbólico.

Luego, en el minuto 86, Ancelotti le sustituyó, poniendo en pie a la multitud, probablemente a todo el planeta. Kroos salió jubiloso, abrazando a sus compañeros, entregó personalmente el brazalete a Modric y se marchó despacio, saboreando cada momento.

Toni Kroos emocionado al ver la reacción de sus hijos

En el banquillo le esperaban sus hijos. Su hija menor, ya entre lágrimas, representaba la emoción de innumerables aficionados. Kroos la abrazó y las lágrimas llenaron sus ojos. El abrazo se extendió a todos los miembros de la plantilla cuando finalmente se sentó, quitándose sus emblemáticas botas.

Tras el pitido final, las celebraciones incluyeron lanzarle al aire, fotos familiares y una vuelta de honor alrededor del estadio, un homenaje digno de una leyenda cuya presencia siempre impregnará.

Toni Kroos, reflexionando profundamente, dijo: "Sólo puedo dar las gracias a todos los madridistas, al club, a mis compañeros y al estadio... Me he sentido como en casa estos diez años. Inolvidable. Afrontas este partido de forma diferente porque sabes que es el último.

Quería disfrutar de cada momento, y lo hice durante 85 minutos, justo hasta que vi a mis hijos. Ese momento me atrapó".

Así, un maestro refinado, un pilar del Real Madrid, entró silenciosamente en la historia, dejando tras de sí un legado que trasciende los elogios y resuena profundamente entre los amantes del fútbol de todo el mundo.

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