El ministro de Asuntos Exteriores irlandés, Michael Martin, el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, y el ministro de Asuntos Exteriores de Noruega, Espen Barth, durante una rueda de prensa sobre el reconocimiento del Estado palestino, en la oficina de representación española en Bruselas, Bélgica, este lunes. | Foto: EFE/ Olivier Matthys.

Las tensiones diplomáticas entre la Unión Europea (UE) e Israel alcanzaron un punto de inflexión. Irlanda y España están a punto de reconocer formalmente un Estado palestino, provocando turbulencias en el panorama diplomático.

La petición de Madrid de posibles sanciones contra Israel, debido a los conflictos en curso en la ciudad meridional de Rafah, en Gaza, puso más turbulento el panorama.

El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Israel Katz, declaró que el consulado de España en Jerusalén dejará de prestar asistencia a los palestinos.

Este anuncio se produjo tras el apoyo del líder de la política exterior de la UE, Josep Borrell, al fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), que solicita órdenes de detención contra el primer ministro Benjamin Netanyahu y otras figuras destacadas, incluidos los líderes de Hamás.

"El fiscal del tribunal ha sido fuertemente intimidado y acusado de antisemitismo (…) La palabra antisemita es demasiado pesada. Es demasiado importante”, declaró Borrell.

Tensión entre la UE e Israel

El lunes se produjeron varias acusaciones. Katz denunció a España por "recompensar el terror" al reconocer un Estado palestino, comparándolo con la Inquisición española.

"Nadie nos obligará a convertir nuestra religión ni amenazará nuestra existencia: a quienes nos hagan daño, les haremos daño a cambio", afirmó Katz.

A pesar de que la UE condenó el ataque del 7 de octubre dirigido por Hamás contra Israel, en el que murieron 1.200 personas y hubo unos 250 rehenes, las críticas a las represalias de Israel han sido pronunciadas.

Más de 35.000 palestinos han muerto a causa de la ofensiva israelí, según el Ministerio de Sanidad de Gaza.

Los ataques recientes se han dirigido predominantemente contra Rafah. Las autoridades sanitarias palestinas informaron de que los ataques aéreos israelíes mataron al menos a 35 personas sólo el domingo, alcanzando tiendas de campaña de desplazados y atrapando a muchos bajo los escombros.

En respuesta, la Corte Internacional de Justicia pidió a Israel que detuviera inmediatamente su ofensiva en Rafah, pero se abstuvo de emitir una orden de alto el fuego.

El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se hizo eco de esta demanda el lunes, instando a Israel a detener sus acciones en Rafah.

Sumándose a los acontecimientos diplomáticos, España, Irlanda y Noruega, país no miembro de la UE, se disponen a reconocer oficialmente un Estado palestino.

Reacciones

Este movimiento conjunto provocó una reacción de las autoridades israelíes, que convocaron a los embajadores de las naciones en Tel Aviv. A los embajadores se les mostraron vídeos que documentaban los graves acontecimientos del atentado de Hamás del 7 de octubre y los secuestros posteriores.

Albares criticó el trato dado por Israel a los embajadores, destacando que violaba "la cortesía diplomática y los usos de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas".

Se mantuvo imperturbable ante las provocaciones, señalando: "Pero al mismo tiempo también hemos acordado que no vamos a caer en ninguna provocación que nos aleje de nuestro objetivo".

España y sus aliados se mantienen firmes en su objetivo de reconocer a Palestina, luchar por un alto el fuego permanente y, en última instancia, por una paz duradera.

"Nuestro objetivo es reconocer mañana el Estado de Palestina", recalcó Albares, subrayando su compromiso con los esfuerzos diplomáticos en favor de una paz duradera.

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