El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) decidió suspender por unas horas su sesión extraordinaria sobre Venezuela sin consenso en torno al proyecto de declaración conjunta, y tras descartar la posibilidad de convocar próximamente una reunión de cancilleres.
El jueves 6, tras ocho horas de reunión privada, los embajadores de los Estados miembros de la OEA suspendieron la sesión —con previsión de que se reanude hoy viernes 7— ante la falta de consenso en torno a varios puntos de la declaración, entre ellos la llamada al diálogo entre los actores de Venezuela.
El debate del jueves giró sobre la base de un proyecto de declaración presentado por Bolivia, al que varios embajadores propusieron enmiendas.
Una de ellas provino de la misión de Perú, que propuso “que el secretario general (José Miguel Insulza) tiene que darle seguimiento a la situación de Venezuela y que debe informar al Consejo y además proponerles mecanismos que puedan contribuir a resolver la situación de este país”, de acuerdo con Vallarino.
“Esta propuesta fue rechazada por el grupo de la ALBA (Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América). El representante de Bolivia informó que no había acuerdo y propuso votar su propuesta, que prácticamente lo que hace es un reconocimiento al gobierno electo en Venezuela y a sus esfuerzos por la paz. Nosotros nos opusimos”, resumió Vallarino.
Por su parte, el embajador de Venezuela, Roy Chaderton, se congratuló de que no se convocara a una reunión de cancilleres ni se pidiera el envío de una misión a su país, y consideró que fue la propuesta de Perú la que impidió que se llegara a un consenso esta madrugada.
“Lo que ocurrió esta noche fue una traba, una perturbación de los avances que se podían hacer para el llamado al diálogo”, señaló Chaderton a periodistas.
Fuentes cercanas a las conversaciones señalaron a la agencia Efe durante la sesión que los embajadores se acercaban a un consenso para expresar sus condolencias por los fallecidos durante las protestas, pedir el avance de las investigaciones al respecto y expresar su respeto a la “no intervención” en los asuntos internos del país.
No obstante, la cuestión de cómo formular el llamado al diálogo truncó el avance de las negociaciones para emitir la declaración, dadas las divergencias en torno a cuánta importancia tiene “el diálogo que está ocurriendo ahora” en Venezuela, según indicó a periodistas Insulza cuando aún proseguía la sesión.
El Gobierno de Venezuela ha llamado a un diálogo nacional para resolver la crisis provocada por la ola de protestas de la oposición que se siguen desde el pasado 12 de febrero, y que en algunos casos han desembocado en actos de violencia con un saldo de 19 muertos, más de 300 heridos y centenares de detenidos.
En su discurso ante la sesión del Consejo, Insulza consideró “innegable que existe una crisis política profunda” en Venezuela y que la solución sólo puede pasar por un diálogo “verdadero”.
El llamado a la sesión extraordinaria de la OEA sobre Venezuela —sin presencia de la prensa— coincidió con la visita a Washington de Leomagno Flores, diputado por el estado venezolano de Táchira, miembro de la Comisión Permanente de Política Exterior de la Asamble Nacional e integrante de la opositora Unidad Demcrática; junto al también diputado por el estado de Bolívar, Américo Grazia, integrante de Unidad Democrática y presidente del Partido Causa Radical. Ambos políticos intervinieron en un debate sobre Venezuela que tuvo lugar el miércoles 5 en el Center for Strategic and International Studies, en Washington, DC.
Un día antes, Flores y Grazia, se reunieron con José Miguel Vivanco director de Human Rights Watch. Vivanco se había pronunciado días atrás sobre la necesidad de que la OEA covocase una reunión para hablar del tema de las violaciones a los derechos humanos “cometidas como respuesta a las manifestaciones que se suceden desde el 12 de febrero” en el país.
En entrevista con El Tiempo Latino, Flores dijo que un gobierno de transición era la solución inmediata y que existía una “salida constitucional a la crisis”. “El artículo 350 contempla la desobediencia civil para rescatar la constitución”, dijo Flores y añadió que “salimos de (la dictadura) Marcos Pérez Jiménez por vía de la protesta”.
Flores señaló que de la actual crisis están saliendo “nuevos liderazgos, y eso es bueno”. Pero hoy, advirtió, “vivimos una guerra civil no declarada que va ganando el hampa”.
Por su parte, Grazia dijo que Venezuela sufría “un gobierno cínico-militar” y que “la boliburguesía ha perdido la calle”.
Para el diputado del estado de Bolívar, “la institución armada comete un pecado mortal” al saludarse con expresiones como: “¡Chávez Vive! ¡La Patria Sigue!” o con “Patria, Socialismo o Muerte”. Grazia —quien dijo sentirse optimista por el papel que los jóvenes estaban teniendo en las protestas— calificó de “fascistas literales” a los miembros del actual gobierno venezolano y coincidió con Flores en que “la oposición es la mayoría política sin poder”. Además, dijeron albergar grandes esperanzas en el papel mediador de la OEA.
Y la resolución de la Cámara de Representantes que exhortaba al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, a convocar al Consejo Permanente para buscar la manera más efectiva de acabar con la violencia en Venezuela generó la reacción del presidente Nicolás Maduro.
Durante un discurso que ofreció en un desfile cívico-militar en Caracas, el 5, para conmemorar el primer aniversario de la muerte del expresidente Hugo Chávez, Maduro rechazó la reunión extraordinaria de la OEA. Dijo a quienes “pretenden llevar al Consejo Permanente de la OEA un plan para justificar la intervención de fuerzas extranjeras en Venezuela”, que respondería “con fuerza”.