Este sábado en Bagdad se realizó el funeral del general iraní Qasem Soleimani quien fue asesinado en un ataque estadounidense en Irak; miles de iraquíes, entre los que se encontraban algunas autoridades estuvieron presentes en el último adiós de quien ellos consideran fue uno de los pilares de su revolución.
De las autoridades que estaban, se encuentran el ex primer ministro Nuri al Maliki, el primer ministro en funciones, Adel Abdel Mahdi, acompañado por Hadi Al Amiri, jefe de las fuerzas proiraníes en el parlamento iraquí y uno de los probables sucesores de Al Muhandis en Hashid Shaabi.
Según el enviado iraní a Bagdad, Iraj Masjedi, fue quien insistió en organizar un funeral público por Soleimani junto al que fue durante décadas su más estrecho colaborador con la intención de convertir a Qasem en un nuevo mártir para Irán .
El atentado hacia el general iraní ocurrió dos días después del ataque a la embajada estadounidense en Bagdad, durante la procesión funeraria de 25 combatientes de un grupo del Hashd quienes fueron asesinados en un bombardeo estadounidense en Irak el pasado domingo, en represalia por los ataques con cohetes contra instalaciones norteamericanas en Irak.
En el funeral de Soleimani, los ataúdes fueron transportados en camionetas blancas hacia el barrio que bordea la Zona Verde de Bagdad, escoltados por la multitud, bajo una nube de banderas blancas de Hashd y amarilla de las brigadas de Hezbolá, uno de los grupos más radicales.
Los cadáveres se trasladarán hacia las ciudades chiítas, Kerbala y Najaf, ubicadas al sur de la capital para las últimas oraciones de los iraquíes antes del entierro de Muhandis y el traslado nocturno del cuerpo de Soleimani directo a Irán.
Durante la procesión del funeral del comandante Qasem, su asesor iraquí y “número dos” de las fuerzas de Movilización Popular, Abu Mahdi al Muhandis, muertos en un ataque de dron estadounidense a primera hora del viernes en las inmediaciones del aeropuerto internacional de Bagdad, miles de iraquíes gritaban y cantaban consignas como “Muerte a América”, “La sangre no fue derramada en vano” o “América es el gran Satán”, este sábado por Bagdad.
Según informó un funcionario estadounidense, por temor a posibles represalias, la coalición internacional antiyihadista, liderada por Estados Unidos, redujo sus operaciones y reforzó la seguridad de sus bases en Irak.
Impacto de proyectiles
La Zona Verde de Bagdad es un barrio bajo alta protección donde se encuentra la embajada estadounidense y que el martes fue asaltado por manifestantes favorables a Irán, este complejo recibió este sábado el impacto de dos proyectiles minutos después de albergar el funeral del general Qasem.
